"(...) El problema es que tanto en la citada
teoría del mercado de trabajo como en las mentes de los gobernantes
impera la idea de que los puestos de trabajo están ahí, están dados, y
que por lo tanto lo único que hay que hacer es acondicionar a los
parados para que encuentren esos empleos.
¡No se enteran o no se quieren enterar de que simplemente esos puestos de trabajo no existen!
Podemos gastarnos miles de millones de euros en formar a parados, en
darles facilidades para que se muden y en incentivarlos para que sean
menos reacios a aceptar determinados empleos, que si esos puestos de
trabajo no existen… ¡no servirá de nada!
Tendremos a parados muy
formados, muy movibles y muy serviciales, pero seguirán siendo parados. Me parece a mí que no hace falta ser economista para entenderlo.
Por eso, si queremos combatir el desempleo lo que hay que hacer es crear directamente esos puestos de trabajo. Poner todas las esperanzas en esperar a que los empresarios creen empleos o que los ciudadanos se autoempleen es absurdo.
Simplemente hay puestos de trabajo que no se van a crear porque nadie
los va a crear por su cuenta (porque no es rentable de forma individual
o porque se necesita una planificación colectiva).
Lo que hay que
hacer es crearlos de forma directa, y la mejor forma de hacerlo es
mediante un Trabajo Garantizado. Hoy día hay millones de personas que
quieren y pueden trabajar, y al mismo tiempo hay mucho trabajo que
hacer: mejorar servicios de educación, de sanidad, de cuidado a niños y
ancianos, de cuidado medioambiental y de espacios, de rehabilitación
de infraestructuras urbanas, de ocio y cultura, etc.
¿Por qué entonces
no enlazamos a esos parados con esas actividades que queremos se
realicen? Esto es lo que tiene que hacer el gobernante, no gastar
millones de euros de dinero público en incentivos y formación que luego
no servirán para incrementar el volumen de empleo.
Mediante un Trabajo Garantizado
se consiguen resolver los tres obstáculos de la teoría tradicional de
forma mucho más directa y eficiente.
En primer lugar, puesto
que es la comunidad local quien decide qué actividades son las más
necesarias para sus localidades, los empleos se crearán muy cerca del
lugar de residencia del parado.
En segundo lugar, como la asignación de
esos puestos de trabajo se realiza de forma democrática y
participativa, las preferencias de los parados irán incorporadas en el
proceso de reparto.
Y en tercer lugar, si algún parado necesita una
formación particular para el puesto de trabajo en cuestión, se le
facilitará; pero la diferencia con los planes tradicionales de
formación es que en este caso se estará formando a la persona para un puesto de trabajo que existe, en vez de formar a un parado para que luego se mate buscando un empleo que no existe.
Seamos astutos: puestos a utilizar
dinero público con el objetivo de aumentar el volumen de empleo,
creemos directamente puestos de trabajo mediante un Trabajo Garantizado
y dejemos de malgastar recursos intentando conectar parados con
empleos inexistentes." (Eduardo Garzón Espinosa, andalucesdiario.es , en Economía crítica y crítica de la economái, 03/03/2015)
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