"Este es un libro totalmente inclasificable. Bordea el ensayo, entre
periodístico y filosófico, y la autobiografía. La autora, Leslie
Jamison, es una joven escritora norteamericana nacida en 1983.
La obra
consta de un conjunto de escritos que tienen en común hablar del dolor.
Del dolor de los otros, pero también del propio. Quizás al hablar del
propio lo hace con la misma distancia con la que habla del dolor de los
otros. Distancia extraña, porque es una distancia empática. Pero no es
esta identificación con lo que le padece el otro que llamamos compasión.
El filósofo italiano Giorgio Colli decía que Schopenhauer y Nietzsche
eran los dos últimos grandes filósofos y que lo que tenían en común era
la centralidad que daban al problema del dolor. El dolor como elemento
básico dela existencia humana. Pero algo contra lo que nos defendemos,
que no aceptamos, de lo que no queremos hablar, de lo que nos escapamos.
O que quizás solo hablamos en términos religiosos, y aquí es el mismo
Nietzsche el que dice que el éxito del cristianismo se debe, sobre todo,
a que es capaz de dar sentido al sufrimiento. Nietzsche quería
mostrarnos el dolor como algo que sin tener sentido había que asumir
como parte de la propia vida, de su intensidad.
Negar el dolor, para él,
era anestesiarse. Así como aceptar la compasión era sacrificarse
absurdamente por otro y no ser capaz de asumir el placer de vivir.
Aunque seguramente Nietzsche se defendía de sus propias tendencias
compasivas. Mientras que Schopenhauer, apologético de la compasión, era
en su vida personal , según dicen sus biógrafos, muy poco compasivo.
Leslie jaminson habla de muchos dolores. Habla del dolor fingido por
los actores y actrices. Ella era una de la que los fingían para las
prácticas de medicina. Habla de su dolor cuando le rompieron la nariz en
Nicaragua para robarle la cámara fotográfica. Habla de otros dolores,
propios y ajenos.
Habla del dolor producido por una extraña enfermedad
(el síndrome de Morgellons) en el escrito llamado precisamente “El
anzuelo del diablo”. Habla de su gran teoría unificada del dolor
femenino en lo que es la parte más ensayista del libro. Pero hablando
siempre de un estilo ensayístico absolutamente original. Habla también
de unas cuantos “visitas guiadas hacia diferentes formas de dolor.
Hay también dos crónicas tan sorprendentes como terribles. La de un
hombre que lleva ya bastante tiempo en prisión por una condena increíble
basada en una estafa a Hacienda. Crónica de su estancia en prisión, de
su capacidad de soportar el encierro inventándose los más singulares
“ejercicios espirituales”.
O el que explica unos documentales sobre el
juicio a tres adolescentes por la muerte de tres niños. Tres
adolescentes que resultaron ser inocentes después de pasar dieciocho
años en la cárcel. Una crónica terrible, sin concesiones pero escrito
con una gran humanidad. Tampoco quiero olvidar su breve retrato, desde
el dolor, de Frida Kahlo.
En uno de sus escritos trata sobre
los participantes en una durísima maratón en pleno bosque. Se llama “El
horizonte inmortal”. Y de lo que trata Leslie Jamison, seguramente sin
saberlo de manera explícita, es d elo que Jacques lacan llamaba el goce.
Viene a ser lo que Freud llamó anteriormente “el más allá del principio
del placer”. Es decir que si entendemos el placer como un estado
agradable entonces hay un placer límite, el de una máxima excitación
ligada al dolor que sería este goce.
Leslie Jamison no
elige la perspectiva del drama para hablar de tantos dolores. Ni tan
solo la trágica, aunque esté más cercana de esta que de la anterior. Más
bien me recuerda la frase que dirigía un fotógrafo francés cuando
saludaba a los africanos: “¿Cómo vais con vuestro dolor ?”. En todo caso
un libro excepcional que merece ser leído desde la experiencia, sobre
todo la del propio dolor." (Luis Roca Jusmet , Rebelión, 25/01/16)
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