"Desde hace más de una semana hay estímulos continuos de una cita que,
para todo consumidor de bien, parece ineludible: el Black Friday. Los
gigantes tecnológicos ofertan descuentos y hasta algunos pequeños
comercios se suman a un día en el que les cuesta todavía más competir
con las grandes cadenas.
Por eso diversos colectivos sociales
pertenecientes al Mercado Social de Madrid celebran la semana sin compras,
que trata de dar alternativas a las compras masivas en centros
comerciales y al consumo irracional sin pensar en cuestiones como la
huella ecológica.
“En cosmética se tiende a comprar cosas que no se usan y a acumular”, cuenta Victoria Hermida, de Ecoeko,
un laboratorio cosmético que produce de forma artesanal, local y
ecológica. “Además, suelen ser productos que, además de llevar muchos
componentes tóxicos, persiguen ideales de belleza que te esclavizan
emocional y socialmente, con una huella ecológica inmensa”.
Prácticamente todos sus productos son veganos y tienen una fecha de
consumo preferente de nueve meses a un año.
“Si el producto que compras tiene una caducidad muy alta es que es
bastante tóxico y está inerte, muerto”, explica. “Nosotras fabricamos el
producto y la misma semana lo vendemos. Los productos son frescos, las
cosechas son las del año. Tienen mucha vida y conservan todas sus
propiedades”. Ecoeko participa en la semana sin
compras con un ecotupper, es decir, una charla informativa y
gratuita en la que enseñan a leer las etiquetas cosméticas para
identificar los componentes que el Gobierno califica como tóxicos y las
enfermedades con las que están relacionados.
El emprendimiento
social a través de la ética para intentar cambiar las condiciones
laborales en sectores en los que la explotación es muy grande, como en
el caso del sector textil, también tiene un gran peso en esta cita. FAM y LIAS
nació como colectivo social que ayudaba a familias con diversidades y a
gente cuya orientación sexual, por ejemplo, le hacía sufrir
hostilidades o maltratos en el seno de su propia familia. Poco a poco
fueron explorando otros ámbitos de actuación y así llegaron a la moda
sostenible, de la mano del proyecto “Moda con ética”, junto con Customizando.
“Hacemos
formaciones, reciclaje textil, patronaje, estilismo y cooperativismo.
Todas estas formaciones están destinadas a personas que tuvieran una
idea de negocio. A los que más avanzada tenían la idea les hemos
ofrecido estar becados en nuestro espacio de coworking textil, en el que
hay máquinas industriales, un centro de planchado industrial de sastre o
mesas de corte, cosas que en casa es más complicado tener”, explica
Carmen López.
Las personas becadas han sacado sus marcas y las presentarán el día 29 en un showroom
en el que cada marca tendrá un puesto propio, junto con un taller de
reutilización textil. “El Black Friday promueve consumo masivo y el
pequeño comercio no puede asumir determinadas campañas de las grandes
superficies. Si una gran cadena vende ahora una televisión a 300 euros
que antes vendía a 400, es porque el precio es 300 o incluso menos.
Siempre van a obtener beneficios”. López añade, además, el efecto
“llamada” al consumo desmedido. “Ya que me compro la televisión más
barata, pues entonces me compro también una batidora, aunque la mía
funcione perfectamente”.
Una de los retos de estas cooperativas es intentar atraer a la
clientela hacia un consumo más consciente, cuyo estímulo principal no
sea el precio. “Que no solamente te preocupe que los materiales sean
buenos, sino que la mano de obra que los está fabricando tenga unas
condiciones laborales dignas. Si la tela de una camiseta me cuesta 2
euros y la camiseta ya cosida 4, es evidente que ahí hay una
explotación”, señala López.
En FAM y LIAS priman la inserción
laboral de mujeres en el sector textil, ya que la confección de ropa se
realiza en su mayoría por mujeres y muchas sufren explotación o
precarización. “Vimos que había un grupo importante de personas, casi
todas mujeres, que querían emprender y que ya hacían arreglos textiles
en su casa, entonces pensamos en profesionalizarlo, dándoles formación y
asesorando para que pudieran crear sus negocios. Para ello se creó
Customizando”.
Uno de los lemas de Altrapo Lab,
cooperativa de reciclaje textil, es que “la ropa vale poco y cuesta
mucho”. Una de sus actividades más demandadas es el intercambiador de
ropa, que celebrará el próximo domingo 1 de diciembre. “Tenemos un
sistema de puntos. La gente trae su ropa y recibe los puntos que le
corresponden por el tipo de prenda, que podrá canjear por la ropa que le
interese”, relata Natalia Castellanos. Altrapo Lab quiere visibilizar
otro modelo de consumo “en el que no hace falta comprar nada nuevo, sino
darle valor a la segunda mano”. Pone de ejemplo al fundador de la marca
de montaña Patagonia, que dice que “la prenda más verde es la que ya
existe”.
El intercambiador se hace dos veces al año, normalmente
en primavera y otoño, cuando suele haber cambio de armario. “Si te
sobran puntos los puedes guardar para canjearlos en el siguiente
intercambio”, dice Castellanos. El evento anual de Altrapo Lab se hace
en primavera en La Casa Encendida. Es un maratón de reciclaje textil en
el que diversos diseñadores y diseñadoras cosen en directo con ropa
reutilizada. A su alrededor hay talleres y charlas. Coincide con el
Fashion Revolution Ray, que se celebra desde 2014. “Ese día se conmemora
el accidente en las fábricas textiles de Bangladesh en 2013 en el que
murieron miles de personas fabricando las prendas de consumo rápido que
aquí casi ni valoramos”. (Laura Cruz, 27/11/19)
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