"(...) Para responder a esta pregunta tenemos
que salirnos del área del conocimiento económico para movernos en el
área del conocimiento político (lo que se llama en el mundo anglosajón
el contexto político). Como bien decía mi maestro Gunnar Myrdal, “detrás
de todo fenómeno económico hay una realidad política”. Veamos los
datos.
El EPI muestra como desde 1970 hasta
2013, la productividad en EEUU creció un 64,9%, mientras que el salario
promedio de la mayoría de los trabajadores de EEUU (el 80% de la fuerza
laboral en el sector privado) creció solo un 8%, ocho veces menos que el
crecimiento de su productividad.
La consecuencia de ello es que la gran
mayoría de la riqueza creada por el trabajador, como resultado del
crecimiento tan notable de su productividad, no repercutió en su
compensación salarial. ¿A dónde fue, pues?
Uno de los gráficos publicados por el
EPI muestra clara y diáfanamente donde fue. Desde 1978 hasta 2011 las
rentas derivadas del trabajo bajaron del 53% al 44% del PIB, mientras
que las rentas del capital subieron muy marcadamente. En otras palabras,
la mayor parte de la riqueza producida por el trabajador fue a
enriquecer a los propietarios de las empresas.
No hay otra manera de
leerlo. En realidad, el problema es incluso mayor de lo que aparece en
el grafico, porque las rentas derivadas del trabajo incluyen también los
salarios de los grandes empresarios y banqueros, salarios que son
astronómicos (3.000 veces el salario del trabajador) y que no guardan
ninguna relación con la productividad. Cuando los salarios de estos
personajes se sacan del capítulo “rentas del trabajo”, se aprecia que la
reducción de los salarios del 80% de la fuerza laboral es incluso
mayor.
El EPI también muestra que la diferencia entre los salarios de
los graduados universitarios y los graduados en educación secundaria era
mucho, mucho menor, que la diferencia entre aquellos que están en la
cúspide salarial (los Bill Gates del país) y los graduados
universitarios.
El debilitamiento del mundo del trabajo
Lo que ha estado ocurriendo es que las
políticas públicas neoliberales iniciadas por el Presidente Reagan han
favorecido enormemente a las capas sociales más poderosas a costa de
todas las demás. Este era el objetivo de estas políticas públicas:
debilitar al mundo del trabajo a costa de enriquecer al mundo del
capital. Lean el informe del EPI y lo verán.
Algo parecido ha pasado en
Europa Occidental, y muy en especial durante estos años de crisis. Es lo
que antes se llamaba “lucha de clases” y ahora ya no se cita por
considerarse (por parte de la sabiduría convencional) un término
anticuado, asumiendo, además, que no hay clases sociales. Los datos, sin
embargo, hablan por sí solos. Hay clases sociales. Lo que ocurre es que
se han redefinido. Hoy, la lucha de clases es entre una minoría que
controla y gestiona el capital y todos los demás.
La solución al crecimiento de las
desigualdades pasa por hacer lo opuesto a lo que se ha estado haciendo.
Es decir, reforzar el mundo del trabajo a costa del mundo del capital. A
aquellos que inmediatamente dirán que esto repercutirá negativamente en
el crecimiento económico se les tendría que aconsejar que vieran los
datos.
Las tasas de crecimiento fueron mucho más elevadas cuando las
rentas del trabajo eran más elevadas y las rentas del capital más
bajas. El periodo 1945-1980 fue de mayor crecimiento que el de
1980-2012. Así de claro." (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 21 de octubre de 2014., en vnavarro.org, 21/10/2014)
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