27/12/18

La Renta Básica de Ciudadania... en manos de la derecha, su gran promotor, se convertiría en un plan para reemplazar el Estado de bienestar...

"Sería mejor no caer en sesgos cognitivos, pero caemos a menudo en ellos. Uno de los muy extendidos es el conocido sesgo de confirmación por el cual sobrevaloramos las informaciones que nos corroboran nuestras creencias, opiniones o valores. Adicionalmente, que nos gusta confirmar que “tenemos razón” es obvio, que nos cuesta más admitir que estamos equivocados también.

 Con esto en mente, a veces la realidad te sorprende: lo que crees que es un esquema demasiado simple que no puede ser cierto, se confirma con creces. Quedé sorprendido de la siguiente experiencia que resumiré mucho.

Tuve que hacer durante el mes de noviembre en Bogotá dos debates, uno en el Parlamento y otro en la universidad javeriana, con Michael Tanner del Cato Institute. Este instituto, como es sabido, es un poderoso think tank libertariano ultraneoliberal que fue declarado el quinto centro de análisis más influyente del mundo por un estudio de la Universidad de Pennsylvania.

 El objeto del debate era la Renta Básica desde posiciones de derecha, ahí intervenía Michael Tanner, y desde posiciones izquierda para cuya defensa me habían invitado a mi. Por razones que no vienen al caso yo había leído recientemente bastante sobre sesgos cognitivos.

 Y tenía muy presente el sesgo de confirmación y me repetía que algunos esquemas sobre el Cato Institute no podían ser más que esquemas, que la realidad no podía ser tan claramente delimitada, que Michael Tanner no defendería las cuatro ideas que quizás algunos teníamos simplificadas en exceso.

Así iba sobre aviso cuando la realidad me sorprendió: el esquema no solamente era cierto sino que superó mis expectativas. Michael, por otra parte un tipo muy cordial y agradable, estuvo perfectamente de acuerdo conmigo que lo que diferencia a los proponentes de la Renta Básica de izquierda y de derecha puede resumirse como lo hice en los dos debates con él:
  • Cómo se financia la Renta Básica. O adicionalmente, quién gana y quién pierde. Para la izquierda la financiación debe significar una reforma fiscal que suponga una redistribución de la renta de las decilas más altas al resto de la población.
  • Las medidas de política económica que adicionalmente se proponen junto a la Renta Básica. La izquierda asume la defensa de la sanidad y la educación públicas, y en general, del Estado de bienestar. La derecha no. En referencia a esto último, tuve que recordar que uno de los economistas preferidos de Michael Tunner al que citó en más de una ocasión, Charles Murray, tan libertariano como él, defiende la Renta Básica en un libro que tiene este título: “En nuestras manos. Un plan para reemplazar el Estado de bienestar”.
  • Un aumento del poder de negociación de los trabajadores y de las mujeres que supondría la Renta Básica, según defiende la izquierda, no es admitido como bueno o deseable por la derecha.
  • La neutralidad del Estado significa para Tunner que no intervenga en las negociaciones de los distintos agentes. Para mi significa que debe intervenir activamente para impedir que los grandes poderes privados, como las multinacionales gigantes, impongan su voluntad privada a los Estados, con el ataque a la libertad de la mayoría no rica que eso supone. Una renta máxima, por ejemplo. Tunner, como es fácil suponer, no la defendió ni mucho menos.
Pregunté después de los dos debates a alguno de los oyentes organizadores, el observatorio fiscal de la universidad javeriana de Bogotá, su visión del debate para tener algún elemento exterior de confirmación o rechazo de mi impresión. También pregunté a alguno de los oyentes no organizadores lo mismo. Coincidíamos según acabo de resumir. Parece que no incurría en el sesgo de confirmación.

¿Tuvimos algunos acuerdos? Sí, sin duda. ¿Cuáles? Que los subsidios condicionados para pobres son muy costosos e invasivos en la vida de las personas. Y otro acuerdo: que hay que tratar a los pobres como adultos, no como niños

Y que se confirma que las personas pobres acostumbran a gastar una proporción de sus mínimos ingresos que resulta muy similar a la proporción que gastan de sus mayores ingresos otras partes de la población en… consumos “indeseables” como alcohol y tabaco, los ejemplos los puso Tanner. 

Es decir, que aquel paternalismo de que los pobres no se gasten lo que reciben del Estado en mercancías “indeseables” no está justificado porque lo hacen en una medida proporcional muy similar a otros sectores de renta más elevada de la población.  (...)"   

(Renta básica y sesgos cognitivos, Daniel Reventós, La Mirada Común, 11/12/18)

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