"Año 2050, Benidorm se ha quedado sin su bahía característica y con la
mitad de uno de sus símbolos, la Isla. Ha sido engullida por el nivel
del mar a causa del calentamiento global.
El Benidorm que conocemos ya
no es esa joya turística del Mediterráneo plagada de jubilados y guiris.
Para que esta fecha catastrófica llegue tan solo quedan 30 años. Este
es el escenario que dibuja un estudio de Climate Central, publicado en Nature Communications y del que se hizo eco el diario Levante en noviembre.
En 2014 Greenpeace en un informe llamado España hacia un clima extremo: Riesgos de no frenar el cambio climático y la destrucción del Ártico alertó
sobre las posibles consecuencias del deshielo de los polos y del
calentamiento global. Junto con el informe, la organización ecologista
difundió imágenes que hacían una proyección de la subida del nivel del
mar en algunas ciudades españolas, entre ellas Benidorm. Hasta la
mismísima Greta Thunberg en su libro Cambiemos el mundo advierte del aumento del nivel del mar. ¿Es realmente posible que Benidorm se quede sin playa a mitad de siglo?
El Ayuntamiento de Benidorm mide cuatro veces al año la línea de
seguimiento del agua que es la referencia que marca la arena de la playa
respecto al mar. Los datos indican que la franja varía por los
temporales y se acumulan diferentes cantidades de agua en los dos
mayores arenales (Levante y Poniente). Sin embargo, no existen
parámetros significativos para que se puedan comparar con el nivel del
Mediterráneo y el cambio climático, según ha informado el consistorio.
El nivel del mar y la línea de playa son conceptos diferentes. El
primero de ellos se mide en Alicante y es la referencia para toda España
y el segundo es específico de cada localidad y depende en mayor medida
de los temporales y estaciones.
“Estamos en unos límites que tampoco han cambiado desde el año 94.
Hay una disminución pero luego está más o menos estable. Se puede
observar que en invierno disminuye pero en verano vuelve a su lugar de
origen”, señala la concejala de Playas y Medio Ambiente, Mónica Gómez,
del PP, a CTXT.
“Nos ocupa y nos preocupa aunque no hay un plan a largo
plazo por la desaparición de las playas. Este tipo de noticias pueden
generar una alarma”, defendió la regidora en una entrevista en su
despacho. “La isla tiene una cota de 75 metros, que llegue a hundirse la
mitad es un poco tremendista y genera alarma social”, añade Vicente
Fuentes, técnico de medioambiente del Ayuntamiento de Benidorm.
Los vecinos de la ciudad se muestran preocupados. “Directamente e
indirectamente vivimos del turismo. Si perdemos la playa lo perdemos
todo pero no hemos notado que hubiera un aumento del nivel del mar en
los últimos años”, comenta Christian Corraini, presidente de la
asociación de vecinos de la Playa de Poniente.
“Esa información era más
alarmista que realista pero como cualquier persona estamos preocupados",
subraya Batiste Más Pérez, responsable de limpieza y medioambiente del
Consejo Vecinal. En las reuniones del órgano compuesto por el alcalde y
los representantes de las asociaciones vecinales de la ciudad el tema
del nivel del mar no ha sido prioritario. Otros como la limpieza de las
playas o las obras del puerto de Dénia, por su posible afección al
litoral benidormense, han copado el debate.
Benidorm es la tercera ciudad de España en pernoctaciones, según el INE.
Los hoteleros serían los grandes damnificados en un cambio de
paradigma. “En cuanto al nivel del mar, esperemos actuar a tiempo. Eso
asusta, no vamos a alarmarnos, pero vamos a trabajarlo. Son modelos de
predicción que deben cumplirse en mayor o menor medida.
Deben ser
cuestiones prioritarias, por sostenibilidad económica, medioambiental y
social”, expone Mayte García Córcoles, responsable de Calidad, Formación
y Proyectos en HOSBEC, la patronal hotelera. “Se está produciendo un
cambio de paradigma en fuentes energéticas aunque es verdad que hay
algunos lo tienen en su primera posición de inversión y otros en cuarta.
El cambio generacional supondrá un ajuste más de tuerca”, reconoce.
¿Es posible que se haya pecado de exageración al hablar de cambio
climático? “Alguna gente ha sido más catastrofista, seguro que con la
mejor de las intenciones pero si hablas a 30 o 40 años el personal lo ve
muy lejano. Lo que piensan es que todo será una mierda y que hay que
aprovechar. El catastrofismo genera reacción. A la gente lo que le
preocupa es salir a correr, playa y paella pero, de repente, seguir
disfrutando de ello está relacionado con el cambio climático, esto es lo
que hay que divulgar”, reconoce Andreu Escrivà, ambientólogo, doctor en
biodiversidad y autor del libro Encara no és tard.
En el último informe del International Pannel on Climate Change
(IPCC) publicado en septiembre de 2019 hay un apartado en el que se
tratan estas problemáticas: Aumento del nivel del mar e implicaciones para las islas bajas, costas y comunidades.
El informe está redactado por un grupo de científicos que se dedican al
estudio del cambio climático y que han hecho el seguimiento más
exhaustivo desde 1988. En él se afirma que el deshielo de los polos ya
es una realidad y se asegura que el aumento de 0,25 cm del nivel del mar
ya se ha producido.
En el mismo documento se reconoce la especificidad de cada lugar
respecto a factores que no tienen que ver con el cambio climático, como
por ejemplo las mareas, las corrientes o el oleaje. A lo largo del texto
se especifica que en torno al 30% de la variación de un océano es
regional. Además, se reconoce que las acciones humanas son las que
tienen una mayor incidencia sobre esta línea que separa la tierra firme
del gran azul.
