"Artículo 129 de la Constitución española: Los poderes públicos...
establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la
propiedad de los medios de producción."
"(...) La democracia no se puede quedar a las puertas de las fábricas, como
señaló Ernts Wigforss, ministro de Economía sueco en los años 30.
Es fundamental repensar la economía de forma diferente a como nos la
han enseñado en la Universidad: una economía dirigida sólo por un
pequeño número de agentes, cuando en el fondo la economía determina gran
parte de nuestra vida. Tenemos que participar todos.
¿Pero, cómo puede conseguirse una democracia efectiva, donde esta abarque también la democracia económica?
Para ello, la izquierda debe empezar a pensar en espacios diferentes a
los que pensaba hasta ahora. Tradicionalmente la izquierda divide el
espacio económico entre lo privado y lo público, y el único espacio de
democratización es el espacio de lo público. Así se aspiraba a aumentar
el espacio económico público como forma de aumentar la democracia.
Yo
planteo que entre ambos hay otro espacio que es el del capital
colectivo: los trabajadores pueden también ser propietarios de las
empresas, como implantó la socialdemocracia sueca, con una fortísima
resistencia de los empresarios, que llegaron a ir a la huelga. Parte del
incremento salarial de los trabajadores iba destinado a un fondo que
tomaba una parte del accionariado de la empresa. Eso permite que la
democracia entre en el espacio de la empresa.
Durante la vigencia de
esta legislación en Suecia, siete años, el desempleo se redujo hasta el
1,9%, porque la reinversión productiva de los beneficios en la empresa
fue mayor. Y el Producto Interior Bruto per cápita de Suecia que en 1984
era el 78% del de EEUU aumentó hasta representar el 126% del Estados
Unidos en 1991.
Suecia sin embargo ha cedido también al modelo neoliberal y ahora está amenazada por el ascenso de la extrema derecha.
La batalla por esa transición al socialismo se perdió por el
conflicto social generado por los empresarios, al tiempo que era
asesinado el principal impulsor de esa vía, Olof Palme. Pero es un
modelo que se puede retomar. De hecho, el Partido Laborista Británico
acaba de aprobar, en su reciente conferencia anual, una propuesta
económica que recoge la participación de los trabajadores en la empresa,
tal como se hizo en Suecia.
La economía no se puede transformar sólo a
través de lo público, sino también con la participación de los
trabajadores en las empresas.
¿No están pagando los partidos socialdemócratas el haber
asumido sin más los planteamientos neoliberales? Electoralmente no hacen
otra cosa que descender desde la crisis y sobre todo desde que se
sumaron a las políticas de austeridad y recortes de derechos.
Lo están pagando porque ante la crisis de 2007-2008 los ciudadanos
europeos depositaron sus esperanzas en que los partidos que decían
representar a los trabajadores y defender el Estado de Bienestar, se
harían políticas diferentes, que defendieran a los ciudadanos frente a
los mercados financieros.
Sin embargo, la gran mayoría de los dirigentes
de esos partidos se pusieron de parte de las políticas de austeridad y
devaluación salarial. En España lo vimos con Zapatero, también en el
socialismo francés y holandés." (Entrevista a Bruno Estrada, economista y dirigente de CC.OO, 10/10/18)
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