"La inmensa mayoría de nosotros pensaba que la posibilidad de
encontrar a Julen con vida era inferior a una entre un millón. También
lo pensaban, sin duda, los mineros y guardias civiles que se han jugado
la vida, literalmente, para llegar hasta él, los profesionales de todo
tipo que han trabajado a ritmos inhumanos y la gente de Totalán que se
ha volcado en ayudar a la familia y en facilitarle las cosas a los
miembros del operativo…
Y todos lo han hecho con el mismo esfuerzo y el
mismo espíritu de sacrificio que si este endiablado reto de uno entre un
millón fuera posible ganarlo
A un extraterrestre que nos vigilara desde el espacio le costaría
mucho trabajo entender como los seres humanos son capaces de ser
solidarios hasta la locura y, a la vez, permitir la muerte masiva de
niños como Julen en guerras, atentados, hambrunas, enfermedades
curables y travesías en patera
La razón de esta paradoja es antropológica: fuimos la especie más
altruista y sacrificada del planeta a la hora de proteger a nuestra
tribu pero, a la vez, fuimos la especie más agresiva y cruel con
aquellos que se cruzaban en nuestro camino o considerábamos una amenaza.
Es fácil pensar que un niño de dos años forma parte de aquello que
debemos proteger (aunque no faltan seres humanos que los martiricen, los
rapten, los esclavicen o los asesinen por diversos motivos) pero
también es cierto que para convertir esta protección en algo concreto y
activo es importante convertirlo en algo concreto e identificable.
Por
eso nos conmueve mucho más un caso como el de Julen que una estadística
sobre accidentes mortales en niños de corta edad
Esta cuestión introduce varios temas peliagudos: ¿por qué darle tanta
cancha a Julen cuando hay tantos niños desaparecidos, accidentados o
víctimas de enfermedades incurables?, ¿No hay algo de amarillismo en
los medios que se vuelcan azarosamente sobre algunos casos y que obvian
otros iguales o peores?, ¿Por qué los políticos, los artistas y los
deportistas se vuelcan en algunos temas y en otros no?…
Sin duda hay algo injusto en la locura que ha generado un accidente
como el de Julen porque hay muchos niños y familias que padecen
tragedias iguales o incluso más flagrantes. Como también tuvo algo de
injusto la conmoción que provocó en 2015 Aylan, el pequeño inmigrante
ahogado en una playa turca, cuando entonces, como ahora, había y hay
tantos otros niños ahogados en el más absoluto anonimato .
Sin embargo, y personalmente, creo que criticar estas “injusticias”
es un error porque pueden cumplir una función irreemplazable a la hora
de llamar la atención sobre determinadas problemas, a la hora de
denunciar determinadas realidades o de poner en valor ejemplos de
solidaridad y heroísmo como los que se han producido en Totalán.
Si se cumplen estos objetivos, sea bienvenida la injusticia de focalizar determinados temas.
Nuestros antepasados, los homo sapiens, iniciaron su andadura
llevándose por delante a una docena de especies de homínidos, primos
suyos pero menos listos que ellos. Con semejantes antecedentes, todo
esfuerzo es poco para dejar atrás el mero instinto grupal de
autoprotección y avanzar hacia la bendita locura de ser más solidarios,
más justos y más altruistas." (Groskke, la izquierda unida y más, 25/01/19)
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