"(...) Utilizas en este trabajo
conceptos como ciudadanía, sociedad civil, izquierda, perspectiva
progresista. ¿Nos los puedes definir? Algunos de ellos, no digo todos.
Ya te decía que no quiero hacer demasiada teoría pues,
aunque me parece fundamental llenar los campos los semánticos con
nuevos significados, hay un cierto peligro de que todo esto acabe, una
vez más, en un simple debate entre intelectuales y académicos.
El
concepto de ciudadanía es profundamente republicano y nace de la
convicción de que la única forma de combinar diversidad e igualdad y,
por tanto, generar justicia social, es creando un espacio más elevado y
abstracto en el que, hables la lengua que hables, seas hombre o mujer,
negro o blanco, seas lo mismo que tus semejantes.
Es un concepto
imprescindible a medida en que el mundo se hace más complejo, se
extiende la entropía social y en el que toca repartir cada vez menos
recursos entre cada vez más personas. En sus orígenes, el término
sociedad civil nace de la anteposición liberal entre individuos y Estado
en un momento en el que este último sólo representaba a una parte de la
sociedad real: la de la gran propiedad.
La democratización de la vida
social en la segunda mitad del siglo XX obliga a ver esta anteposición
de forma distinta a como la enfocaban y siguen enfocando los liberales,
aunque no cabe duda de que los estados nunca van a poder ser totalmente
democráticos, que por mucho que se esmeren en representar al "país real"
siempre van a obedecer a lógicas propias, distintas.
Además la
capacidad del estado de representar a toda la sociedad real está
decayendo de nuevo debido al poder que han acumulado los grandes actores
económicos y, en menor medida también los propios partidos políticos,
que tienen cada vez más dificultades de representar realmente a la
sociedad que aspirar a representar. Todo esto le da al concepto de
sociedad civil una actualidad que trasciende su interpretación liberal
primigenia.
Izquierda tiene, al menos, dos grupos de significados que
muchos izquierdistas entremezclan fatalmente en detrimento de sus
propios objetivos programáticos. El primero consiste en una lectura del
fenómeno democrático que se diferencia del de liberales y conservadores.
Lo que podríamos llamar el núcleo del espacio político de la izquierda
es la interpretación "textil" del fenómeno democrático, es decir, su
comprensión una especie de paño tejido por varios hilos distintos pero
completamente interdependientes.
¿Y qué hilos son esos?
Estos hilos son
a.) el del reparto de las decisiones
políticas,
b.) el del reparto de los recursos materiales y económicos,
c.) el del reparto del acceso a la educación y a la información o
d.)
también el del reparto del acceso a un medioambiente saludable para las
generaciones presentes y futuras etc.
El argumento central de la
"izquierda" en que sólo si todos estos hilos se entretejen en un paño es
posible crear realmente un orden llamado "democrático": sólo si las
personas tienen satisfechas sus necesidades materiales mínimas, si
disponen de una educación mínima etc es posible crear una sociedad de
este tipo, en definitiva: no hay democracia a largo plazo sin justicia
social, educativa, ambiental de género etc.
Esta forma de ver las cosas
nació en el siglo XIX frente a la idea liberal de la democracia que
insiste en la posibilidad de hablar de democracia en términos sólo
políticos.
La experiencia histórica ha confirmado que la idea del paño
es correcta pues sólo con la creación de los estados del bienestar de la
postguerra se pudo crear algo así como un orden democrático perdurable,
sólo si la ciudadanía tiene satisfechas sus necesidades elementales y
si está realmente informada sobre las opciones entre las que puede
elegir supuestamente, puede implicarse en la toma decisiones,
últimamente: sólo si existe un acceso generalizado a los recursos
naturales, lo cual significa que estos tienen que ser tratados de forma
completamente distinta, es posible crear un orden de tipo democrático
etc.
La degradación de la democracia política se produce, no por
casualidad, tras la cancelación de los grandes consensos sociales de la
segunda postguerra hacia principios de los años 1980 y las dinámicas
democráticas se estancan porque la desigualdad expulsa a las clases
populares de la participación política, por miedo a perder el trabajo,
por falta de tiempo etc.
El segundo significado de lo entendemos por
izquierda es de contenido identitario: representa una suma de
experiencias compartidas, referencias históricas, mitos y símbolos
destinados a articular a los actores implicados en llevar adelante el
programa del paño democrático.
El problema es que cuando decae la
capacidad efectiva de hacerlo, los elementos identitarios empiezan a
ganar un peso excesivo hasta el punto de que pueden llegar a bloquear el
avance hacia los objetivos programáticos.
Esto obliga a actualizar
continuamente las identidades políticas con el fin de evitar que se
conviertan en una especie de arqueología discursiva destinada a mantener
la cohesión conservadoras de las organizaciones.
El término perspectiva
progresista sugiere la reivindicación de que el futuro puede y debe
llegar a ser mejor que el presente para la mayoría de la población y
para el conjunto del planeta, una reivindicación que admite naturalmente
muchas formas de interpretar la palabra "mejor", pero que choca en todo
caso con la impugnación postmoderna de la idea de progreso. "
(Entrevista a Armando Fernández Steinko, Salvador López Arnal , Rebelión, 09/07/18)
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