"Cuando en 2005 se desclasificó -por salud democrática- parte de los
archivos oficiales del FBI, se descubrió algo que todo el mundo
sospechaba. Ni más ni menos que durante la época de Hoover la oficina
federal de investigación se había convertido en un Estado dentro del
Estado.
Hoover, como se sabe, y a través del proyecto COINTELPRO (acrónimo de
Programa de Contrainteligencia, por sus siglas en inglés), ordenó a
algunos de sus agentes del FBI investigar de forma ilegal a
organizaciones como los Panteras Negras o el Ku Klux Klan, pero también a
movimientos a favor de derechos civiles o grupos de activistas contra
la guerra de Vietnam. Hollywood, que también fue víctima del espionaje,
ha dado cuenta de sus fechorías en numerosas ocasiones.
En la página web del FBI todavía se recuerda la importancia histórica
que tuvo la desclasificación de 17.000 folios incluidos en 65 archivos
que el propio Hoover custodiaba personalmente. El antiguo ‘héroe
americano’, junto a su inseparable Clyde Tolson, se había convertido, en
realidad, en el ojo que todo lo ve.
En un repugnante cotilla más propio
del estalinismo que de una democracia como la estadounidense. Algo que
explica que sobreviviera a seis presidentes. Nunca la democracia
americana había caído tan bajo. Un auténtico descenso a los infiernos.
Los archivos, clasificados bajo el enigmático título ‘Official &
Confidential’, son un compendio de las tropelías del indecente Hoover,
que, como el propio FBI reconoce, contenían ‘información sensible’ que
se filtraba de forma interesada y torticera. Y que podía liquidar
carreras y reputaciones.
Se trataba, sin duda, de un material de primera
mano y de alto valor -incluyendo aspectos íntimos- que algunos
congresistas y senadores utilizaron de forma inmoral en las comisiones
de investigación parlamentarias para atacar al adversario. O, incluso,
influir de forma decisiva en la acción de Gobierno.
Sólo dos personas tenían acceso al material Hoover. Él mismo y su
leal secretaria Helen Gandy. Pero como reconoció el propio FBI durante
la presentación de los papeles hace ahora algo más de una década: “Ahora
también usted tendrá acceso…. (...)" (Carlos Sánchez, El Confidencial, 13/03/16)
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