22/5/14

El capitalismo se ha vuelto depredador y salvaje y está haciendo retroceder a Europa al siglo 19, a la tiranía de la riqueza heredada... como dijo Marx

"(...) La investigación realizada a lo largo de 15 años por Piketty y su equipo, da cuenta que la desigualdad se está disparando en todos los países desarrollados, y que el 1 por ciento de la población es cada día más rico, y que el 0,1 por ciento es aún más rico, y que el 0,01 por ciento es aún más rico todavía. 

Esto demuestra que los beneficios reales del capitalismo quedan en muy pocas manos, y que si no se realizan intervenciones extraordinarias, la tendencia continuará en ascenso haciendo que el siglo 21 se parezca al siglo 19, donde las élites económicas vivían de la riqueza heredada en lugar de trabajar por ello.

 Para Piketty, la mejor solución sería un esfuerzo coordinado a nivel mundial para aplicar impuestos a la riqueza y dar un giro a esta tendencia socialmente destructiva. (...)

El provocador argumento de Capital en el siglo 21 es que el capitalismo de mercado, incluyendo el tipo de capitalismo de Estado del bienestar que se practica en Europa, a la larga conducirá a una economía dominada por quienes tienen la suerte de nacer en una posición de riqueza heredada. Lejos de facilitar la equidad, los modelos económicos han potenciado la desigualdad como en la ley del más fuerte.

 El capitalismo se ha vuelto depredador y salvaje y está haciendo retroceder a Europa al siglo 19, donde existía la tiranía de la riqueza heredada. Una tiranía que solo fue destruída por la devastación de dos guerras mundiales. Piketty muestra con datos precisos que esta tiranía está retornando pero esta vez a escala mundial. (...)

Hace seis años, hablamos de los orígenes de la desigualdad y dimos cuenta del aumento de la desigualdad tras el primer documento de la dupla Piketty-Saez. Este nuevo trabajo, con abundante cantidad de datos y tablas, se convierte en el informe más contundente sobre la desigualdad y confirma que ésta se ha disparado a niveles insostenibles. Por eso la gente deberá repensar la forma en que la gente piensa sobre la historia económica de los últimos 200 años.

"Nadie se había fijado en eso antes"

La tesis de Piketty indica que la desigualdad es intrínseca al capitalismo y, de no combatirse enérgicamente, es probable que aumente a niveles que amenazan la democracia y dejan de sostener el crecimiento económico. Aunque Piketty ha confesado que nunca leyó a Karl Marx, su análisis coincide con el del filósofo alemán que predijo que la desigualdad y la lucha de clases marcarían el colapso del capitalismo. 

 Marx fue un crítico de la economía clásica, que apuntaba que la desigualdad era un proceso que disminuiría con el tiempo. Robert Solow, uno de los principales desarrolladores de modelos de crecimiento empleó el término “convergencia” para. mostrar que el desarrollo económico aboliría la desigualdad.

 Al conocer el libro de Piketty, e impresionado por la comparación entre la tasa de retorno del patrimonio (r) y la tasa de crecimiento (g), Solow dijo “que yo sepa, nadie se había fijado en eso antes”. Y es que el capitalismo tiene misterios que la razón desconoce, pero que Kart Marx anticipó en 1848. 

El capitalismo descontrolado propaga la desigualdad. Aunque se tome como convergencia las similitudes de Beijing con Nueva York, ¿cómo explicamos las enormes desigualdades al interior de esos dos países?

La relación r > g

Según Piketty, cuyos datos sobre los ingresos y la riqueza abordan 300 años y 20 países, las fuerzas de convergencia (la extensión de conocimientos y habilidades, por ejemplo) son considerables, pero los datos de divergencia normalmente han sido mucho mayores. 

El eje de su argumento es la fórmula r > g , donde r representa la tasa media anual de rendimiento del capital (es decir, beneficios, dividendos, intereses y rentas) y g representa la tasa de crecimiento económico. Durante gran parte de la historia moderna, la tasa de rendimiento del capital se ha situado entre el 4 y el 5 por ciento, mientras que la tasa de crecimiento ha sido decididamente inferior, entre el 1 y el 2 por ciento.

 Este funcionamiento crea una fuerza desestabilizadora, dado que cuando r > g , el capitalismo genera automáticamente desigualdades arbitrarias e insostenibles que socavan radicalmente los valores meritocráticos en que se basan las sociedades democráticas.

En otras palabras, en una economía de lento crecimiento, la riqueza acumulada crece más rápido que los ingresos del trabajo. Por tanto los ricos, que ya tienen la mayoría de la riqueza, se hacen más ricos, mientras que todos los demás, que dependen principalmente de los ingresos de su trabajo, quedan desplazados.

 Los países en los que r > g constituyen gran parte del mundo desarrollado de hoy, incluyendo a Estados Unidos, donde el 10 por ciento más rico captura más del 50 por ciento del ingreso del país, en una proporción que sigue aumentando la desigualdad a un ritmo que se hará insostenible en el largo plazo.

 Para Piketty todo esto es fruto de las tesis del libre mercado, dado que los mercados autorregulados son un esquema donde r > g.. En los sobrevalorados modelos de crecimiento de Robert Solow gran parte del crecimiento era explicado por un componente desconocido que Solow bautizó como “residuo”. Ahora sabemos que ese residuo tiene nombre: es la renta del capitalista. Nadie se había fijado en eso antes, como reconoció el propio Solow. 




 Piketty encuentra una notable excepción al reinado de r > g en el período entre 1945 y 1970, la llamada edad de oro del capitalismo, también conocida como la "gran compresión", cuando las economías de Europa y Estados Unidos se expandieron y la desigualdad se redujo.

 No es ninguna coincidencia, indica Piketty, que este período diera lugar al credo optimista de la economía moderna, en la cual el libre mercado proporciona dividendos a todos. Ese mantra fue una simple ilusión: visto en su contexto histórico, la Edad de Oro del capitalismo sólo fue una excepción transitoria a la sombría regla r > g.

Dos guerras mundiales tras la Gran Depresión, acompañadas por tasas impositivas compensatorias impuestas a los ricos para pagar el esfuerzo de la guerra, disminuyeron considerablemente las fortunas familiares, estrechando las herencias y reduciendo temporalmente la brecha entre las clases altas y bajas.

En este período sí que hubo convergencia y la brecha de desigualdad vivió un cierre significativo. El gran mérito de la investigación de Piketty es que muestra todo esto con abundantes datos históricos que resultan inconfundibles. De ahí el impacto que está teniendo el libro en todo el mundo. (...)"              (, El blog salmón, 12/05/2014)

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