7/9/12

Quien controla la comunicación controla el cerebro y de esa forma controla el poder

"Usted acostumbra decir que el poder no está en la Casa Blanca, ni en los mercados financieros, pero sí en nuestro propio cerebro. ¿Por qué este es un secreto de las élites?
Manuel Castells: Bien, es porque si ellos nos confesaran eso, perderían el poder. El poder real no es el poder de la policía o del ejército: estos son utilizados en último caso, cuando las cosas están muy mal para el interés de los poderosos. Lo más importante, si usted quiere tener poder sobre mí, es conseguir que yo piense de una forma que favorezca lo que usted quiere, o que me resigne. 

Ahí está el poder! 

Por tanto, lo esencial es el poder que está en la mente, e la mente se organiza en función de redes de comunicación, redes neurológicas en nuestro cerebro, que están en contacto con las redes de comunicación en nuestro entorno. Quien controla la comunicación controla el cerebro y de esa forma controla el poder.
Movimientos como el Ocupa intenta apoderarse de las plazas e de las calles para decir que eso no funciona, quieren que el poder venga de las personas. Esa es una demanda que, para muchos, no tendrá ningún resultado en la política o en la economía. ¿Qué cree usted sobre eso?
Manuel Castells: Depende de lo que usted entiende como resultado. Si usted quiere decir que de eso sale un partido poíítico, que gane las elecciones en los próximos dos años, no es posible tener saberlo, tener certeza. Todos esos movimientos cogen los frutos a largo plazo. 

El lema más difundido de los indignados y de las indignadas, es “vamos despacio, porque vamos lejos”. Vamos lejos para dónde? Si se produce un cambio en la mente de los ciudadanos, después de algún tiempo el se convertirá en cambio social.
Los datos muestran que, en España, aproximadamente 70% de los ciudadanos concuerdan con las críticas de los indignados. La mayoría de los ciudadanos también piensa que no pudiera cambiar las cosas a corto plazo. Las dos cosas son compartibles? Las personas piensan que el movimiento tiene razón, pero no tiene las herramientas.
Si es una gran mayoría, ¿por qué no hay transformaciones?
Manuel Castells: No, porque no tienen en quién votar. El propio movimiento no quiso crear un partido, para no reproducir la vieja política. Existe un abismo tan grande, entre lo que sus integrantes piensan y el sistema político real, que no hay una expresión política capaz de representarlos. 

Por ejemplo, si el Partido Socialista hubiese sido capaz de pensar que un movimiento así pudiera revitalizarlo, hubiera un camino. 

Pero, los socialistas se envolvieron totalmente con la especulación financiera. Ellos aceptaron el Banco de España y fueron totalmente incapaces de avizorar el sistema financiero, porque eso no les interesaba. Hay una gran lista de motivos por los cuales los indignados desaprueban a los socialistas y los socialistas nunca hicieron  nada para cambiar.
Las élites políticas de todos los países optaron por este rumbo. Piensan que no hay problemas, siguen con sus negocios, la única cosa que cuenta son los votos cada cuatro años, con una ley electoral que los grandes partidos hicieron para que sólo ellos mismos pudiesen ganar. En los Estados Unidos, si usted no es demócrata o republicano, no tiene ningún chance. 

Además, si usted no tiene mucho dinero, no puede ganar, simplemente. No se consigue votos, si no se compra la campaña con dinero. Las críticas, en todo el mundo, sugieren que este tipo de democracia no es suficiente. En consecuencia, sobre esas reglas del juego, gastar toda la energía para hacer la política formal, es una operación sin sentido. Reproduce los viejos esquemas de los grupos de izquierda trotskistas, marxista-leninistas, de todos los tipos, que siempre estuvieron en las instituciones pero, que nunca llegaron a nada. 

O que intentaron la revolución armada – lo que ninguno quiere, porque es un movimiento claramente no-violento. Entonces, tiene que hacer otra cosa, y van por ese largo camino de la transformación de las conciencias, para que en algún momento los ciudadanos puedan tomar otras decisiones, y de ahí pudieran surgir nuevas fuerzas políticas.
¿Con otro cambio en el juego? ¿No es necesario cambiar las reglas?...
Manuel Castells: Uno de los grupos del movimiento español – porque no es el movimiento, pero sí una galaxia -- pidió que yo hiciera una propuesta de reforma de la ley electoral. Yo la hice, con un amigo especialista en ese tema. Es una propuesta de voto proporcional, de limitar el poder de los grandes partidos, hacer que, en el parlamento, las personas que no votan estén presentes – inclusive visualmente,  no como representantes, pero con visualización. 

