"Tal vez no pase mucho tiempo antes de que lo que ocurre en Estados
Unidos deje de tener importancia para el mundo. La semana pasada se dijo
en Brasil que la presidenta Dilma Rousseff estaría más preocupada con
lo que pasaría en el XVIII Congreso del Partido Comunista Chino que con
el resultado de las elecciones estadounidenses.
Sea como sea, el poder
político-militar y financiero de Estados Unidos hace que, por ahora, lo
que sucede en este país deba ser objeto de reflexión.
La primera lección de las recientes elecciones es que la
concentración de la riqueza y la desregulación de la financiación de las
campañas electorales están poniendo en riesgo la democracia. Estas
fueron las elecciones más caras de la historia de Estados Unidos y la
falta de transparencia en las contribuciones financieras a los
diferentes candidatos nunca fue tan indignante. (...)
El poder del dinero está destruyendo la democracia estadounidense de
muchas otras maneras. Recientemente fue denunciada una organización
privada, no registrada como lobby , cuyo trabajo consiste en preparar
legislación favorable a las empresas (impedir la sindicalización,
eliminar los requisitos ambientales, etc.) a todos las escalas de
gobierno (local, estatal y federal).
Tras identificar políticos
manipulables, les ponen en las manos proyectos de ley y les recompensan
si consiguen su aprobación. Esta organización se llama American
Legislative Exchange Council y ha sido financiada por las mayores
empresas de Estados Unidos.
Por otro lado, grupos conservadores recurren a la “supresión del
voto”, un conjunto de estratagemas para impedir que los grupos sociales
inclinados hacia candidatos de izquierda ejerzan su derecho de voto:
exigencia de formas de identificación caras o difíciles de obtener;
mensajes a los subordinados previniéndoles de un posible despido si
votan “equivocadamente”; carteles a la entrada de las ciudades
favorables a Obama, advirtiendo engañosamente que quien cometa alguna
irregularidad en el voto (por ejemplo, votar fuera de su sección
electoral) puede ser castigado con penas graves; sospechas discutidas en
las redes sociales de que si la diferencia de votos entre los
candidatos fuese mínima, las máquinas de voto electrónico podrían estar
programadas para alterar los resultados contra Obama. (...)
La segunda lección que los ciudadanos no aceptan es que la educación y
la salud dejen de ser un derecho para convertirse en una mercadería a
la que tienen acceso solamente quienes pueden comprarla.
Dentro de los
límites impuestos por un Congreso hostil y por un poder económico bien
organizado, Obama avanzó con algunas políticas públicas que garantizaron
más derechos a los grupos sociales vulnerables.
Esos grupos coinciden
en parte con lo que se denomina minorías (negros, latinos e
inmigrantes). Junto a otros grupos sociales hostilizados por los
conservadores (mujeres y homosexuales), fueron la mayoría de Obama.
La lección es simple: en el inicio del siglo XXI, los gobiernos que
atenten contra los derechos a la educación y la salud serán abandonados
por los electores." (Boaventura de Sousa Santos, Visão , Attac España, 23/11/2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario