"Hay dos cosas que las economías capitalistas saben hacer, y lo hacen muy
bien. Una de ellas es alcanzar economías de escala para abatir costos
unitarios, algo que se logra mejor a través de procesos de
industrialización. La otra es obtener subsidios, algo que se optimiza
cuando se tiene más poder. Estas dos cosas se han combinado para
producir la crisis de obesidad en Estados Unidos.
En 2011 más de dos terceras partes de la población de Estados Unidos
sufría problemas de sobrepeso o de obesidad. En la actualidad ese país
tiene la mayor tasa de obesidad en el mundo. Datos oficiales revelan que
el porcentaje de personas adultas con problemas de obesidad pasó de 13
por ciento en 1962 a 36 por ciento en 2010.
De mantenerse esta tendencia
en 2030 el 42 por ciento de la población adulta sufrirá problemas de
obesidad (y 11 por ciento con obesidad severa, más de 45 kilos de
sobrepeso). La tasa de obesidad en niños ya alcanza un alarmante 18 por
ciento. Diversos estudios muestran que los niños con obesidad tienen
mayor propensión a conservar dicha obesidad en la edad adulta. (...)
¿De dónde viene este problema? El primer indicador es que la relación
entre pobreza y obesidad es muy estrecha. La población más pobre está
más expuesta a la obesidad. En Estados Unidos nueve de los 10 estados
con mayores tasas de obesidad están entre los estados más pobres.
Existen distritos pobres en ciudades como Filadelfia o Nueva York, donde
88 por ciento de los adultos tiene sobre peso o sufre de obesidad (50
por ciento de la población infantil). Hay condados en California en los
que un niño nacido en 2000 tiene 30 por ciento de probabilidad de
desarrollar diabetes (esa probabilidad se dispara a 50 por ciento para
niños afro-americanos y latinos).
En proporción una persona gasta menos en alimentos hoy en día que hace
30 años. Pero eso se debe fundamentalmente al proceso de
industrialización que ha reducido los costos unitarios en la industria
alimentaria. Eso no requirió grandes innovaciones tecnológicas, sino un
incesante proceso de concentración de la producción y de transformación
del paisaje rural en Estados Unidos.
La necesidad que tienen cadenas
como MacDonalds o Burger King de mantener una homogeneidad casi absoluta
en el tipo de productos que ofrecen ha cambiado la manera en que se
producen casi todos los productos cárnicos, así como muchos productos
agrícolas.
La producción de carne de res, de cerdos y de pollo, por
ejemplo, ha requerido grandes concentraciones de animales en condiciones
insalubres y con graves consecuencias para el medio ambiente y la salud
humana. Entre paréntesis, no hay que olvidar que esa industria es la
que mayor impacto tiene en la transformación del sistema alimentario en
el mundo.
La reducción de precios también se debe a los subsidios que recibe la
industria alimentaria, en especial a través de los canalizados para la
producción de maíz y soya, productos que sirven de insumos en 90 por
ciento de los alimentos procesados que se ofrecen en un supermercado.
Finalmente, los precios bajos son artificiales porque no incluyen el
costo en salud que alguien tiene que pagar al pasar los años: a la
salida del MacDonalds están esperando las farmacéuticas con sus garras
bien afiladas.
La clase de comida ingerida en Estados Unidos no es la más saludable,
pero sí la más rentable para las empresas. Esto es cierto a lo largo de
toda la industria alimentaria y, en especial, para las cadenas como
MacDonalds, Burger King, Taco Bell, KFC, así como para todas las
empresas refresqueras y de comida chatarra.
Sus alimentos son vehículos
repletos de calorías, sal y grasas, con un componente minúsculo de
nutrientes saludables. En muchos casos tienen ingredientes adictivos. Es
normal pues se trata de dietas especialmente diseñadas para mantener la
tasa de ganancias, no para alimentar al cliente. Ya se ha dicho: desde
el punto de vista de las ganancias de la industria alimentaria, la
obesidad es la mejor señal de éxito.
La industria alimentaria en Estados Unidos ha convertido el tracto
digestivo de la población en un espacio de rentabilidad. La colonización
de la alimentación por el capital no es, por supuesto, un caso aislado.
En el capitalismo todo puede ser un nicho para obtener ganancias." (Jaque al neoliberalismo, 15/08/2012, Alejandro Nadal, La Jornada)
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