"Cuando dices que al comenzar los registros históricos en torno
al 3.200 ac ya hay una arquitectura financiera compleja ¿Está al mismo
tiempo la sociedad dividida en clases de deudores y acreedores? Si no,
cuando sucede esto. ¿Es esta la división de clase fundamental en la
historia de la humanidad?
Históricamente, hay dos
posibilidades. Una es la que existe en Egipto: un Estado fuerte
centralizado con una administración que extrae impuestos de la
población. Durante la mayoría de la historia de Egipto nunca tuvieron
costumbre de prestar dinero a interés. Posiblemente, tampoco tuvieron
necesidad.
Mesopotamia era diferente porque el Estado apareció de
una manera irregular e incompleta. Al principio tenían unos templos
burocráticos gigantescos y después palacios y no extraían impuestos,
estos sólo se consideraban apropiados para las poblaciones conquistadas.
Más bien eran complejos estatales con sus propias tierras, rebaños y
fábricas. El dinero aparece como unidad de cuenta para la asignación de
recursos en estos sistemas estatales.
Los préstamos a interés, a
su vez, se originaron en acuerdos entre los administradores y los
mercaderes que llevaban, por ejemplo, las manufacturas laneras
producidas en las factorías-templo (que en el primer periodo eran, al
menos en parte, casas de caridad para huérfanos, refugiados o
discapacitados) y los cambiaban en tierras lejanas por metal, madera o lapis lazuli.
Los primeros mercados que se formaron en los márgenes de estos
complejos parece que operaron utilizando ampliamente el crédito y las
medidas de cuenta de los templos. Este mecanismo dio a los mercaderes,
los administradores del templo y otros tipos adinerados la posibilidad
de dar préstamos al consumo a los granjeros que, después, si la cosecha
era mala, caían en las trampas de la deuda.
Este fue el gran mal
social de la antigüedad, las familias tenían que empeñar sus rebaños y
sus campos, y al poco tiempo sus mujeres y sus hijos caían en la
servidumbre por deudas.
Con frecuencia la gente abandonaba las ciudades,
y se unían a bandas seminómadas con la amenaza de volver con fuerza
para derrocar el orden establecido. Los gobernantes se dieron cuenta de
que la única manera de prevenir la ruptura social completa era el
“borrón y cuenta nueva”, cancelaban toda la deuda y comenzaban de nuevo.
En realidad, la primera palabra registrada que significa “libertad” es
la sumeria amargi que quiere decir libre de deudas y por extensión, libertad. Literalmente, amargi,
quiere decir “volver con la madre” porque una vez que se habían
cancelado las servidumbres por deuda los peones podían volver a su casa. (...)
En sánscrito, hebreo y arameo, “deuda”, “culpa” y “pecado” son la
misma palabra. Gran parte del lenguaje de los grandes movimientos
religiosos -concienciación, redención, contabilidad kármica y demás-
están tomados de las finanzas antiguas.
Pero es un tipo de lenguaje que
siempre se muestra inadecuado y forzado para querer decir algo
completamente diferente.
Es como si los grandes profetas y los maestros
religiosos tuvieran que comenzar con ese tipo de lenguaje porque no
había otro disponible, pero que lo hicieran para algo completamente
diferente: como una manera de decir que las deudas no son sagradas y que
el perdón de la deuda, la capacidad de anular la deuda o de tomar
conciencia de que las deudas no son reales, son los actos verdaderamente
sagrados.
¿Cómo sucedió esto? Como dije al principio la gran
pregunta acerca del origen del dinero es ¿Cómo se transforma el sentido
de la obligación, el “te debo una”, en algo que puede ser cuantificado
con precisión? La respuesta parece ser: cuando hay potencial para que la
situación se vuelva violenta.
Si das a alguien un cerdo y te da a
cambio unos cuantos pollos puede ser que pienses que es un rácano y que
te burles de él, pero es poco probable que encuentres una fórmula
matemática que te diga exactamente como de tacaño es tu vecino.
Si
alguien te saca un ojo en una pelea, o mata a tu hermano, es cuando
empiezas a decir “la compensación tradicional es exactamente de
veintisiete terneros de la mejor calidad y si no son de la mejor
calidad, esto es la guerra”.
El dinero, en el sentido de un
equivalente exacto, parece emerger de ese tipo de situaciones pero
también de la guerra y el saqueo, del control de los botines y la
esclavitud. En la Irlanda medieval, las esclavas eran la moneda de mejor
calidad.
Y se podía especificar el valor exacto de todo lo que había en
una casa, a pesar de que poquísimos de esos objetos estaban a la venta
en ninguna parte porque estas equivalencias se utilizaban para pagar
multas o reparaciones en el caso de que alguien las rompiera.
Una
vez que se comprende que los impuestos y el dinero comienzan con la
guerra es más sencillo comprender lo que ha sucedido. Cualquier mafioso
comprende esto: si se quiere tomar una relación de extorsión violenta,
de puro poder, y encima, hacer que parezca que las víctimas tienen la
culpa, hay que convertirla en una relación de endeudamiento.
“Te debo
algo, pero ahora mismo no te puedo pagar”. Es imposible saber cuantas
veces han dicho esto los endeudados a lo largo de la historia. La
cuestión fundamental es que el único paso posible después es decir
“espera un minuto, ¿quién debe qué a quién?” y, por supuesto, esta ha
sido la respuesta de los perjudicados durante muchos años, pero en el
momento en que se enuncia, se esta usando el lenguaje del poder y
admitiendo que deuda y moralidad son una y la misma cosa.
Esta es la
situación en la que se vieron atrapados los pensadores religiosos cuando
comenzaron a utilizar el lenguaje de la deuda y después lo convirtieron
en otra cosa." (Rebelión, 12/04/2012,'¿Qué es la deuda?', Philip Pilkington, nakedcapitalism.com)
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