"La Encuesta de Condiciones de Vida que realiza la Unión Europea
dedica en su informe de 2011 un apartado específico a comparar la
situación socioeconómica de los hogares cuando los encuestados —de entre
25 y 59 años— eran adolescentes y la que tienen en la actualidad. Y las
conclusiones a las que llega no son nada alentadoras, según el extracto
publicado ayer por el INE.
De los adultos que crecieron en hogares españoles en los que había
dificultad o mucha dificultad para llegar a fin de mes, el 49% sigue
viviendo en la actualidad en estas circunstancias, mientras que solo un
7,3% logra llegar a fin de mes con facilidad o mucha facilidad.
El 29% de los que crecieron en hogares con dificultades forman parte ahora de la población considerada en riesgo de pobreza. En cambio, dicho riesgo afecta solo al 13,5% de los que crecieron en familias con una situación económica desahogada.
En situación de desahogo económico se encuentra el 23,4% de los
adultos que pertenecían a hogares que llegaban a fin de mes con
difidultades. El porcentaje alcanza el 44,7% cuando se analiza a
aquellos que crecieron en hogares en los que se llegaba a fin de mes con
facilidad o mucha facilidad.
La igualdad de oportunidades tiene pues un largo camino por recorrer a
juzgar por los datos de un estudio que, además, pone de relieve que el
nivel de formación educativa de los padres juega un papel determinante
en las perspectivas de bienestar futuro de sus hijos.
El 21,3% de los
encuestados cuyo padre tenía educación secundaria de primera etapa o
inferior está en estos momentos en riesgo de pobreza. El porcentaje
duplica al de aquellos en riesgo de pobreza cuyo padre tenía estudios
superiores (10,7%).
El estudio pone de relieve otra consecuencia clara y previsible en
materia educativa: de los adultos que crecieron en hogares con
dificultades para llegar a fin de mes, un 32,1% tiene educación primaria
o inferior mientras que un 18,9% ha conseguido tener una educación
superior.
El porcentaje cambia notablemente en los adultos que crecieron
en hogares que llegaban a fin de mes con facilidad o mucha facilidad:
un 7,9% tiene solo educación primaria o inferior, mientras que un 47,2%
tiene educación superior.
Otro factor con incidencia clara en las perspectivas futuras del
adolescente es el número de menores que viven en el hogar. El 28,8% de
los que vivían en hogares en los que había cinco o más menores se
encuentra en una situación de riesgo de pobreza. Este porcentaje se
reduce considerablemente en el caso de hogares con un único menor
(19,1%)." (El País, 08/11/2012)
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