"Cristina Morales ha ganado el premio Herralde de Anagrama
con una novela sarcástica, rabiosa, inteligente y antisistema, pero no
contra el sistema capitalista y de mercado, o no solo, sino contra los
propios ámbitos antisistema que se han establecido en Barcelona.
No es Lectura fácil
una crítica feroz a los demás, sino a las propias debilidades, a las
ortodoxias a veces ridículas que se pueden respirar también en ambientes
anarquistas, antidesahucio, de okupación y otros hábitat donde hasta la
forma de redactar las actas asamblearias es motivo de largo debate.
Es
un libro que tensiona al lector, que le pone contra las cuerdas de todo
lo políticamente correcto que hemos asumido y que lo hace a partir de la
historia de cuatro mujeres discapacitadas o, como dice Morales,
"discapacitadas según han establecido las instituciones
público-privadas". Y subraya: "Esta discapacidad es un artefacto creado
por el poder como sistema de control social de este tipo de personas."
"Puedo
ser discapacitada, pero no tonta", dice una de sus protagonistas. Y lo
demuestra de sobra al tensionar esas verdades establecidas y romper, por
ejemplo, uno de los grandes tabúes, y es el de las relaciones sexuales
miradas desde un feminismo europeo que, asegura Morales, se olvida del
cuerpo.
"La feminista latinoamericana suele apelar mucho más al gozo como
herramienta emancipadora y al gozo que pasa por el cuerpo, solo hay que
ver el reggaeton, que puede ser un lugar de disidencia sexual
muy explícita, pero el feminismo europeo más masivo intelectualiza hasta
tal punto las posibilidades de emancipación que se olvida del cuerpo",
afirma Morales en esta entrevista grabada en la sede de EL PAÍS.
"Es
necesario devolverle al cuerpo, porque somos todo cuerpo, el lugar que
debe ocupar en el feminismo". (...)" (Berna González, El País, 23/01/19)
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