"¿Están los electrodomésticos programados para durar menos tiempo? Es lo que mantienen los partidarios de la llamada obsolescencia programada,
una teoría que defiende que los aparatos están hechos para durar un
tiempo determinado, como forma de fomentar el consumo y así hacer que la
rueda del capitalismo siga girando. Prueba paradigmática de sus
partidarios es lafamosa bombilla de la estación de bomberos de Livermore
(California) que se mantiene encendida desde el año 1901.
Los investigadores del Instituto Oko y la Universidad de Bonn no han podido probar que haya una intención oculta por parte de los fabricantes para que los aparatos sean
más y más efímeros, pero si que han logrado acreditar que en la última
década los electrodomésticos alemanes han perdido de media un año de
vida, desde los 14,1 años de 2004 hasta los 13 años de 2012 y 2013. En
concreto, los frigoríficos duran ahora 12,6 años; las lavadoras, 11,9, y
los lavavajillas, 12,4.
Vertederos, centros de reciclaje y contenedores han sido testigos de excepción de esta situación: si en el año 2013 los aparatos que
se tiraban tenían una vida media de 13,7 años, los de hace una década
no llegaban al contenedor hasta que tenían 16 años de vida.
El problema se extiende a toda clase de electrodomésticos: los
televisores de pantalla plana aguantaban 5,7 años de media en 2007
frente a los 4,4 del 2010. Los ordenadores portatiles pasaron de 5,4
años en 2004 a 5,1 años en 2012. Las batidoras, de 12,1 años a 11 años
en el mismo periodo.
Un problema para el medio ambiente
La extensión de este fenómeno tiene dos consecuencias: cada vez hay más basura y cada día se consumen más recursos. La Agencia Alemana de Medio Ambiente ha
puesto el grito en el cielo tras conocer estos datos. “Los aparatos
tienen una vida útil que cada vez es más corta y eso desde el punto de
vista ecológico es inaceptable”, denuncia Maria Krautzberger, presidenta
del ente.
Además, estos aparatos con una vida útil más breve también son más
nocivos para el medio ambiente. Los investigadores citan un ejemplo
concreto: “La necesidad de energía y el impacto en el calentamiento
global de una lavadora con cinco años de vida es un 40% superior que la
que puede tener una que aguante 20 años”, aseguran.
El modelo ‘low cost’
Los efectos de esa obsolescencia programada están íntimamente ligados a la extensión del modelo ’low cost’. Los
procesos de fabricación cada vez son más breves y más baratos,
los técnicos cada vez están menos preparados y las calidades de los
productos cada vez son más bajas. En 2004, solo el 3,5% de los aparatos
de menos de cinco años de vida fue sustituido tras sufrir una avería;
en 2012, ya eran el 8,3%.
Todo para conseguir un producto que cada vez es más barato y que
cuando se rompe ya no se repara, como antaño, sino que se sustituye. De
hecho, el 30% de los aparatos alemanes que fueron reemplazados por uno nuevo en el año 2012 funcionaban perfectamente. " (Eva Pastrana, Attac Madrid, 22/02/16)
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