12/9/12

El fantasma de Marx remece Wall Street (algo)

"Marx planteó el carácter cíclico y estructural de las crisis del capitalismo y la actual tiene un carácter multifacético que la hace más profunda que las anteriores. ¿Existe posibilidad de solución dentro del sistema, como pretenden los economistas neoliberales o enfrentamos el imperativo de construir una alternativa al capitalismo? 

Con el análisis que hizo Marx, uno podría incluso burlarse de la superficialidad con que algunos economistas contemporáneos pretenden explicar la crisis. Plantear que es un fenómeno pasajero y reducir las causas a una simple falta de regulación de mercado y a la usura de algunos grupos económicos aislados, es simplemente ridículo.

 Enfrentamos una crisis estructural del capitalismo, que dada su profundidad no tiene solución dentro del sistema. Hay que entender que para el capital la crisis no es un problema sino una solución, que permite destruir las conquistas sociales y profundizar los niveles de explotación.

 La necesidad de superar la crisis la tienen los trabajadores, como decía Marx, para salir de la anarquía del capitalismo. Por ello, se requiere una alternativa al sistema, pero vivimos una paradoja: el poder ideológico dominante es tal, que frente al desastre ambiental y energético, se puede hablar del fin del mundo, pero no del fin del capitalismo.

Se necesita más que indignación
La crisis del sistema ha despertado la indignación de millones de personas en el mundo, que se movilizan contra el modelo. ¿Cómo visualiza el carácter de la lucha de los indignados en el mundo? ¿Luchan por más equidad y justicia dentro del sistema o existe el germen de una lucha por construir una alternativa al capitalismo? 

Tengo un gran respeto por las movilizaciones contra el modelo en distintas partes del mundo, pero pienso que la lucha de los indignados no tiene un sentido anticapitalista. Los moviliza la indignación por las injusticias evidentes del sistema y difícilmente podría uno esperar algo más, luego de una derrota tan dramática como la de 1989.

 Vivimos un contexto complejo desde el punto vista político y teórico, parecido al que enfrentó Marx, con gran efervecencia política y fuerte presencia del anarquismo. Él fue muy crítico con estos movimientos porque consideraba que no eran la alternativa al capitalismo que él sentía necesaria. Hoy se habla mucho de la circulación, de cambiar la forma de moneda, de comercio justo, de banca solidaria.

 Es la misma polémica que Marx tuvo con Proudon, con el anarquismo iconoclasta que pensaba que modificando la circulación cambiaba el sistema. Si los movimientos sociales, que en la actualidad protestan contra el capitalismo quieren de verdad cambiar las condiciones económicas y sociales, construir una alternativa, necesitan a Marx. 

Usted ha planteado que si la izquierda no quiere desaparecer, tiene que volver a saber interpretar las verdaderas causas de la crisis actual del capitalismo, y tener el coraje de proponer y experimentar las respuestas radicales necesarias para superarla. ¿Cuáles son esas respuestas radicales? 

Si la izquierda se plantea realizar sólo transformaciones superficiales e insiste en defender y administrar los desastres del capitalismo, significará su autodestrucción y el fortalecimiento de la extrema derecha, que en la actualidad es muy fuerte en Europa. 

A diferencia de 1989, donde esa derrota afectó fundamentalmente a los partidos comunistas de la órbita soviética, será el principio del fin de los partidos socialistas y de la social democracia. Hay que oponerse al capitalismo y plantear una alternativa. 

¿Es esa alternativa el socialismo? 

Puede ser el socialismo, pero es esencial determinar las características de ese socialismo. Aspectos como el medio ambiente, la energía y la ecología deben ser fundamentales. También a la luz del estudio de las últimas notas de Marx pienso que debe existir una participación radical, una democracia - Marx utilizaba la expresión autogobierno de los productores -, que implica una participación política y económica del pueblo. 

En la democracia neoliberal, la esfera económica domina a la política y la ha privado del control democrático, a tal punto que un cambio de gobierno no altera las directrices de la política económica y social. Pienso que debemos hacer lo opuesto: la esfera política, de participación tiene que ser potenciada al máximo. Algunas experiencias de América Latina me parecen esperanzadoras, porque existe un movimiento social amplio y fuerte. 

¿A qué experiencias se refiere? 

Las nuevas constituciones políticas en Bolivia y Ecuador son un hecho importante. Visité Bolivia y vi un movimiento político social fuerte con conciencia, que en mi opinión constituye un elemento esencial para que podamos hacer algo distinto a la derecha.

 Es fundamental que los gobiernos de izquierda de estos países dialoguen con los movimientos sociales y transforman esta experiencia en algo plural, aceptando las diferentes culturas de izquierda. 

Si no lo hacen, enfrentarán serios problemas, lo que sería muy negativo para la izquierda de esos países, de América Latina e incluso para la izquierda mundial."       (Entrevista a Marcello Musto, politólogo y filósofo italiano, Rebelión, 12/09/2012 Oliverio Comte, Punto Final)

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