Si consultamos los manuales psiquiátricos de los trastornos mentales en vigor, como son el DSM IV-R (estadounidense) o el CIE-10 (europeo) veremos que ni tan solo existe una definición satisfactoria que especifique los límites precisos del concepto de trastorno mental.
Uno de los problemas que ha tenido siempre más polémica en el ámbito de la salud mental es el diagnóstico. El peligro del abuso, la aplicación de categorías que no se corresponden, el problema que supone para estas personas el riesgo de padecer los efectos perjudiciales del diagnóstico psiquiátrico que pueden arrastrar durante años y años. Entre estos efectos, juntamente con la pérdida de la libertad personal y tratamientos psiquiátricos determinados, hay la posibilidad de quedar “etiquetado” para siempre y padecer desventajas sociales y legales, desde la pérdida de un puesto de trabajo hasta ser catalogado como incapacitado.
Otro aspecto a destacar es el hecho de que han aumentado el número de diagnósticos a medida que pasan los años: en el DSM-I de 1952 eran 106 diagnósticos, en el DSM-II se pasó a 182, en el DSM-III a 265, en el DSM-III-R se llegó a 292 y en el DSM-IV-R, la edición revisada del año 2000, casi a 400. El aumento, como puede apreciarse, ha sido muy considerable. Algunos autores lo han atribuido especialmente a la presión de la industria psicofarmaceútica y a determinados grupos de presión de la sociedad para aumentar los diagnósticos de trastornos mentales y su correspondiente tratamiento.
Un ejemplo paradigmático de esto sería la creación del “Trastorno de estrés postraumático”, categoría creada desde hace unos pocos años en el DSM-IV. Debido a las movilizaciones de los propios interesados, los veteranos del Vietnam, así como a las nuevas formulaciones psiquiátricas, algunos argumentos judiciales y a la presión política, finalmente se reconoció la problemática de los mencionados veteranos del Vietnam como caracterizada de adaptación a la vida civil, con sus problemas de depresión, ansiedad, miedo, esquizofrenia, insomnio, alcoholismo, etc. A pesar de que estos problemas psicológicos ya estaban tipificados, la sociedad no se hacía cargo de los veteranos de la misma manera que lo hacía con los que tenían “traumas físicos”, y hacía falta crear un nuevo diagnóstico de “trauma psicológico” debido a los actos de servicio en la guerra. A partir de entonces este “cuadro psiquiátrico” contempla y canaliza la diversidad de problemas presentados por los veteranos de la guerra del Vietnam.
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