"(...) Hasta ese instante, el más grande desembarco de los siglos había sido el
intento inglés de conquistar Cartagena de Indias, plaza bajo el mando
militar de Blas de Lezo, en 1741.
Nuestro almirante había perdido un
ojo, un brazo y una pierna, por ese orden, en el desempeño de sus
servicios en la Armada del antepasado más notable de Felipe VI. De
hecho, el plomo de uno de los defensores de Barcelona en el asedio de
1714 fue el que se cobró el apéndice ocular del entonces jovencísimo
oficial de fragata, goleta o cascarón flotante en el bloqueo del puerto
de Barcelona.
Lo normal que estás en cubierta y el tiro de un gracioso
desde la playa te pone mirando, por decir, a Marsella. El caso es que ya
con el alias de "Mediohombre" fue el autor intelectual y material de la
mayor, más grande, más histórica, rotunda, inapelable, absoluta y total
victoria militar (naval y terrestre) de todos los tiempos. Sobre
Inglaterra.
En Colombia es fiesta nacional. En el Reino Unido borraron
el "suceso" de los libros, de modo que sólo saben de Trafalgar y la
Armada Invencible.
Aquí y ahora hay tímidos intentos por restaurar la
figura del gran marino guipuzcoano, cuya gesta consistió en rechazar el
intento de desembarco de decenas de miles de soldados británicos
lanzados sobre la plaza (la Manhattan de entonces) desde una flota
compuesta por más de cuatro mil barcos de esos de tres hileras de
cañones por banda y todo el velamen de las botellas de Cutty Sark.
Unos
pocos centenares de cartageneros (militares, esclavos, mercenarios y
comerciantes) lograron expulsar al inglés y sobreponerse a las
conspiraciones en contra del gobernador y sus funcionarios. Lo típico
español. Desde lo de Jerjes, Leónidas y las Termópilas no se había visto
nada igual. (...)" (Pablo Planas, Crónica Global, Viernes, 6 de junio de 2014)
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