"(...) P. Su libro rezuma decepción con la Unión Europea. (Zizek, estrella de la filosofía actual, publica 'El Sur pide la palabra. El futuro de una Europa en crisis')
R. Sí, porque la UE no ha sido fiel a sí misma, pero sigo siendo
totalmente pro-europeo.
Para mí los acontecimientos realmente
emancipadores han sido tres: la primera democracia griega, aún con todas
sus limitaciones, la cristiandad, con la importante idea del Espíritu
Santo que significa que hay una comunidad igualitaria de creyentes, y la
Revolución Francesa. Estos son los fundamentos de Europa. (...)
Europa todavía representa valores esenciales: libertad, igualdad, derechos humanos y estado de bienestar”.
Una Europa amenazada desde dentro por los populismos nacionalistas
que se presentan como sus defensores, enarbolando un discurso
antiinmigración que preocupa al filósofo esloveno.
“Y conste que no soy
uno de esos estúpidos izquierdistas que creen que hay que abrir las
fronteras para que entren millones de africanos. Imagínese lo que
ocurriría. Se volvería a reeditar una atroz lucha de clases. (...)
Pero es indudable que hay una paranoia anti-inmigración”. Y una
tentación totalitaria. “[El primer ministro húngaro Viktor] Orbán
declaró hace poco que la democracia tal vez funcione en Escandinavia,
pero que los húngaros son gente asiática, y necesitan un nuevo sistema
autoritario. Y en eso veo una tendencia general, y es que el capitalismo
está funcionando con sistemas autoritarios”. (...)
¿qué es lo que está haciendo la izquierda? Nada. Carece de alternativa.
Incluso esos movimientos espontáneos como el que surgió en España de los
‘indignados’, ¿qué han conseguido? (...)
“La austeridad, sin un proyecto positivo, no basta. Hay algo de pura
superstición en esa medida, hemos hecho algo mal, hagamos lo contrario.
Por eso digo que en las élites europeas no hay nadie con la menor
visión. La crisis de 2008 no se produjo porque algún Gobierno lunático
de izquierdas estuviera gastando de más, fue la crisis de sistemas
bancarios liberalizados. Y puedo repetirse en cualquier momento”. (...)
Zizek no oculta su preocupación por la pérdida de liderazgo de los
Estados Unidos que, “al contrario de lo que piensan todavía muchos
izquierdistas, no es el malo de la película”, en muchos de los
conflictos que estamos viviendo. “Obama, por ejemplo, ha reaccionado en
los temas de Irán o Siria de una forma muy razonable.
Pero hay que
aceptar que nos acercamos a un mundo multipolar”. Un mundo multipolar en
el que la República Popular China tendrá cada vez más voz. “Admiro
muchas cosas de los chinos, pero practican el colonialismo económico de
forma muchísimo más brutal que el capitalismo occidental”.
De Grecia a
Zambia, Zizek cuenta asombrado decisiones tomadas por la gran potencia.
Desde disolver los sindicatos nada más quedarse con el puerto de El
Pireo, a ‘importaron’ trabajadores chinos para hacer funcionar una mina
en Zambia, después de prometer que emplearían a gente local. (...)
Es difícil saber qué papel jugará Europa en este nuevo panorama
político, porque , “hay, al menos, tres Europas, una Europa
tecnocrática, que quiere competir con otros países en términos de
capitalismo total (o salvaje), pero si seguimos a esta Europa seremos
una parte del centro pero no la más importante.
Luego tenemos la Europa
nacionalista, anti-inmigración, que es el verdadero peligro, porque solo
podría terminar en barbarie. Y, por último, está la tercera Europa, la
única que puede salvarnos, y es la Europa reinventada por una nueva
izquierda. (...)
Pues Europa necesita ahora una herejía para sobrevivir, una escisión
sectaria del legado humanitario europeo que nos separe del cadáver de la
vieja Europa. Mi amigo maoísta [el filósofo francés] Alain Badiou dice
algo bonito, ‘el siglo XX ha muerto, la izquierda debe comenzar otra
vez’. Ya no tenemos que enfrentarnos a esa dicotomía izquierda y
derecha. El modelo del siglo XX ya no sirve.
Ya no se trata de
reinventar la socialdemocracia y su Estado de Bienestar, eso ya no
funciona. No sabemos qué es lo que nos salvará pero que hay que trabajar
en diferentes sentidos para buscarlo, y no hablo de utopías. Porque el
liberalismo como tal está perdiendo Europa, y solo hay dos alternativas,
una Europa autoritaria o inventar algo nuevo”.
¿Quién está en condiciones de forjar esa nueva Europa? ¿La izquierda?
Parece complicado porque al propio Zizek le parece “la fuerza más
conservadora de la sociedad”. Pero el momento histórico que vivimos
exige fuerza e imaginación. “Digámoslo claramente, todo el mundo lo ve
ya, el capitalismo está llegando a un cierto límite. (...)
Coincidí no hace mucho con Francis Fukuyama, y me decía que la ecología y la biotecnología han dejado obsoleto su libro El fin de la Historia y el último hombre.
Porque en esto el capitalismo liberal universal ya no funciona. Con
la biotecnología ya no se trata de tener a mano diferentes objetos que
nos permiten hacer cosas, sino que ya se insertan en el propio
organismo.
Estamos llegando a una nueva era. Todo estará integrado. Las
gafas de Google, y artilugios que pueden implantarte para controlar tu
presión sanguínea u otras cosas, y hasta existe la posibilidad de que el
cerebro se conecte a un ordenador al que las personas inválidas puedan
dar instrucciones mediante el poder del cerebro.
Y los chinos lo siguen
muy de cerca, en su caso con la intención de regular física y
psicológicamente el bienestar de la población. Olvidemos las bombas,
ahora bastaría actuar sobre el cerebro mediante una máquina… Lo que yo
digo es que estos nuevos problemas no pueden ser controlados ni mucho
menos resueltos con el clásico sistema de poder, con las políticas
neoliberales. Se necesita un gobierno global”. (...)" (
Lola Galán
, El País, 17 MAY 2014 )
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