"Cuando los economistas nos enfrentamos cara a cara por primera vez con
la Teoría Monetaria Moderna nuestra reacción habitual es de
incredulidad, nerviosismo, estupefacción, e incluso rabia y enfado.
No
es sencillo emocionalmente gestionar cómo de un día para otro unos
conocimientos que desconoces rompen las más sagradas de las
preconcepciones que hemos interiorizado en nuestra formación como
economistas, inoculadas a través de unas herramientas técnicas
aparentemente neutrales. El aprendizaje monopolizado por estas
herramientas es una forma de captación, el cual continúa en nuestra
formación y trayectoria como investigadores operando mediante una serie
de incentivos que mencioné en mi anterior columna.
Ensimismarse en estos
aparatos técnicos sin levantar la vista hacia la realidad limita las
preguntas que hacemos, dirigen cómo las hacemos, y restringe el abanico
de los resultados y soluciones que podemos llegar o proporcionar.
Frente a la dicotomía Estado-Mercado y
el análisis económico ahistórico y vacío de contenido que ignora las
instituciones y las relaciones de poder, la Teoría Monetaria Moderna
coloca en el corazón de sus planteamientos el dinero. El dinero como
institución continúa siendo un misterio para los economistas, es aquello
que todos buscan pero de lo que nadie habla.
La hiper-especialización
en la disciplina parece ser un obstáculo para su comprensión, lo cual
requiere de un enfoque multidimensional pues, en su evolución y a lo
largo de su historia el dinero no se ha ceñido estrictamente a los usos
actuales. Desechar abordar esta problemática aludiendo a la fábula del
trueque y la justificación de traer de fuera del análisis aquello que
sirva como dinero aludiendo al reduccionista motivo de salvar la
dificultad de la doble coincidencia de deseos es un mal punto de
partida.
Qué es el dinero y cuál es su naturaleza, y una explicación
endógena de su evolución en función del desarrollo de las relaciones
sociales de producción, da un vuelco a nuestra comprensión de cómo
comprendemos el mundo. Empezar con el estudio del dinero en vez de
incrustarlo superficialmente al final del análisis como algo externo a
las relaciones sociales de producción tiene implicaciones políticas
totalmente revolucionarias. La Economía tradicional debe ser puesta del
revés.
La comprensión que tenemos del mundo
está ligada a una serie de valores específicos, una filosofía política
determinada. Todos los individuos tenemos, a pesar de nuestra ignorancia
o falta de reflexión sobre las mismas, unas convicciones que impregnan
el modo en que nos enfrentamos a todo.
No es mi intención defender aquí
ninguna filosofía política concreta. Solo quiero llamar la atención
sobre una cuestión importante para poder entendernos y entablar un
diálogo fructífero: el significado de la libertad, la emancipación o la
igualdad es muy diferente en función del marco institucional y de
relaciones sociales de producción sobre el cual proyectamos nuestras
convicciones.
Las instituciones importan y no obtendrá los mismos
resultados ni efectos, por ejemplo, implantar una Renta Básica Universal
en una sociedad capitalista que hacerlo en un sistema asociativo del
estilo al diseñado por Charles Fourier. Hago alusión al filósofo francés
porque éste es un punto que él mismo recalcó.
Es por ello que quiero
llamar la atención sobre qué es lo que hay en discusión cuando hablamos
de Teoría Monetaria Moderna. No se trata de si es más o menos
revolucionaria o reformista; si es intervencionista o un parche al
capitalismo; o de afear que no es el paraíso terrenal. Este es el
terreno en el que se mueven prácticamente la totalidad de las críticas
lanzadas desde la izquierda y la derecha.
La TMM va de cómo funcionan
los sistemas monetarios reales, de unas relaciones de producción
específicas e históricas y cómo a partir de la comprensión de tales
cuestiones institucionales, las cuales tienen unas fuertes implicaciones
políticas, podemos transformar la sociedad. No se puede pretender
discutir sobre los mecanismos para construir la sociedad que provee la
Teoría Monetaria Moderna si hemos ignorado las dos cuestiones
anteriores. Tal omisión no lleva a ninguna parte. Caemos en un diálogo
de besugos.
Desde Red MMT hemos hecho hincapié en la
falta de criterio de este tipo de aproximaciones críticas a la Teoría
Monetaria Moderna. Conforme más visibilidad alcanza este paradigma esta
actitud se extiende con ella. Hemos podido observarlo en medios como El
País o el Economista, quienes no nos han dado la oportunidad de publicar
una réplica a la caricatura con la que han (des)informado. En todo
caso, invitamos a todo el mundo interesado en conocer con rigurosidad
qué ofrece a la sociedad la TMM a matricularse en el curso de verano de
la Universidad de Extremadura “Retos y nuevas perspectivas de la Política Económica”,
que tendrá lugar del 8 al 12 de julio en Cáceres.
En este curso habrá
la oportunidad de poder aprender directamente sobre las cuestiones
apuntadas en este artículo con la economista norteamericana Pavlina
Tcherneva, directora del programa de Economía en el Bard College de Nueva York e investigadora asociada en el prestigioso Levy Economics Institute, quien es una de las referencias mundiales de este paradigma y que dará gran parte del contenido del mismo.
La pluralidad de perspectivas amplía la
caja de herramientas para afrontar los retos que como sociedad debemos
gestionar. Y estas soluciones deben poder sostenerse bajo una coherencia
analítica y operativa para no quedarse en papel mojado. Un ejemplo de
esto es la reciente popularización del Green New Deal gracias a
la figura de la congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez,
quien tiene detrás a economistas de la TMM como Stephanie Kelton o la
propia Pavlina Tcherneva.
La bastardización con la que se está
presentando la propuesta de un Green New Deal para Europa por
algunos círculos progresistas es preocupante. No podemos entender el
potencial y la fuerza en la que se fundamenta un Green New Deal
separándolo de la Teoría Monetaria Moderna. Como he defendido a lo
largo de este breve artículo, comprender cómo funcionan los sistemas
monetarios reales tiene unas implicaciones políticas clave.
Si las
eliminamos la fuerza de la propuesta se desvanece, restringiendo su
alcance y distorsionándola por completo, quedándose solo en mero
marketing político y oportunista. Seamos coherentes, un Green New Deal
requiere fundamentarse en la Teoría Monetaria Moderna. Y seamos también
intelectualmente honestos.
Si queremos cambiar las cosas sin crear la
resignación de siempre en los ciudadanos, hay que dejar de lado el marco
de análisis tradicional de la Economía. Debemos dar un giro de 180
grados y ponerla del revés. O corregirla y ponerla del derecho, según se
mire." (Esteban Cruz Hidalgo. Presidente de Red MMT España. Nueva Revolución, 01/07/19)
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