No obstante, el nivel subirá y el punto de referencia en
el Mediterráneo para los científicos en los últimos años, Venecia, ya ha
dado síntomas de saturación con las mayores inundaciones en décadas.
Ante esta situación, el Ministerio de Transición Ecológica ha confirmado
a este medio que por el momento se encuentran en proceso de establecer
una estrategia al problema tras el quinto informe de IPCC.
Los expertos de la zona reconocen la subida. “La expansión térmica es el
motivo, que es el mismo que hace cuando aumenta el nivel del mar entre
20 o 30 cm, dependiendo del juego, pero ya ha subido en todo el mundo”,
revela el ambientólogo Andreu Escrivá. Sin embargo hay otros factores
que influyen en el nivel del mar como las mareas, las corrientes y la
geografía. “Las elevaciones de terreno enmascaran algunos datos sobre el
nivel del mar. Ahora mismo no hay una tendencia clara y los movimientos
tectónicos también pueden afectar en este aspecto”, reconoce Carlos
Arribas, coordinador local de Ecologistas en Acción Alicante.
Ante esta situación es fácil que los ciudadanos, y en concreto los
turistas y vecinos que aman Benidorm, se sientan un tanto perdidos. A
quién se ha de creer, a quién dice que se genera alarma social o a quién
alerta. “La subida del nivel del mar es uno de los aspectos que más
preocupa debido a su enorme repercusión socio-económica. A partir de
ahora es imprescindible llevar a cabo una monitorización precisa de las
zonas litorales en aquellos espacios más vulnerables para comprobar el
grado de fiabilidad y cumplimiento de estos modelos”, señala Jorge
Olcina, Catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de
Alicante. Sobre el lenguaje alarmista el profesor Olcina es muy claro:
“Siempre he pensado que si se abusa del lenguaje catastrofista se corre
el riesgo de que la sociedad deje de tener interés por este tema.
Benidorm no va a perder sus playas. Este tipo de mensajes no pueden
lanzarse con tanta alegría como a veces se está haciendo. En el peor de
los casos se habla de una subida de un metro hasta finales de siglo, que
ya es mucho. Hay margen para actuar y prepararse en todo caso”,
responde Olcina sobre las proyecciones más negativas.
Entonces, ¿sobre qué cabe preocuparse? Aquí entran en juego dos
características climáticas que sí cambiarían Benidorm: precipitaciones y
temperatura. “Lo más notorio va a ser la pérdida del confort climático
(aumento de las denominadas ‘noches tropicales’, con temperaturas
nocturnas por encima de los 20º C) y el aumento de episodios de tipo
extremo (lluvias torrenciales, temporales, olas de calor).
Estos dos son
los aspectos que ya empiezan a manifestarse y para los que los modelos
climáticos señalan un incremento notable en las próximas décadas. Ello
nos obliga a preparar nuestras ciudades y nuestras viviendas para
adaptarnos a estos efectos”, expone Olcina, quien ha profundizado en
este tema a través de su investigación Turismo y cambio climático: una actividad vulnerable que debe adaptarse.
La ONU ha alertado recientemente de que el Mediterráneo es una de las
zonas que más rápido se calienta, en el tiempo que se lleva haciendo
mediciones se ha calentado un grado, cifra que parece insignificante, a
no ser que se tenga en cuenta que en 2040 serán 2,2 grados y más de 3 en
2100. Este fenómeno no solo tiene incidencia en el nivel del mar, sino
también en las precipitaciones.
AEMET de la Comunitat Valenciana
recomendaba el año pasado acostumbrarse al nuevo modelo climático, altas
temperaturas y menos lluvias pero más intensas. El mes de febrero está
siendo un claro ejemplo de ello. Temperaturas 4ºC por encima de lo que
es habitual, tal y como informó la propia AEMET.
El temporal Gloria, que asoló el litoral
mediterráneo en enero de este mismo año, dejó daños por valor de 15,3
millones de euros en toda la Comunidad Valenciana, según el Consorcio de Compensación de Seguros,
órgano dependiente del ministerio de asuntos económicos y
transformación digital. A su vez, la DANA, (Depresión Aislada en Niveles
Altos) causó la muerte de 6 personas y sus consecuencias requirieron
ayudas por valor de 31,5 millones de euros aprobadas por parte del Consell de la Generalitat Valenciana.
Este desastre que asoló parte de la costa de Alicante en septiembre de
2019 es una característica del clima de la región. La popularmente
conocida como gota fría está cambiando. Los expertos alertan de su
mutación a un modelo más destructivo. En ese caso la ciudadanía tendría
más motivos para preocuparse por los desprendimientos o por la limpieza
de cauces y montes que por la playa.
“Benidorm no va a perder sus playas”, son las palabras del profesor
Olcina, pero el último informe IPCC señala que el aumento del nivel del
mar es una realidad. En este nuevo panorama Benidorm tiene varios retos
más allá del nivel del mar, el confort climático y las precipitaciones
torrenciales. ¿Cómo se adaptará a ello? Se lo contaremos antes de que se
asemeje todavía más a Miami. Año 2050, Benidorm ha pasado de
temperaturas suaves en invierno y altas en verano a altas en invierno y
altísimas en verano.
Además, las precipitaciones se han transformado de
escasas y concentradas a muy escasas y torrenciales. Quedan 30 años para
que llegue este escenario. “El cambio climático está pasando ahora”,
afirmaba categóricamente John Kerry, secretario de Estado de Barack
Obama, a Leonardo DiCaprio en 2016 en el documental After the flood." (Josan Piqueras, CTXT, 28/02/20)
No hay comentarios:
Publicar un comentario