"(...) Ashley Smith – Concretamente, ¿cuál es la explicación marxista de la inflación en general y de la inflación actual? ¿En qué difiere de otras explicaciones?
Michael Roberts – Las explicaciones económicas dominantes presentan básicamente dos vertientes. La primera dice que hay demasiado dinero persiguiendo productos demasiado escasos; para utilizar el aforismo del monetarista Milton Friedman: “la inflación siempre es un fenómeno monetario”. La segunda es que el aumento de la inflación se debe al incremento de los costes, en particular cuando se tensan los mercados de trabajo, de manera que la clase trabajadora puede forzar aumentos salariales, desatando una espiral de salarios y precios. Esta es la explicación keynesiana. La teoría monetarista echa la culpa al dinero y a los bancos centrales, la keynesiana a la clase trabajadora. Ambas teorías son erróneas desde el punto de vista teórico y empírico.
Durante todo el periodo que va de la década de 1990 a 2019, las tasas de inflación fueron muy bajas e incluso descendieron a pesar de que la oferta monetaria y el crédito se dispararon. Este dato desmiente empíricamente la teoría monetaria. El aumento de la inflación en los últimos dos años no se debe al aumento de la oferta monetaria; al contrario, esta última está menguando. La teoría monetarista comete un error teórico fundamental al asumir que el dinero impulsa los precios, cuando lo que sucede es lo contrario.
La teoría de salarios y costes también es incorrecta desde el punto de vista empírico. En la década de 1970, el desempleo aumentó y la clase trabajadora perdió poder de negociación, pero la inflación se disparó. La llamada curva de Phillips, que supuestamente reflejaba una correlación entre una tasa de desempleo reducida y una tasa de inflación elevada, estaba falsificada. Hoy ocurre lo mismo. Muchas economías han tenido un desempleo muy bajo (al menos oficialmente), pero hasta la inflexión de la pandemia la inflación también fue muy baja. De hecho, los bancos centrales pugnaron por elevar las tasas de inflación para adecuarlas a sus objetivos.
¿Cuál es la explicación marxista de la inflación? Para empezar hay que analizar qué ocurre con el valor en una mercancía. El precio de un producto o servicio está formado por el coste del uso de maquinaria y materias primas (lo que Marx llamó capital constante) y la creación de nuevo valor por la mano de obra en la producción. Los capitalistas se dedican a la acumulación de capital (ganancias), de modo que tratan continuamente de reducir el coste del trabajo (salarios) mediante la introducción de tecnología con vistas a minimizar el volumen de trabajo humano.
Sin embargo, al hacerlo tienden a reducir el aumento de nuevo valor en relación con el precio total de una mercancía. Así, la inflación de precios tiende a desacelerarse con el tiempo. Pero también intervienen otros factores. En primer lugar, los precios de las materias primas pueden crecer rápidamente (cosa que ha ocurrido ahora). Y en segundo lugar, las autoridades monetarias pueden modificar la oferta monetaria en la economía. Esto último puede contrarrestar la tendencia a la desaceleración del aumento de nuevo valor con tasas de inflación más bajas e incrementar el precio del dinero.
Lo que nos dice esto es que si las economías sufren un bajón, el crecimiento del nuevo valor se reducirá a cero o se tornará negativo: es la deflación. Y si las autoridades monetarias también siguen cerrando el grifo del dinero, las tasas de inflación se anularán. Lo veremos.
Ashley Smith – En tu explicación de la crisis actual, sostienes que es consecuencia de una crisis subyacente de rentabilidad, una caída de la tasa de ganancia, que da pie a la reducción de la inversión en la economía real. Esto a veces confunde a la gente, que señala el hecho de que las grandes empresas se sientan sobre enormes cantidades de dinero. Otros afirman que es el resultado de las subidas abusivas de precios que inflan las ganancias de las empresas. ¿Qué diferencia y qué relación hay actualmente entre rentabilidad, masa de beneficios y subida abusiva de precios?
Michael Roberts – Las empresas muy grandes, particularmente, han cosechado enormes beneficios. Y ha habido lo que algunos llaman subidas abusivas de precios por parte de empresas que gozan de un poder monopolista, como las grandes energéticas y las de suministros públicos. Pero para la gran mayoría de empresas, la competencia es feroz en sus respectivos mercados y el coste creciente de las materias primas y ahora de los tipos de interés están socavando su rentabilidad.
Así, cuando leemos sobre los enormes beneficios de las empresas energéticas, tecnológicas y mediáticas, particularmente en EE UU, se trata de una minoría. La rentabilidad media (en proporción al capital invertido) se acerca al nivel más bajo en 70 años. Del 15 al 20 % de las empresas ya no obtienen ganancias suficientes para atender el servicio de sus deudas: las podemos llamar empresas zombis, los muertos vivientes del capital empresarial.
Es sumamente importante no asumir que la inflación y los aumentos de beneficios se deben ante todo a la subida abusiva de precios y a posiciones monopolistas, pues ello supondría que si pusiéramos un tope a los precios y acabáramos con los monopolios, la producción capitalista podría proseguir sin contratiempos y sin inflación. Medidas como los topes de precios pueden parecer temporalmente beneficiosas para la gente trabajadora, pero las crisis capitalistas no desaparecerían, y la crisis de coste de la vida continuaría.
Únicamente la propiedad pública y el control público, no solo de los monopolios naturales, sino también de las principales empresas estratégicas y entidades financieras, dentro de un plan de inversiones, empleo y control climático, pueden poner fin a la inflación sin caer en una recesión. (...)"
( Ashley Smith , Entrevista a Michael Roberts, Viento Sur, 03/11/22; fuente: Spectre)
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