"El libro de Thomas Piketty titulado
Capital in the Twenty-First Century ha tenido un gran impacto en el
mundo académico de habla inglesa, y es probable que lo tenga en el de
habla castellana cuando se publique en tal idioma este año (se publicará
una versión en catalán esta semana, y otra en castellano el próximo
mes).
Una causa de dicha notoriedad se debe a que muestra, con gran
cantidad de datos, muchas de las falsedades que se han reproducido en la
sabiduría convencional del conocimiento económico, donde las creencias
neoliberales han sido las dominantes.
La gran cantidad de evidencia
científica presentada en el libro le da una credibilidad y un rigor que
han puesto al pensamiento neoliberal a la defensiva, ya en sí muy tocado
por el gran fracaso que la aplicación de las políticas públicas basadas
en este pensamiento ha tenido, siendo una de las principales causas de
la Gran Recesión (para una mayor discusión del libro, véase mi artículo
“El porqué de las desigualdades: una critica del libro de Thomas
Piketty, Capital in the Twenty-First Century”, Público, 15.05.14).
Uno de los postulados característicos
del dogma neoliberal, destruido por el libro de Piketty, es aquel que
sostiene que el capitalismo, sin ningún tipo de regulación pública, no
lleva a una mayor concentración de la riqueza.
Ha sido y continúa siendo
parte del dogma neoliberal creer que el capitalismo, dejado a su propia
lógica, sin ningún tipo de intervención pública, se regula a sí mismo
reduciendo las desigualdades. Los datos de Piketty desmontan claramente
este componente del dogma. Ha sido solo en momentos históricos de gran
intervencionismo público (el periodo 1932-1980) cuando las desigualdades
de riqueza y de renta han disminuido.
Otro de los postulados del dogma
neoliberal, que los datos presentados por Piketty también destruyen, es
el que sostiene que las políticas neoliberales (que sistemáticamente
favorecen a las rentas altas y a la propiedad del capital) son
necesarias para estimular el crecimiento económico y la creación de
riqueza.
Piketty muestra cómo la tasa de crecimiento económico fue mucho
más elevada cuando la carga fiscal al capital y los impuestos a las
rentas superiores fueron más elevados (durante el periodo 1932-1980) que
después (en el periodo 1980-2008), cuando los impuestos al capital y a
las rentas superiores fueron mucho (pero que mucho) más bajos que en el
periodo anterior. (...)
Pero como varios autores hemos indicado
(véase mi artículo “No se puede entender el mundo del capital sin
entender el mundo del trabajo”, Público, 11.07.14, y también el de David
Harvey “Afterthoughts on Piketty’s Capital in the Twenty-First Century”
en Challenge, octubre 2014), Piketty parece caer en el mismo error
cuando sintetiza todo su trabajo en una fórmula matemática en la que
muestra que la rentabilidad del capital (r) es siempre mayor que la tasa
de crecimiento de la economía (g).
Según él, esta realidad, definida en
esta fórmula, es la que ha causado la enorme concentración de la
riqueza en el 1% de la población (tanto en todo el mundo como en la
mayoría de países capitalistas desarrollados) hecho denunciado por el
movimiento Occupy Wall Street, inspirado, a su vez, por el movimiento
español del 15-M.
Dicha fórmula matemática, sin embargo,
describe pero no explica esta realidad. Como bien señala David Harvey,
por qué el capital se está concentrando es la pregunta clave. No es
suficiente con escribir que ello se debe a que la rentabilidad del
capital crece más rápido que el crecimiento de la economía.
Lo que hay
que explicar es porqué ello ocurre. Y ahí es donde el contexto político
en el que ocurre esta concentración es determinante. No puede entenderse
la evolución del capital sin entender su relación con el mundo del
trabajo. El periodo post II Guerra Mundial (1945-1980) se caracterizó
por un Pacto Social entre el mundo empresarial (propietario y gestor del
capital) y el mundo del trabajo y sus instrumentos políticos y
sindicales.