Si 30% de los ciudadanos no votan, esos 30% deben estar marcados, y las mayorías se deben constituir sobre el conjunto de ciudadanos, no solo sobre los que votaron.
Hay una serie de cosas que se pudiera obtener, pero hay, en las instituciones políticas y en los partidos, una enorme resistencia a ser realmente democráticos. Entre otras cosas, porque es un modo de vida, son profesionales de la política. En todos los países, la profesión que está abajo, en la lista de reputaciones, es la política. 

En Italia, incluyeron en un sondeo también a prostitutas y mafiosos, y ellos quedaron en una posición mejor que los políticos. Las personas alegaban: “por lo menos, estos dicen lo que hacen”.
Existe una crisis de confianza en todo el mundo en relación a la clase política. Si eso continúa, en algún momento se irán rompiendo las relaciones en la sociedad, y eso sería muy grave. En España, hay una situación relativamente calma y pacífica. Y suerte que, con 22% de desempleo y 48% entre los jóvenes, no haya muchos problemas en las calles. 

Este movimiento canaliza los debates y protestas, ofrece una esperanza, principalmente a los jóvenes, de que pueden comenzar a organizarse y vamos a ver lo que ocurre. Pero, si la situación continúa así, ese movimiento necesariamente se va a radicalizar.
¿Por qué las instituciones se separaran tanto de las personas? ¿Por qué el abismo se fue expandiendo?
Manuel Castells: Primero, porque las élites financieras detienen el poder económico y montaron un sistema en el cual, en vez de prestar para producir, lo que hacen es vender dinero para crear dinero artificial e montar una pirámide en todo lo que es ficticio, a nivel global. Aumentaron artificialmente los precios de los inmuebles, de las acciones, y concedieron préstamos a las personas, inclusive sin que éstas lo quisieran. 

Tenían miedo y no entendían, porque el negocio era vender dinero, y préstamos, en cualquier condición. De forma totalmente irresponsable, desde el punto de vista de la economía, pero muy interesante para ellos, porque todos los grandes ejecutivos que ahora están dejando los bancos salen con indemnizaciones millonarias. Para ellos, todo funcionó muy bien.
¿Cuándo la justicia va a ganar, en estas reglas del juego que usted propone reconstruir?
Manuel Castells: Cuando los ciudadanos tengan la capacidad de hacerlo. Si las personas pueden votar. Pero, primero, pueden hacerlo apenas cada cuatro años. Segundo, sobre reglas muy desiguales. Por eso, es muy complicado cambiar a través del voto.
La mayor parte de los políticos es gente más o menos honesta: no es verdad que sean todos corruptos. Pero, ¿cuál es el objetivo central de un político? Conservar el puesto. Ese es el aspecto más importante, porque, para la mayoría, es profesión. Si no hicieran eso, tendrían que trabajar como todo el mundo. 

Si mantienen  poder, tendrán mejores cargos, hasta porque la mayoría no tienen nivel profesional muy alto.
Entonces, la clase política se reproduce. Para entrar en un partido, usted tiene que comenzar a entrar a uno de los grupos internos. Es todo un mundo cerrado en sí mismo, y ese mundo no tiene aire. La novedad es que, con la internet, se abrieron ventanas. Porque los políticos y banqueros, juntos, controlan los medios de comunicación. 

No controlan los periodistas, que por suerte son de la línea de resistencia, pero orientan a los propietarios de los medios de comunicación y, por tanto, sus líneas editoriales. En consecuencia, tenemos el control de los medios, de las finanzas (y, por tanto, de la economía), el control del estado a través de una clase política que se reproduce.
Fuera de eso, solo estaba la internet. Y fue justamente desde la internet que se construyeron redes de debates, redes de organización, redes de acción. Pero,  para actuar sobre la sociedad, las personas tienen que salir, tienen que ir a las calles. 

Y cuando la internet, como espacio libre de comunicación, se combinó con la ocupación de los espacios públicos, transformados en ágoras, el juego comenzó a cambiar. Pero, el movimiento todavía no se traduce en grandes cambios en la  política, porque el sistema está cerrado."       (Manuel Castells, Entrevista de Francisco Guaita, de la RT-TV. Alai, 08/08/2012, Transcripción publicada originalmente en Outras Palavras (www.outraspalavras.net)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Está realmente en necesidad de un préstamo urget en este momento? Póngase en contacto con charitycorporation@gmail.com