
""Cuando yo me muera lo tirarán a la basura". En la década de los años noventa, el emigrante ourensano Armando Hermida Luaces entregó en Argentina todo el material de sus cuatro películas al historiador Manuel González. Con casi 90 años sólo puso un requisito: que su conservación estuviese asegurada.
Por aquella época, el historiador preparaba su tesis sobre cine y emigración. Había viajado por toda Suramérica para documentarse y en una revista del Centro Gallego de Buenos Aires encontró una referencia a Hermida. González tiró del hilo y consiguió reunirse con este emigrante que se hizo rico comerciando con cacao y que grabó varios filmes de exaltación costumbrista en Galicia para "mejorar la imagen" de su tierra en Argentina. "Sus películas tienen un gran valor etnográfico y cultural, aparece el último destello de la Galicia de los cincuenta, sin rastro del ladrillo que invadió los pueblos una década después", explica González. (...)
El ourensano creó la compañía Hermifilms para producir sus películas. A pesar de que la crítica argentina puntuó con dos estrellas sobre cinco a Alma Gallega (1966), la cinta fue un éxito entre la comunidad emigrante en Buenos Aires: "Iban con pañuelos para ver la película, a llorar. Muchos llevaban 30 o 40 años sin ver Galicia y pudieron contemplarla en pantalla grande y en color", comenta González. Hermida, que se encargaba de las tareas de guión, producción, fotografía y dirección, también estuvo detrás de Galicia al día (1959) narrada por el reconocido actor gallego en la emigración Fernando Iglesias, Tacholas, y Desde Irún a Tui. (...)
A pesar del éxito entre los emigrantes de Hermifilms, sus películas recibieron críticas muy duras entre la prensa del exilio por mostrar una visión utópica, sin rastro del franquismo o de la miseria que obligó a muchos a abandonar Galicia. González comenta que esas críticas son legítimas y comprensibles pero que hoy en día hay que juzgar a Hermida desde otra perspectiva.
Entre 1900 y 1960 se estima que un millón de gallegos probaron suerte en tierras americanas. Entre algunas sociedades gallegas en la emigración y asociaciones en Galicia se estableció el llamado cine de correspondencia. A ambos lados del Atlántico se grababan imágenes de la vida cotidiana para mostrárselo a familiares y vecinos. González explica que este es un fenómeno prácticamente único y que no tiene constancia de que se haya dado en otros países de tradición migratoria.
Hermida falleció en 1997 en Buenos Aires. El emigrante (1969) fue su última película, inacabada porque ya se sentía "mayor". González señala: "Las escuelas creadas por indianos, el teatro gallego en América... es un mundo desconocido para el gran público, lleno de tópicos. Un museo de la emigración podría reconciliar a los ciudadanos con este tema". (El País, ed. Galicia, Galicia, 25/03/2010, p. 16)
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