" (...) la clave hispana radica en la traslación de lo cuantitativo a lo
cualitativo: del paso de unos números abrumadores a un reconocimiento de
la calidad de “lo latino”, como sinónimo no solo de creatividad y
alegría (cosas, conviene no olvidar, muy importantes de por sí) sino
también como concepto asociado a la profesionalidad y la innovación.
Y,
quizá más relevante, como una cultura —o habría que decir, multiplicidad
de culturas— intrínsecamente conectadas con la tolerancia, la
diversidad, el respeto y los valores humanos. Ello no son virtudes
menores, en un mundo aún alterado e indeciso, donde las autocracias y el
populismo pretenden aprovecharse de la fragilidad de la democracia, por
definición abierta, para imponer sus fórmulas excluyentes.
Y por eso
“lo hispano” contiene un potencial de reputación en auge, vinculado a
esa apertura cívica e inclusiva, aunque aún deba demostrar en su entorno
las ventajas competitivas que implica gozar de una identidad plural.
Para ello los hispanos sin duda encontrarán aliados en su propia nación
—fundada originariamente sobre el ideal democrático—, pero también los
encontrarán y nos corresponde manifestarlo, en todos los pueblos y
culturas iberoamericanos, empezando por España." (Jesús Andreu, El País, 11/01/18)
No hay comentarios:
Publicar un comentario