"Las criptomonedas, y concretamente Bitcoin, han venido para quedarse. O eso es lo que muchos pensábamos hace tres años. La moneda surgió como una bocanada de aire fresco ante las monedas inflaccionarias del mundo real, con una tecnología muy innovadora, y parecía que se iba a comer el mundo.
Es cierto que Bitcoin ha sufrido muchos baches en el camino.
La caída de Mt Gox y Silkroad hicieron que se desplomara su cotización
pero aún así logró recuperarse y eso dio esperanzas a muchos: no estábamos ante una moda pasajera.
Pero los desafíos a los que se enfrenta Bitcoin son cada vez mayores. El foco de atención ha pasado de Bitcoin, que ni los más impresionados por esta nueva utopía se atreven a defender, por la tecnología que está detrás, el blockchain,
siendo la banca la más interesada en usarla es sus transacciones. Los
desafíos a los que se enfrenta hoy por hoy Bitcoin son bastante serios.
Desafíos regulatorios
Aunque hubo cierta esperanza de que Bitcoin quedara fuera de las
manos de nuestros gobernantes cuando el Tribunal de Justicia de la Unión
Europea decidió que el Bitcoin era como una moneda más, hoy en día no
está tan claro.
Bitcoin permite cierto anonimato (aunque las
transacciones son públicas) y eso pone en riesgo los controles de
capitales. Con la excusa (sea cierto o no) del terrorismo la Unión Europea quiere controlar las criptomonedas.
Eso de que haya transacciones financieras sin fiscalizar es un problema
y si el uso del Bitcoin sigue subiendo seguro que van a intervenir.
El problema es que técnicamente no hay forma de controlarla, así que
la única regulación posible es prohibirla y combatir su uso. No permitir
a los comercios aceptarla. Intentar identificar a las personas que la
usan. Y un largo etcétera que impediría que en la práctica sea una
moneda que pueda usar la gente normal.
Desafíos económicos
Bitcoin está diseñada para que no haya inflación. En algún momento
dejará de haber nuevas monedas y de hecho habrá deflación pues algunas
se irán perdiendo en discos duros olvidados. Por tanto una economía que
use el Bitcoin como moneda tendría que acostumbrarse a que los precios
bajen, no suban.
Esto se ha demostrado que es un problema. La flexibilidad de precios al alza es mucha, pero a la baja no tanto. Normalmente el mercado laboral baja los salarios con despidos
y nuevas contrataciones, no con reducciones de salario que suelen traer
muchos problemas. Por eso las crisis económicas generan mucho paro, la
flexibilidad de precios a la baja es muy complicada.
Además, en un entorno de deflación hay otros dos efectos muy
negativos: el retraso del gasto e inversiones (debido a que todo será
más barato mañana, sale más a cuenta acumular y esperar) y las deudas
aumentan con el tiempo (ya que los salarios bajan). En una economía
basada en Bitcoin nos tendríamos que adaptar a esto o vivir en una
crisis económica constante.
Desafíos técnicos
Otro problema al que se está enfrentando Bitcoin en estos momentos es
técnico. A pesar de las dudas que genera el éxito de Bitcoin es
superior al que pronosticaron sus creadores y el número de transacciones es excesivamente alto para el diseño que tiene. Esto hace que las transacciones tarden mucho en confirmarse y que haya una cierta inseguridad.
De hecho hay una batalla entre los que quieren reformar partes del
algoritmo y los que no, generando inseguridades y haciendo, en algunos
casos, inusable la moneda. Los detalles exceden el objeto de esta
entrada pero es, desde luego, un problema muy serio.
Desafíos de confianza
Para que una moneda se imponga en un uso diario tiene que haber
confianza. Esta confianza es muy complicada cuando la volatilidad es muy
alta y Bitcoin ha tenido momentos de muchas volatilidad,
tanto subidas como bajadas. ¿Cómo fijas un precio en Bitcoins si su
relación con las monedas en las que se establecen los precios de las
materias primas es tan cambiante?
A esto se le suman los desafíos técnicos y de regulación, que no
ayudan a que su uso se extienda más allá de los verdaderos fanáticos de
esta nueva tecnología. Realmente todo está bastante relacionado.
Sin embargo todos estos problemas tienen su solución. El diseño
económico y técnico de Bitcoin se pueden cambiar (de hecho hay otras
criptomonedas que no tienen estos problemas). Esto podría dar más
confianza y afianzar su uso.
Con un uso más general es complicado que
los reguladores decidan atacar directamente a las monedas, es cierto que
hay más incentivos para ello pero también más riesgos, no olvidemos que
la regulación la fijan los políticos que son elegidos por sus
ciudadanos y a nadie le gusta que las costumbres normales de la sociedad
sean criminalizadas. Veremos el futuro y cómo afronta Bitcoin los desafíos que tiene por delante." (Alejandro Nieto González, El blog salmón, 17/03/16)
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