"En EEUU (donde hay un porcentaje mayor de niños y adolescentes en
escuelas públicas que en España), se ha hecho un estudio de los valores
que se reproducen en los distintos sectores de la población, a través de
toda una serie de instituciones que van desde la familia hasta las
escuelas.
Este estudio, realizado por los profesores Paul K. Piff,
Daniel M. Stancato, Stephane Cote y Rodolfo Mendoza de la Universidad de
California y por el Profesor Dacher Keltner de la Universidad de
Toronto, financiado por la institución científica de mayor prestigio de
EEUU, (The National Science Foundation) ha tenido gran impacto en aquel
país.
Los resultados de este estudio son preocupantes pues muestran que
las sociedades con mayor nivel de desarrollo económico están lejos de
ser cohesionadas, transmitiendo valores a través, entre otras
instituciones, de las educativas, que subrayan autoridad, mando y
jerarquía a unos sectores de la población que gozan de mayores rentas y
riquezas, a la vez que enfatizan docilidad, obediencia, y resignación,
cuando no pasividad, a los mayores constituyentes de las clases
populares.
Es también importante señalar que la propia realidad cotidiana que las clases sociales experimentan en su vida, marca y deja huella profunda en la adquisición de tales valores.
El estudio citado anteriormente muestra, por ejemplo, que valores de solidaridad, atención a las personas con mayores dependencias y vulnerabilidades, son más comunes entre las clases populares (por haber experimentado situaciones que requerían tales acciones de solidaridad y apoyo de otras personas) que entre las personas más pudientes que se caracterizaron por sostener valores más individualistas, más centrados en uno mismo, y menos sensibles a las necesidades de otros.
Actitudes de tolerancia hacia actitudes incívicas –tales como “hacer lo que te dé la gana”- eran mucho más comunes entre adolescentes de clases pudientes que entre los pertenecientes a las clases populares.
Es también importante señalar que la propia realidad cotidiana que las clases sociales experimentan en su vida, marca y deja huella profunda en la adquisición de tales valores.
El estudio citado anteriormente muestra, por ejemplo, que valores de solidaridad, atención a las personas con mayores dependencias y vulnerabilidades, son más comunes entre las clases populares (por haber experimentado situaciones que requerían tales acciones de solidaridad y apoyo de otras personas) que entre las personas más pudientes que se caracterizaron por sostener valores más individualistas, más centrados en uno mismo, y menos sensibles a las necesidades de otros.
Actitudes de tolerancia hacia actitudes incívicas –tales como “hacer lo que te dé la gana”- eran mucho más comunes entre adolescentes de clases pudientes que entre los pertenecientes a las clases populares.
Un estudio semejante no se ha hecho en España. En
nuestro país, las instituciones científicas de mayor prestigio,
profundamente conservadoras, no tocan temas que puedan incomodar a las
estructuras de poder. Pero es más que probable que si tal estudio se
realizara en España, el resultado sería casi idéntico o incluso peor. Y
digo peor porque existe evidencia de que las clases pudientes de España
son más insolidarias que sus homólogas en otros países.
Ejemplos
hay varios. Uno de ellos lo vimos recientemente, cuando los súper ricos
en Francia y Alemania indicaron su voluntad de pagar más impuestos como
acto de solidaridad con el resto de la población en un momento de
crisis. Conocidos súper ricos en España, representativos de los puntos
de vista de las clases más adineradas del país, se distanciaron
claramente del apoyo a tal medida, expresando su profundo desacuerdo.
En
realidad, tales clases pudientes evitan el fisco (incluso con medidas
ilegales mediante el fraude fiscal) en proporciones mucho más elevadas
que sus homólogos en otros países." (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 11 de septiembre de 2012, en www.vnavarro.org, 11/09/2012)
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