25/4/11

"Trece trillones de dólares para los especuladores y ¡ni un centavo se fue para las personas que perdieron sus casas! ¿Qué tipo de lógica es esa?"

"¿En qué consiste la economía descalza?

(...)
estaba un día en una aldea indígena en la sierra de Perú, era un día horrible... había estado lloviendo todo el tiempo. Era una zona muy pobre y frente a mí estaba otro hombre parado en el lodo (no en el barrio pobre sino en el lodo). Y bueno, nos miramos.

Era de corta estatura, delgado, con hambre, desempleado, cinco hijos, una esposa y una abuela. Yo era el refinado economista de Berkeley, que enseñaba en Berkeley, etc. Nos mirábamos cara a cara y de pronto me di cuenta de que no tenía nada coherente que decirle en esas circunstancias a este hombre, que todo mi lenguaje de economista era inútil.

¿Debería decirle que se pusiera feliz porque el producto interno bruto había subido un 5% o algo así por e l estilo? Todo esto era completamente absurdo. Entonces descubrí que no tenía un lenguaje para ese ambiente y que teníamos que inventar un idioma nuevo.

Ese es el origen de la metáfora economía descalza que, en concreto, simboliza la economía que un economista debe usar cuando se atreve a meterse en los barrios bajos. El punto es que los economistas estudian y analizan la pobreza desde sus oficinas lujosas, poseen todas las estadísticas, desarrollan todos los modelos y están convencidos de que saben todo lo que hay que saber sobre la pobreza.

Pero ellos no entienden lo que es la pobreza, ese es el gran problema y es también el motivo por el cual la pobreza aún existe. Esto cambió completamente mi vida como economista: inventé un lenguaje coherente para esas condiciones de vida.

- ¿Y cuál es ese idioma? ¿Cómo aplicas un sistema económico o haces que las circunstancias expliquen esos cambios?

(...) hemos alcanzado un nivel en nuestra evolución en el que sabemos muchas cosas, sabemos muchísimo pero entendemos muy poco. Nunca en la historia de la humanidad ha habido tanta acumulación de conocimiento como en los últimos cien años y mira cómo estamos.

¿Para qué nos ha servido el conocimiento? La esencia está en que el conocimiento por sí mismo no es suficiente, carecemos de entendimiento.

La diferencia entre conocimiento y entendimiento te la puedo explicar con un ejemplo: vamos a pensar que tú has estudiado todo lo que puedes estudiar desde una perspectiva teológica, sociológica, antropológica, biológica, inclusive bioquímica y sobre un fenómeno humano llamado amor.

El resultado es que tú sabrás todo sobre el amor, pero tarde o temprano te vas a dar cuenta de que nunca entenderás el amor a menos de que te enamores. ¿Qué significa esto? Que sólo puedes llegar a aspirar a entender aquello de lo que llegas a formar parte.

Y eso es lo que sucede con la pobreza. Yo entendí la pobreza porque estuve allí; viví con ellos, comí con ellos y dormí con ellos. Entonces comienzas a entender que en ese ambiente hay distintos valores, y diferentes principios comparados con los que existen allí de donde tú provienes y te das cuenta de que puedes aprender cosas fantásticas de la pobreza.

Lo que he aprendido de los pobres supera lo que aprendí en la universidad. Pero pocas personas tienen esa oportunidad, ¿te das cuenta? Ellos ven la pobreza desde afuera en lugar de vivirla desde adentro. Aprendes cosas extraordinarias. Lo primero que aprendes y que los que quieren mejorar el sistema de vida de los pobres no saben, es que dentro de la pobreza hay mucha creatividad.

No puedes ser un idiota si quieres sobrevivir, cada minuto tienes que estar pensando, ¿Qué sigue? ¿Qué puedo hacer aquí? ¿Qué es esto y lo otro y lo otro? Así que tu creatividad debe ser constante.

Además, están los contactos, la cooperación, la ayuda mutua y toda una gama de cosas extraordinarias que ya no se encuentran nuestra sociedad dominante que es individualista, avara, egoísta, etc. (...)

- ¿Qué crees que debamos cambiar?

- ¡Oh!, casi todo. Somos dramáticamente idiotas. (...)

- Si tú estuvieras al frente de la economía ¿qué harías para evitar otra catástrofe?

- Primero que nada, necesitamos de nuevo economistas cultos, que sepan historia, de dónde vienen, cómo se originaron las ideas, quién hizo qué y así sucesivamente.

Lo segundo, una economía que entienda que es subsistema de un sistema finito más grande: la biosfera, y como consecuencia la imposibilidad de tener un crecimiento económico infinito.

En tercer lugar, un sistema que tenga claro que no puede funcionar sin tomar en serio los ecosistemas. Pero los economistas no saben nada de ecosistemas, no saben nada de termodinámica, nada de biodiversidad, son totalmente ignorantes respecto a estos temas. (...)

Además debemos acercar el consumidor a la producción. Yo vivo bien al sur de Chile, una zona fantástica donde tenemos toda la tecnología para la elaboración de productos lácteos de máxima calidad.

Hace unos meses estaba desayunando en un hotel y al tomar un paquetito de mantequilla descubrí que ésta venía de Nueva Zelanda, absurdo ¿no te parece?

¿Y por qué sucede una cosa así? Porque los economistas no saben calcular los costos reales. Traer mantequilla desde un lugar que queda a 20.000 kilómetros a un sitio donde se produce la mejor, con el pretexto de que es más barato es una estupidez monumental porque no tienen en cuenta el impacto que causan esos 20.000 km. de transporte sobre la naturaleza.

Por si fuera poco, es más barata porque está subsidiada. Es un caso muy claro en el que los precios nunca dicen la verdad. (...)

- ¿Qué has aprendido de las comunidades pobres en las que has vivido y trabajado que te de esperanza?

- La solidaridad de la gente; el respeto por los otros; la ayuda mutua; nada de avaricia, un valor inexistente dentro de la pobreza y uno estaría inclinado a pensar que allí es donde más está presente, que la avaricia debería ser patrimonio de los que menos tienen.

No, todo lo contrario, mientras más tienes más quieres, la crisis actual es producto de la avaricia. La avaricia es el valor dominante del mundo actual. Mientras persista, estamos acabados.

- ¿Cuáles serían los principios que enseñarías a los jóvenes economistas?

- Los principios de la economía deben estar fundamentados en cinco postulados y un valor esencial.

Primero: la economía está para servir a las personas y no las personas para servir a la economía.

Segundo: el desarrollo se refiere a las personas, no a las cosas.

Tercero: crecimiento no es lo mismo que desarrollo y el desarrollo no necesariamente requiere de crecimiento.

Cuarto: no puede existir una economía con un ecosistema fallando.

Quinto: la economía es un subsistema de un sistema mayor y finito: la biosfera.

Por lo tanto, el crecimiento permanente es un imposible. Y el valor fundamental para poder consolidar una nueva economía es que ningún interés económico, bajo ninguna circunstancia, puede estar por encima de la reverencia por la vida.

- Explica lo que acabas de mencionar…

- Nada puede ser más importante que la vida. Y digo vida, no seres humanos, porque para mí el punto clave es el milagro de la vida en todas sus manifestaciones. (...)

- Volvamos al tercer punto, crecimiento y desarrollo y explícalo mejor…

- Crecimiento es una acumulación cuantitativa. Desarrollo es la liberación de posibilidades creativas. Todo sistema vivo de la naturaleza crece y en cierto punto deja de crecer, tú ya no estás creciendo, ni él ni yo.

Pero continuamos desarrollándonos, de otro modo no estaríamos dialogando en este momento. El desarrollo no tiene límites pero el crecimiento sí. Y este es un concepto muy importante que políticos y economistas ignoran, están obsesionados con el fetiche del crecimiento económico.

He trabajado durante décadas y en este tiempo se han hecho muchos estudios. Soy el autor de una famosa hipótesis: la hipótesis del límite, que dice que en toda sociedad hay un periodo de crecimiento económico-entendido convencionalmente o no-que trae una mejora en la calidad de vida pero sólo hasta cierto punto: el punto límite, a partir del cual, si hay más crecimiento, la calidad de vida comienza a decaer. Esta es la situación en la que nos encontramos actualmente. (...)

- ¿Entonces, cómo cambiarías las cosas?

- Bueno, no sé cómo cambiarlas. Es decir, solitas van a cambiar, pero de manera catastrófica. Para mí no sería raro que de un momento a otro millones de personas salieran a las calles de Estados Unidos a causar destrozos. No sé, pero podría suceder.

No lo sé. La situación es absolutamente dramática y se supone que es el país más poderoso de la tierra. Y aún en estas condiciones, siguen con sus guerras absurdas gastando billones y trillones.

Trece trillones de dólares para los especuladores y ¡ni un centavo se fue para las personas que perdieron sus casas! ¿Qué tipo de lógica es esa?" (Attac Madrid, 20/04/2011; Entrevista realizada en Bonn, Alemania, al reconocido economista chileno Manfred Max-Neef, Premio Nobel Alternativo de Economía)

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