Tal Pacto dio lugar a que las rentas del trabajo (como
porcentaje de las rentas totales) alcanzaran unos niveles elevados
(alrededor del 70 al 75%) de la renta nacional en la mayoría de países a
los dos lados del Atlántico Norte (EEUU y Europa Occidental). Fue,
también, durante este periodo, cuando las políticas fiscales fueron
claramente progresivas, con un elevado gravamen en las rentas derivadas
de la propiedad del capital.
Fue en esta época también cuando el Estado
del Bienestar se estableció y expandió, estando su expansión
directamente relacionada con la fuerza del mundo del trabajo. A mayor
poder de este último, mayor extensión del Estado del Bienestar, siendo
los países escandinavos (donde el mundo del trabajo alcanzó mayor poder)
el mayor exponente de esta situación.
Este Pacto Social se rompió con la
elección como Presidente de EEUU de Ronald Reagan (el gran gurú de los
neoliberales) y de la Sra. Thatcher como Primera Ministra del Reino
Unido, cuyo objetivo era recuperar el poder del capital a costa del
debilitamiento del mundo del trabajo. Alan Budd, el consejero económico
de la Sra. Thatcher, lo dijo claramente: las medidas neoliberales
tomadas por el gobierno Thatcher “tenían como objetivo aumentar el
desempleo, lo cual era muy importante y deseable, a fin de reducir la
fuerza de la clase trabajadora….
Lo que hicimos era lo que Karl Marx
definió como crisis del capitalismo, que consiste en expandir el
desempleo (reserve army), lo que permite la bajada de salarios y el
aumento de la rentabilidad del capital a partir de entonces” (The
Observer, 21.06.92). Esta fue la causa de que las desigualdades
crecieran enormemente. La diferencia entre lo que ingresaba un
trabajador promedio y el director delegado de las grandes empresas pasó
de ser de 30 a 1 en 1970 a 300 a 1 ahora.
Estaba claro que, como bien
dijo Warren Buffett, “seguro que hay una guerra de clases (class war) en
este país. Y mi clase, los ricos, son los que la están haciendo y
ganando diariamente” (New York Times, 26.11. 06). El punto débil de
Piketty es que no hace referencia a este contexto político. Analiza la
evolución del capital, sin analizar su relación con el mundo del
trabajo.
Pero este silencio de Piketty tiene
también un coste, pues no hace ninguna referencia a las consecuencias de
esta concentración. Es cierto que este autor habla del impacto negativo
que tal concentración tiene sobre la salud e higiene democráticas, pues
tal concentración afecta y deteriora la calidad democrática de las
sociedades capitalistas desarrolladas.
Pero, además de ello, esta
concentración de la riqueza y de las rentas y el consiguiente aumento de
las desigualdades, ha sido una de las mayores causas de la Gran
Recesión en la que se encuentran tales países. Tal empobrecimiento del
mundo del trabajo creó un gran endeudamiento de la mayoría de las clases
populares, que obtenían sus rentas del trabajo, y, más tarde, un grave
descenso de la demanda, que es lo que causó la Gran Recesión. La
evidencia de ello es abrumadora.
El promedio de renta del trabajo pasó
de representar el 72% de la renta nacional en los países de los dos
lados del Atlántico Norte en los años setenta, a un 61% en el año 2010.
En realidad, en España el porcentaje ha sido menor, un 52% (ver mi
artículo “Capital-Trabajo: el origen de la crisis actual”, Le Monde
Diplomatique, julio 2013).
Este enorme descenso determinó la crisis
económica, y también causó la crisis financiera, pues la enorme
expansión del sector financiero, fruto del endeudamiento generalizado y
la escasa rentabilidad de las inversiones productivas (resultado de la
escasez de la demanda) potenció el incremento de las inversiones
especulativas, creándose el capitalismo del casino, cuyos estallidos
originaron la crisis financiera. De esto, Piketty tampoco dice nada.
Ahora bien, estos silencios o limitaciones no diluyen la importancia de
su texto. Su publicación contribuirá al tan necesario descrédito del
pensamiento neoliberal que todavía domina los centros de producción y
reproducción del conocimiento económico. Aconsejo su lectura." (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 16 de octubre de 2014., en vnavarro.org, 16/10/2014)
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