"En abril de este año, la científica española Manola Brunet se convirtió
en la primera mujer en presidir la Comisión de Climatología de la
Organización Meteorológica Mundial, el grupo de expertos de Naciones
Unidas que monitoriza el clima del planeta.
La
científica, especialista en la materia —que pasó por Madrid la semana
pasada para recoger el premio a la Personalidad Ambiental del Año de
Ecovidrio— advierte de que los políticos, aunque creen en el cambio
climático, no han entendido la magnitud del problema. A los ciudadanos les pide ser más combativos con empresas y gobernantes.
Pregunta. ¿Qué le ha dado tiempo a hacer en estos siete meses?
Hemos puesto en marcha varios equipos internacionales, ocho de ellos
en el área de observación, gestión de datos y análisis climáticos. Es
una información que contribuye a conocer el estado del clima del planeta
de manera veraz y eficiente y que está siendo muy bien recogida por la
Convención Marco de Naciones Unidas, que viene a ser el organismo
político para adoptar acuerdos.
P. ¿Aplican los políticos sus recomendaciones?
R. Tengo la impresión de que los políticos acaban
haciendo suyo el discurso del cambio climático, pero vacío de contenido.
Asumen que existe y hablan de él como una de sus preocupaciones, pero
hasta cierto punto, porque no se implementan las medidas necesarias.
P. ¿Qué es el calentamiento global?
R. Un cambio en el equilibrio del sistema climático que nos está conduciendo a unas condiciones más cálidas.
P. ¿Qué efectos provoca?
R. Multitud de impactos en los ecosistemas naturales
y humanos, por ejemplo los hielos y las nieves están disminuyendo en el
conjunto del globo. El cambio que hemos provocado va a permanecer
durante siglos y milenios, debido al papel que juega el océano, que es
la memoria a largo plazo del clima. Se está almacenando en él más calor
del normal que se liberará lentamente en el futuro prolongando los
efectos del cambio climático. Además, se intensificarán los incendios y
la pérdida de biodiversidad, y llegarán especies tanto marinas como
terrestres que no había antes.
P. ¿Cómo se aprecia en España?
R. Nos estamos calentando dos veces más rápido que
el resto del globo. Las temperaturas en los últimos 40 años han subido
de manera descarada, cada década 0,42 grados de promedio anual. Si esta
cantidad se distribuye mensualmente o diariamente nos encontramos con
extremos cálidos cada vez más intensos y con fríos más suaves. La
pluviometría, que siempre ha sido mala en España, se ha transformado en
más errática. Es decir, llueve lo mismo, pero de peor manera, dando
lugar a sequías mas largas e intensas y a un aumento de la aridez. Los
efectos se notan ya en las costas. El Ministerio de Obras Públicas está
tirando millones para regenerar playas, paseos marítimos,
infraestructuras, que antes se destrozaban cada cuatro años y ahora en
uno se puede repetir tres veces.
P. ¿La escasez de agua generará tensiones en el futuro?
R. Será el mayor problema. Es posible que se
declaren guerras por la disminución de recursos hídricos en la banda del
planeta donde todos los modelos dicen que va a llover menos. Tampoco
hace falta ir tan lejos. Recuerdo la tensión entre Tarragona y Barcelona
debido a la sequía de 2008, una de las peores, en la que se pidió un
trasvase de agua del Ebro a Barcelona.
P. ¿Hay una conciencia real de lo que significa el cambio climático?
R. Estoy dudosa. Es cierto que se comenta que el
tiempo se ha vuelto loco. No es normal comprar castañas en diciembre sin
abrigo, con temperaturas casi veraniegas durante el día y eso la gente
lo entiende. Otra cuestión son las implicaciones sociales y económicas.
P. Entre los negacionistas se encuentra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump ¿cómo le convencería?
R. Le diría que le va a costar mucho dinero adaptar
sus empresas, tanto las particulares como las del país, a los impactos
negativos del cambio climático. Ahí tiene los incendios de California.
P. ¿Queda tiempo para aminorar el calentamiento global?
R. Yo espero que sí, si conseguimos limitar el incremento de las temperaturas del planeta a 1,5 grados de aquí a 2030 o 2040.
P. ¿Qué medidas son imprescindibles?
R. Es un conjunto muy amplio. Es imprescindible
cambiar del petróleo a las energías limpias y prohibir el uso del
carbón. Esta transformación debe ir acompañada de un reajuste en los
sistemas energéticos de los sectores agrícolas, urbanos, industriales y
del transporte.
P. ¿Cómo pueden contribuir los ciudadanos?
R. Se requiere un cambio en los modos de vida de las
personas. Debemos ser más eficientes en el uso de la energía y más
combativos. Como consumidores podemos exigir a los centros comerciales
productos con una huella baja de carbono, o consumir artículos de
cercanía o estacionales. Como votantes tenemos la capacidad de reclamar a
los políticos agendas claras para transitar hacia una economía más
sostenible libre de carbono.
P. El borrador de la Ley de Cambio Climático en España incorpora la prohibición de vender vehículos que emitan CO2 a partir de 2040.
R. Me ha sorprendido la reacción del sector del automóvil español
contra una medida que se anuncia para 2040. Es de cajón que tiene que
ser consensuada con todos los actores. Lo óptimo sería, además de ir
hacia coches menos contaminantes, que el ciudadano dijera no al
automóvil, porque la energía que consume desde las materias primas con
que está fabricado hasta lo que contamina cada vez que se pone gasolina
es un coste medioambiental muy alto para el planeta.
P. ¿Existe confusión en los mensajes que llegan al ciudadano por parte de los políticos?
R. Los políticos han acelerado de una manera falsa
el discurso medioambiental. Siempre dudo de que realmente sean
conscientes del reto al que la sociedad se está enfrentando y de las
medidas que se pueden tomar. Me temo que a veces desde el poder político
es más fácil y más barato responsabilizar al ciudadano que meterse con
las grandes empresas
P. ¿En qué posición está España con respecto a Europa en la lucha contra el calentamiento?
R. Somos uno de los países más contaminantes, sobre
todo porque antes, cuando nuestro desarrollo económico no era tan alto,
nos habían permitido emitir más. Vivíamos de las rentas. Entre los más
adelantados están Alemania, Inglaterra y los países nórdicos.
P. ¿China está haciendo los deberes?
R. Sí, porque las políticas más sostenibles acaban siendo un verdadero ahorro.
P. La primera mujer al frente de esta comisión ¿Ha notado el techo de cristal?
R Es cierto que hay muy pocas mujeres trabajando en
la ONU. En la Organización Meteorológica Mundial también es así. En la
actualidad, se ha conseguido avanzar en el equipo de gestión de la
comisión de climatología donde somos un 40%. Pero cuando se trata de los
grupos internacionales de expertos, que son voluntarios, la media es de
un 20%. Este año, se ha intentado alcanzar la paridad en los nuevos
equipos y hemos llegado al 40%. Dicho esto, yo, honestamente, no he
notado más dificultades. Creo que acaba siendo un mundo de hombres
porque todavía hay pocas físicas y meteorólogas."
(Entrevista a Manola brunet, Presidenta de la Organización Metereológica Mundial, Esther Sánchez, El País, 28/11/18)
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