4/2/20

Las calderas de la calefacción suponen una fuente de contaminación del mismo nivel que los motores de combustión en el aire de Madrid... la bomba de calor es la tecnología más económica. Entonces, ¿por qué demonios siempre, invariablemente, hablar de contaminación es hablar del tráfico, y no de la otra gran fuente de contaminación?

"(...) Tomo como arquetipo de medio urbano el Foro, donde ante la ausencia de industria, en especial industria pesada, la contaminación está relacionada con las emisiones asociadas al transporte. En concreto la estación de medición de Cuatro Caminos (podéis escoger cualquier otra, los resultados son análogos). 

(...) en los tres contaminantes referidos, hay una clara oscilación estacional: en invierno los valores son aproximadamente el doble que durante el verano. (...) ¿Cuál puede ser, entonces, la causa? (...) Todos sabéis la respuesta: las calefacciones. 

Cuando se encienden las calefacciones, la contaminación (al menos en estas dos sustancias analizadas) se duplica. Asumiendo que el aporte de la industria y otras causas es nulo, podemos aproximar que las calderas suponen una fuente de contaminación del mismo nivel que los motores de combustión en el aire de Madrid.

Porque no es sólo una fuente de contaminación de la misma magnitud que el tráfico, es que además es la que sería más sencillo, barato y ventajoso eliminar por medio de la electrificación. Efectivamente, el coste de un coche eléctrico ronda los 30.000€, mientras que un equipo de climatización (aire acondicionado / bomba de calor) para una vivienda de 100m² oscila entre 1.000 y 2.000€. Económicamente, el coche eléctrico aún sigue estando en desventaja frente al térmico, mientras que la bomba de calor es la tecnología de calefacción más económica.

Por otra parte, así como para el transporte privado hay alternativas (el transporte público electrificado), más ventajosas en términos de inversión pública, eficiencia energética, productividad de la sociedad al reducir los atascos y, por lo tanto, los tiempos de desplazamiento siempre que se invierta en una flota suficiente lo que se ahorra en asegurar el sacrosanto derecho de ir a todas partes en coche (que lo he mirado y no acabo de encontrarlo ni en la puta Constitución ni en la Solemne Declaración Universal de los Derechos Humanos)… para la calefacción no hay otra alternativa a la bomba de calor que no pase por reacciones de combustión (a no ser que queramos montar una central nuclear en Chinchón y usar su circuito de refrigeración secundario para dar calefacción municipal a la urbe, que tampoco sería una mala idea).

Entonces, si la bomba de calor es un método mucho más sencillo, eficiente y económico que electrificar el transporte privado, si realmente nos importa reducir las tasas de contaminación ¿por qué demonios siempre, invariablemente, hablar de contaminación es hablar del tráfico, y no de la otra gran fuente de contaminación? Es más, incluso tratando del tráfico, se relegan otras soluciones para centrarse en el nuevo bien absoluto de nuestra cultura: el coche a pilas.

Yo cada vez aprecio más claramente que hay un empeño en imponerlo, y que la contaminación urbana o el cambio climático es sólo una excusa. Si los motores suponen la mitad de la contaminación urbana (al menos en PM y NO2), el transporte privado por carretera sólo supone una mínima parte de las emisiones globales de CO2e, cuya electrificación en todo caso sólo reduciría entre 1/5 y 1/3 esas emisiones debido al proceso altamente contaminante de fabricación de baterías.

NOTA a esta última afirmación: El transporte supone en números redondos el 20%, la mitad son debidas al transporte marítimo, el aéreo supone un 2% y la mitad del transporte por carretera es asociada a las mercancías, así que estamos hablando de salvar el mundo intentando recortar emisiones de una fuente que supone el 4% de las emisiones globales de CO2e.  (...)

Propongo la prohibición de:

– Calderas/estufas de combustible sólido (leña, carbón, pellet), para núcleos de población superiores a los 1.000 hab.

– Calderas de combustible líquido (gasóleo, queroseno), para núcleos de población superiores a los 10.000 hab (y la equiparación de la fiscalidad con el gasóleo de automoción, igual que el resto de combustibles, sea para aviación, agricultura…).

– Calderas de combustible gaseoso (metano, propano, butano), para núcleos de población superiores a los 100.000 hab."                 (La mirada del mendigo, 05/01/20)

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