12/2/08

La belleza aisla, por lo menos la de Elsa Pataky

“Sí, es guapísima. Ojos mar, pómulos redondos, labios llenos, piel melocotón, una preciosidad. Cierto que llega maquillada de un acto de una de las marcas a las que vende cara su imagen. Pero la luz que emana de su rostro supera las prestaciones del mejor iluminador cosmético. Parece que se acaba de tragar, encendida, una bombilla de cien vatios. No puedes dejar de mirarla.

- ¿Cuándo fue consciente del efecto que causaba en los demás?

- De niña. Tendría 12 años. Los niños empezaron a dejarme notitas diciéndome que era muy mona, que estaban por mí. Y me lo creí, me puse chulita, me crecí. Pero mis amigas me pusieron en mi sitio. Me dejaron de lado, completamente sola. Fue muy duro, me di cuenta de que gustar es agradable, pero hay otras cosas mucho más importantes. Aprendí la lección.” (Elsa Pataky, entrevista. El País, El País Semanal, 10-02-08), p. 41)

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