"Siempre
estamos intentando adivinar hacia dónde van las cosas, y a menudo nos
equivocamos. Pero esto no es necesariamente algo malo. De hecho, por eso
nos reímos.
Nos beneficia agotar a nuestro cerebro con el ejercicio mental del
humor, de la misma forma que nos beneficia el esfuerzo físico de una
carrera larga o un largo partido de tenis.
La comedia fomenta nuestra
actividad mental y mejora la flexibilidad de nuestro pensamiento. Según
un estudio de 1976 de Avner Ziv realizado en la Universidad de Tel Aviv
las personas que escucharon chistes antes de someterse a pruebas de
creatividad, registraron una evolución un 20% mejor que los que no
habían escuchado nada antes de la prueba.
En 1987, investigadores de la Universidad de Maryland llegaron a la
conclusión de que ver comedias duplica nuestra capacidad de resolver
problemas en los que hay que utilizar el raciocinio. Investigaciones
publicadas en 1998 por la psicóloga Heather Belanger de la Universidad
de William & Mary incluso sugieren que el humor mejora nuestra
habilidad para rotar objetos imaginarios en nuestra cabeza, una prueba
clave de habilidad de pensamiento espacial.
Los beneficios del humor no se limitan a un incremento de la
inteligencia y la creatividad. Pensemos, por ejemplo en la llamada
"prueba de presión fría", en la que los científicos le piden a los
participantes que sumerjan sus manos en agua apenas unos grados por
encima de la temperatura de congelación.
Esto permite que los investigadores midan la tolerancia al dolor, la
cual varía según lo que se estuviera haciendo antes de meter las manos
en el agua. ¿Cuánto tiempo podrían aguantar sus manos sumergidas en agua
a 1,6 grados centígrados después de ver 10 minutos de Bill Cosby
contando chistes? La respuesta depende de nuestra tolerancia al dolor,
pero aguantamos más tiempo que si hubiéramos visto un documental sobre
naturaleza.
Al igual que el ejercicio, el humor ayuda a preparar la mente para
momentos estresantes. Un estudio realizado en 2000 por Arnold Cann, un
psicólogo de la Universidad de Carolina del Norte, permitió que los
participantes disfrutaran de 16 minutos de un programa cómico antes de
ver "Faces of Death", una película cargada de escenas explícitas que
representan diversas formas de morir.
Aquellos que vieron la comedia antes de la macabra película se mostraron
menos afectados que los que habían visto un programa de viajes antes de
la película. El nivel en el que el humor puede reducir los síntomas de
estrés es impresionante.
Eso no significa que cualquier tipo de humor sea efectivo.
Asumir una
actitud sarcástica ante la vida puede ser poco saludable. Según Nicholas
Kuiper de la Universidad de Western Ontario, la gente que recurre a
este tipo de humor experimenta tasas más altas de depresión que sus
pares, además de más ansiedad y una menor autoestima. Reírse es
saludable, siempre y cuando no seamos siempre el blanco del chiste.
Tener un sentido del humor activo nos ayuda a sacarle más partido a la
vida, tanto desde el punto de vista cognitivo como emocional. Reírnos
nos permite ejercitar nuestro cerebro, buscando conexiones inesperadas y
placenteras incluso ante dificultades o problemas. El físico Richard
Feynman llamó a esto "el furor del descubrimiento", al asegurar que la
mayor alegría de su vida no fue ganar el Premio Nobel sino el placer de
descubrir cosas nuevas. " (Expansión, 07/04/2014)
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