En un momento como el presente, en el que la teoría evolutiva es una de las bases del conocimiento científico, considero que un creyente (y ésa no es mi condición) que acepte aquélla tiene no solamente el derecho, sino incluso el deber, de plantearse el papel del Ser Supremo en el contexto, y que sólo hay dos maneras de superar la contradicción que surge: o negar totalmente dicho papel, lo que podría conllevar a su vez la negación de la existencia del Ser, o reducirlo a una prima causa. En cualquier caso, es una decisión individual, un conflicto en el seno de la propia fe del individuo, de manera que, igual que no puede esperar una solución externa a la crisis que conllevaría la primera opción, tampoco la puede esperar para la segunda, convirtiendo el principio del "diseño inteligente" en materia docente. (Adrià Casinos: El debate sobre el creacionismo y el diseño inteligente; El País, Sociedad, 26-02-07, pp. 45)
O sea, practicando el libre examen de los textos bíblicos y científicos. ser Supremo por aquí, o por allá... ¿Y porque no llega con Jesucristo?
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