"El pasado 8 de julio se iniciaron en el Parlamento catalán las
comparecencias de expertos académicos y miembros de la sociedad civil
sobre la Iniciativa Legislativa Popular por una Renta Garantizada de Ciudadanía.
1. La RGC tiene carácter complementario: se suma a los ingresos
actuales hasta alcanzar el valor objetivo (que se calcula en la ILP como
el índice de suficiencia de renta: un valor cercano al umbral de la
pobreza).
Esta complementariedad provoca la conocida trampa de la
pobreza, que es cuando el perceptor de la RGC no tiene incentivos a
aceptar un trabajo de baja remuneración porque pierde la ayuda, lo cual
le puede significar que su renta neta final (descontados los costes de
ir a trabajar) sea inferior a quedarse en casa.
Podemos estar de acuerdo
en esto, y ha sido reconocido este efecto tanto a izquierda como
derecha, pero la solución ya hace muchos años que está diseñada, como
muestra este ejemplo del Premio Nobel James Tobin,
y se llama Renta Básica Universal.
Los que firmamos esta nota siempre
hemos defendido que la RB es una medida mucho mejor (en sentido
económico, social, filosófico y político) que cualquier subsidio
condicionado.
Y nuestra tesis siempre ha sido clara: ante la situación
actual una RGC es una gran mejora, pero la RB es mucho mejor que la RGC.
La RB es incondicional (no depende de la situación laboral ni económica
del individuo) y aditiva (se añade a cualquier ingreso) por lo que no
provoca la trampa de la pobreza.
Y aquí tenemos la primera falsedad del
artículo: dice el señor Puig que la RB exigiría un volumen imposible de
recursos. Suponemos que el señor Puig no se ha leído los últimos artículos o investigaciones
que hemos publicado sobre la factibilidad de una RB en Catalunya,
teniendo en cuenta los actuales ingresos declarados en IRPF (que ya
sabemos que no son todos los que hay), contando con los ahorros que se
obtendrían en el pago de subsidios y pensiones por debajo de la RB y
dejando intacta la recaudación actual del IRPF para sus actuales usos
(salud, educación, etc…).
Los cálculos realizados con una muestra de un
cuarto de millón de declaraciones de IRPF en uno de los años más
profundos de la crisis (2010) nos dan un resultado que es perfectamente
financiable. Y ya les avanzamos que hemos hecho algunas estimaciones
preliminares para el conjunto del reino de España y los resultados son
similares cuando ajustamos por nivel de precios y renta, pese a lo que
digan algunas organizaciones bienintencionadas como Gestha, que calculan
los costes de manera errónea.
2. La RGC tendría un efecto llamada
y estaríamos inundados de inmigrantes deseosos de vivir del cuento
(público). Pues vaya, no parece que esto sea lo que sucede en países con
un gasto social mucho más elevado que el nuestro, y que incluyen
sistemas de RGC muy próximos a la RB como los de Dinamarca u Holanda.
La
razón es fácil: hay que demostrar un mínimo de tiempo de residencia
(contado en años) en el país para ser merecedor de la RGC o la RB. Pues
lo mismo para Catalunya si felizmente se consigue aplicar lo que ahora
simplemente es Iniciativa Legislativa Popular.
3. La RGC o la RB
no obligan a la gente a “espabilarse” y a buscar trabajo, se objeta.
¡Caramba! Si se espabilaran encontrarían trabajo (sic). Parece poco
creíble que cuando en Catalunya hay oficialmente más de 800.000 personas
en paro y menos de la mitad (como en el conjunto del reino de España)
reciben alguna ayuda, haya poco interés en encontrar trabajo.
¿No será
que no hay trabajo remunerado? Claro que la solución neoliberal está
cantada: si trabajan gratis o casi gratis (a tres y pico euros la hora)
en condiciones laborales de semiesclavismo, seguro que encuentran
trabajo, y si además reducimos las prestaciones para empujarles a
aceptar cualquier oferta, seguro que desaparece el paro (por inanición,
por emigración o por cualquier otra “razón” de tanta calidad).
4. La
RGC facilita que la gente viva en la vagancia, sin aportar nada a la
sociedad. Podemos repetir los argumentos del punto anterior puesto que
son perfectamente aplicables, pero añadiremos que poner en la misma
balanza a los posibles perceptores de la RGC y a los políticos corruptos
como hace el autor nos parece de una mezquindad tontaina además de
grosera.
Los primeros necesitan recursos para sobrevivir, los segundos
para enriquecerse a costa de los demás. Y no nos vale la justificación
porque haya cuatro aprovechados que son capaces de vivir toda la vida
con 650 euros mensuales para quitar los derechos a los demás, cuya
inmensa mayoría seguro que quieren más de la vida, y encima
estigmatizarlos y culpabilizarlos. No hay derecho, como tampoco lo hay a
quitar la sanidad universal o los derechos ciudadanos a quienes no
trabajan.
Es más, tampoco estamos de acuerdo en que en particular la RB
fomente el fraude fiscal. Al contrario, en tanto es una renta que
cobraría todo el mundo con el esfuerzo de todos, nos haría mucho más
responsables en nuestra conciencia fiscal y mucho menos tolerantes con
el fraude: ya no habría personas extrasistema; todas cobran, todas deben
cumplir sus obligaciones.
5. El proyecto fomenta la separación
familiar para poder cobrar más. Pensar que las familias se van a separar
de manera virtual, con los medios que se dispone ahora para
comprobarlo, por motivos de fraude y poniendo ejemplos de hace 40 años
de madres solteras americanas, es por lo menos naíf. Sólo el coste de
alquilar una vivienda adicional y pagar los gastos de suministros
(fácilmente comprobables) ya es superior al beneficio añadido de este
triste fraude. (...)
6. No se puede pagar a no ser que recortemos en salud o educación, como
sorprendente “argumento”. O sea, tenemos un país con una presión fiscal
ocho puntos inferior a la media europea y hasta 15 inferior a los países
más avanzados (sí, Catalunya también) y no podemos pagar los 2.500
millones brutos que costaría la RGC.
Y digo brutos porque el efecto
sobre el consumo y la economía de la medida sería inmediato y por tanto
buena parte de este sobrecoste se recuperaría con el incremento de la
recaudación fiscal (milagros de los multiplicadores del gasto).
Y si
quieren una sugerencia, cojan la rebaja del IRPF del señor Montoro, no
la apliquen y mantengan los tipos actuales (que están entre los más bajos de Europa, por mucho que nos empeñemos en decir que pagamos mucho), y ya tenemos financiado casi todo el coste de la RGC. (...)" (Jordi Arcarons / Daniel Raventós / Lluís Torrens - Público.es, en Attac España, 15/07/2014)
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