"El movimiento cooperativo y las empresas cooperativas están en pleno
resurgimiento aunque algunos de sus representantes más arraigados estén
en declive. Este resurgimiento es propio de los vaivenes del
cooperativismo, estrechamente relacionados con los propios vaivenes de
la economía capitalista predominante. Tras la crisis sistémica del 2008,
hay mucha gente buscando alternativas.
Aun así, no podemos
limitarnos a observar los modelos antiguos y recrearlos. Hemos de tener
en cuenta las nuevas posibilidades y necesidades de nuestra época,
especialmente en relación a las ventajas que aportan las redes
digitales.
A continuación, enumeraré varias ideas desde una perspectiva P2P, o entre pares, tal y como las estamos desarrollando en el contexto de la Peer to Peer Foundation.
Empecemos con una crítica de los modelos cooperativos tradicionales:
Es
cierto que las cooperativas son más democráticas que sus equivalentes
capitalistas, basados en la dependencia salarial y la jerarquía interna.
Pero las cooperativas que trabajan dentro del mercado capitalista
tienden gradualmente hacia una mentalidad competitiva, y aunque no sea
así, trabajan para el beneficio de sus propios miembros y no para el
bien común.
En segundo lugar, la gran mayoría de las cooperativas
no crean, protegen, ni producen bienes para el procomún. Al igual que
sus equivalentes con ánimo de lucro, normalmente trabajan con patentes y
copyrights , favoreciendo así el cerco al procomún.
En tercer
lugar, algunas cooperativas tienden a encerrarse en sí mismas en torno a
su pertenencia nacional o local. Con ello, dejan el campo global libre a
las grandes multinacionales con ánimo de lucro.
Tenemos que cambiar estas características, y podemos cambiarlas hoy mismo.
Estas son nuestras propuestas:
1.
A diferencia de las empresas con ánimo de lucro, las nuevas
cooperativas han de trabajar para el bien común, un requisito que
debería figurar en sus propios estatutos y documentos de gobernanza.
Esto conlleva que las cooperativas no pueden tener ánimo de lucro, que
tienen que trabajar por el bien social y que todo lo anterior debería
reflejarse en sus estatutos. Las cooperativas de solidaridad que ya
funcionan en regiones como el norte de Italia y Quebec son un paso
importante en la buena dirección.
El modelo de mercado capitalista
actual ignora las externalidades sociales y medioambientales, pasando la
responsabilidad de regularizarlas al Estado. En el nuevo modelo de
mercado cooperativo, las externalidades están estatutariamente
integradas y son legalmente obligatorias.
2. A diferencia de
las cooperativas cuyos miembros son las únicas partes interesadas, las
nuevas cooperativas abrirán su gestión a múltiples grupos de interés.
Esto supone que la condición de “miembro” ha de extenderse a otros
tipos de membresía o que se necesitan alternativas al modelo de
membresía tradicional, como el nuevo modelo de Fairshares.
3. La
innovación más importante dentro del contexto actual es la siguiente:
las cooperativas deben (co-)producir bienes para el procomún y estos
bienes han de ser de dos tipos:
a. El primer tipo son bienes
inmateriales. Es decir, bienes que utilizan licencias abiertas y
compartibles, extendiendo así el proceso de innovación cooperativa a
toda una comunidad global dispuesta a enriquecerlo mediante sus
contribuciones.
En la P2P Foundation hemos introducido el concepto de “licencias de reciprocidad basadas en el procomún”.
Estas licencias están diseñadas para crear coaliciones de empresas
éticas y cooperativas alrededor del procomún que co-producen. Los
aspectos clave de estas licencias son:
- Este procomún permite el uso no comercial
- Este procomún permite el uso por parte de instituciones orientadas hacia el bien común
- Este procomún permite el uso por parte de empresas con ánimo de lucro que contribuyen al procomún. La excepción radica en que aquellas empresas con ánimo de lucro que no contribuyen al procomún tendrían que pagar por el uso de la licencia. No se trata de una estrategia para generar ingresos, sino de una manera de introducir la noción de reciprocidad en la economía de mercado. Es decir, su objetivo es el de crear una economía ética, una dinámica de mercado no capitalista.
b. El segundo tipo es la creación de un procomún material.
Aquí nos planteamos establecer sistemas de financiación orientados al
procomún para, por ejemplo, fabricar maquinaria. Inspirándonos en las
propuestas de Dmytri Kleiner,
las cooperativas podrían emitir bonos mediante la contribución de todos
los miembros de todas las cooperativas que forman parte del sistema,
creando así un fondo comunal para la producción.
La cooperativa que pide
los fondos obtendría la maquinaria sin condiciones, pero los
propietarios serían todos los cooperativistas que, con el paso del
tiempo, obtendrían una renta básica derivada de los intereses obtenidos a
través del fondo.
4. Finalmente, debemos abordar la cuestión del poder político y social a nivel global. Siguiendo la estela de la transnacional Sociedad Cooperativa de las Indias Electrónicas, proponemos la creación de filés globales.
Una filé es un ecosistema global de empresas para facilitar la
sostenibilidad del procomún y de la comunidad que contribuye a él.
Funcionaría de la siguiente manera: imaginemos una comunidad global de
diseño abierto que produce planos de maquinaria agrícola abierta (o
cualquier otro producto o servicio imaginable). Esta maquinaria se
fabricaría y se produciría mediante un sistema de micro-fábricas
abiertas, distribuidas y situadas cerca de los lugares donde se
utilizará la maquinaria.
Pero estas micro-cooperativas no funcionarían
de manera aislada, relacionándose solo a través de una comunidad global
de diseño abierto “orientada hacia lo inmaterial”. Por el contrario,
estarían todas conectadas entre sí como partes de una cooperativa global
que abarcaría a toda la red de micro-fábricas.
Estas filés,
interconectadas y globales, serían el germen de una nueva modalidad de
poder político social y global representativo de la economía ética. Las
coaliciones empresariales éticas y las filés podrían volcarse en la
coordinación post-mercantilista de la producción física, adoptando
gradualmente prácticas de contabilidad y cadenas de producción abiertas.
En
resumen, aunque las cooperativas tradicionales han jugado un papel
importante y progresista dentro de la historia de la humanidad, tenemos
que actualizar su formato para adaptarlo a la era de las redes mediante
la introducción de una orientación P2P y del procomún.
Nuestras recomendaciones para la nueva era de cooperativismo abierto son:
1. Estas cooperativas han de estar estatutariamente (internamente) orientadas al bien común.
2. Estas cooperativas precisan modelos de gobierno que incluyan a todas las partes interesadas.
3. Estas cooperativas necesitan acometer activamente la co-producción de bienes materiales e inmateriales para el procomún.
4.
Estas cooperativas han de organizarse social y políticamente de forma
global, incluso en el caso de que su producción sea local."
(Artículo traducido por Stacco Troncoso y editado por María Rodríguez - Guerrilla
Translation! , Cooperativismo abierto para la era P2P , Michel Bauwens , P2P Foundation / guerrillatranslation.com, Rebelión, 04/07/2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario