"Aunque el imaginario colectivo desvíe siempre la mente hacia la delincuencia y la maldad cuando se habla de la psicopatía, este trastorno de la personalidad
es algo más complejo de lo que sugiere esa asociación. Ni todos los
delincuentes son psicópatas, ni todos los psicópatas son Hannibal
Lecter, el villano caníbal de El silencio de los corderos.
"Los psicópatas son personas con problemas de relación interpersonal y de gestión de las emociones. Aparentemente son fríos, aunque no es cierto que no tengan emociones. Las tienen muy intensas. Lo que no tienen son remordimientos, que es lo que da una tendencia hacia la delincuencia, pero no en todos los casos, por supuesto", explica el doctor Jesús Pujol, director de investigación de la Unidad de Resonancia Magnética del servicio de Radiología del Hospital del Mar de Barcelona.
El médico
ha liderado una revisión científica de otros estudios publicados y ha
constatado que el cerebro de los psicópatas es distinto. La
investigación apunta a que el estrés emocional en la infancia precipita
la sobremaduración de algunas regiones cerebrales como un sistema de
protección contra el sufrimiento, pero termina dificultando también la
gestión de las emociones.
La complejidad de la psicopatía trasciende a los estereotipos. De hecho, un estudio publicado en 2013 en la revista Journal of Forensic Science,
ya advertía de que el prototipo psicopático del icónico Lecter ni
siquiera era muy realista. Lo llamaron "un psicópata de élite, que
exhibe niveles exagerados de inteligencia, modales sofisticados y
astutos, a veces hasta niveles sobrehumanos y supermediatizados". Más
acorde a la realidad era, según el estudio, el personaje de Anton Chigurh en No es país para viejos, un papel interpretado por el actor español Javier Bardem.
El abanico de conductas es amplio, pero todos los psicópatas
coinciden en una cosa: las alteraciones cerebrales que los diferencian
de otros individuos sin este trastorno. Pujol y su equipo revisaron más
de 400 artículos científicos en los que se había analizado el cerebro de
las personas con psicopatía a través de resonancias magnéticas.
El
metaanálisis, publicado en la revista científica Psychological Medicine,
ha concluido que el cerebro de los psicópatas presenta una maduración
acelerada de varias regiones cerebrales relacionadas con el
procesamiento emocional y el cognitivo. "El cerebro de los psicópatas es
diferente desde el punto de vista anatómico y funcional. Hay
diferencias en las áreas que procesan la cognición y el razonamiento y
en las que procesan la actividad emocional. La conexión entre estas dos
áreas falla", explica Pujol.
Los investigadores encontraron que, desde el punto de vista
anatómico, en las regiones de lóbulo temporal (donde está la amígdala,
relacionada con la emociones) y en el frontal (encargado de las
funciones cognitivas) había "una aparente atrofia de la sustancia gris".
"Sin embargo, lo que luego nosotros postulamos es que, en realidad, lo
que había era un aumento de la sustancia blanca, lo que implica una
sobremaduración de esas áreas", apunta Pujol.
El estudio sugiere que el origen de esa maduración acelerada de
algunas regiones cerebrales está en haber sufrido situaciones de estrés
emocional en edades tempranas. El cerebro desarrolla esa sobremaduración
para protegerse de las circunstancias que le provocan sufrimiento. "En
un contexto de estrés emocional, el niño desencadena una sobremaduración
que implica, por un lado, un bloqueo para evadir el sufrimiento y, por
otro lado, convierte a la persona en alguien no escrupuloso y carente de remordimientos",
señala el facultativo.
Al madurar rápidamente, el niño amplía la
capacidad de tolerancia al sufrimiento y logra evadirse de esa situación
emocional que le hiere. Sin embargo, este sistema de defensa provoca
daños colaterales: "no tienen freno emocional", sintetiza Pujol. El
médico matiza que el trauma no es puntual, sino que ha de ser
persistente en el tiempo para llegar a modular la anatomía del cerebro.
En la práctica, esta alteración cerebral provoca que, ante un dilema
moral, la activación de los dos sistemas (el cognitivo y el emocional)
se bloquee. Ni su capacidad de razonamiento ni sus sentimientos o
emociones están anulados. Lo que ocurre es que "la asociación entre emoción y cognición en la toma de decisiones está bloqueada", aclara el médico. Con todo, señala, "son responsables de sus actos".
Similitudes al consumo de esteroides
Los investigadores han encontrado también similitudes entre los cerebros de los psicópatas y las personas que consumen durante más de 10 años esteroides androgénicos (se suelen utilizar para mejorar el rendimiento deportivo o aumentar la masa muscular). Las afectaciones cerebrales detectadas en los psicópatas y en las personas que consumen estos anabolizantes durante largos períodos de tiempo son las mismas.
Pujol matiza, no obstante, que esta similitud no implica que los
consumidores de esteroides acaben desarrollando, a largo plazo, un
trastorno psicopático. "Hay una semejanza anatómica de las dos
patologías. Si bien es cierto que el control de los impulsos y la
conducta pueden cambiar tras consumir esteroides durante largos períodos
de tiempo, esto está lejos de pensar que puede generar una psicopatía",
explica el investigador." (Jessica Mouzo, El País, 19/12/18)
No hay comentarios:
Publicar un comentario