"(...) El poder se ha acumulado en quienes generan, acumulan, controlan y
manipulan información. En una aproximación muy simple, Big Data, según
la define IBM, es una tecnología para ordenar y describir enormes
cantidades de datos, estructurados o no, y que permite un enfoque nuevo
en el entendimiento de procesos y para tomar decisiones.
Lo que ha hecho Cambridge Analytica, con Steve Bannon incluido, pues
fue vicepresidente de esa consultora, es precisamente reconocer el poder
que tienen los datos masivos y la posibilidad que hay de usarlos
mediante la minería, el análisis y la comunicación para fines
específicos y muy diversos. En particular sirven para enfocarse con
bastante precisión en los individuos, no en la masa.
Esto es muy similar a lo que hacen Netflix cuando sugiere a los
suscriptores los programas que exhibe; Google cuando dirige la
publicidad según las consultas que se hacen en su buscador o Amazon
cuando enfoca la atención a ciertos productos según las preferencias de
compra de los usuarios.
El robo de Cambridge Analytica fue posible debido al mismo negocio de
Facebook que ha usado extensamente a los llamados desarrolladores para
ampliar el uso de sus bases de datos. Según explica la misma empresa
esos desarrolladores constituyen un programa guiado por las comunidades
locales y cuyo objetivo es compartir el conocimiento que resulta de la
acumulación de datos de quienes participan de la red.
Facebook, como no podía ser de otra manera, se concentra en el
desarrollo de sus negocios y de sus crecientes posibilidades
tecnológicas. Como Mark Zuckerberg ha dicho, las nuevas normas sociales
con respecto a la privacidad están cambiando y sobre esa base cuando los
ingresos de su empresa empezaron a crecer, se centró en el verdadero
caudal que representan los datos; business is business.
Bannon ha sido más brutal como acostumbra y sin empacho ha dicho que
ese negocio implica tomar gratis los datos de los usuarios y venderlos,
luego se formulan los algoritmos para dirigir sus vidas. Debió añadir
que también los ha sustraído, ante la pasividad de Facebook. Ante el
escándalo, Zuckerberg afirmó que si su plataforma no puede proteger la
información entonces no merecemos servirlos. En efecto, así es. ¡En
buenas manos estamos! (...)
Todo esto puede parecerle a muchos algo inocuo, ingenuo o trivial, pero
no lo es. El uso de algoritmos cada vez más precisos puede provocarnos
una sensación positiva como consumidores o como miembros de una
colectividad en las redes sociales.
Después de todo, la definición de
cada uno se resume en un me gusta o sus derivaciones: me encanta, me
entristece, me enfurece y me asombra. Un buen perfil sicológico es el
que así se aporta sin contrapartida alguna y para el lucro de otros. (...)" (León Bendesky , El Viejo Topo, 16/04/18. Artículo publicado originalmente en La Jornada)
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