25/11/08

Performance

"Muchos artistas de performance guardan registros de vídeo o fotográficos de sus acciones, un material que luego sale al mercado como un subproducto que contribuye a redondear los ingresos del artista. No es el caso de Ferrer: "Los artistas americanos y alemanes de mi época ya documentaban sus performances, pero nosotros vivíamos en una cultura pobre y no había nadie para hacer la foto". La artista puntualiza que no tiene nada en contra de ellos, sino de los que buscan directamente la foto y olvidan su "responsabilidad" como artistas.

La performance, en palabras de Ferrer, es el arte que combina el tiempo y el espacio con la presencia de un público que no es un mero espectador, sino que también participa en la acción. "Una performance es una situación polimorfa que se crea en un momento dado, que empieza y nunca se sabe cómo se va a desarrollar".

En los últimos años, la escena artística ha visto un resurgimiento de esta forma de expresión. Pero en los sesenta y setenta, la performance tenía una enorme carga crítica, reivindicativa. ¿Queda espacio para ello en la actualidad? "Los tiempos han cambiado y esta sociedad tiene una capacidad tremenda para institucionalizar las cosas y eliminar su capacidad subversiva. Pero sigue habiendo espacio para la transgresión. El hecho de que hagas una performance en una institución no significa que uno se venda porque siempre puedes sobrepasar los límites que te imponga", asegura. "Vivimos en democracias con muchas comillas pero cada vez estamos más adormecidos. Antes sabíamos dónde estaba el enemigo. Ahora todo es más confuso, más frágil, la gente tiene más angustia por subsistir y lo único que quieren es seguridad. Y eso es muy peligroso". (Esther Ferrrer, Premio Nacional de Artes Plásticas. El País, ed. Galicia, Vida & Artes, 22/11/2008, p. 42)

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