"(...) En el sistema actual, la masa monetaria se regula mediante el grifo
del crédito. La necesidad de crédito está en función directa de la
temperatura de la economía, en el volumen e intensidad de las
transacciones necesarias.
El invento de la banca de reserva fraccionaria por el que se puede generar dinero de la nada siempre que se devuelva, es un buen invento para seguir esos cambios de temperatura, esencial para la economía moderna.
El invento de la banca de reserva fraccionaria por el que se puede generar dinero de la nada siempre que se devuelva, es un buen invento para seguir esos cambios de temperatura, esencial para la economía moderna.
Esta capacidad de crear dinero de la nada está ahora en manos de los
bancos, que monopolizan la emisión de dinero en forma de crédito a las
empresas. Los Bancos Centrales controlan muy indirectamente la masa
monetaria a través de la emisión pública de las reservas con las que
operan los bancos y a parte, realizan la emisión de dinero físico.
Esto es posible por la fusión, en los registros electrónicos del
banco, de las cantidades de moneda legal emitidas por la Casa de la
Moneda y depositadas en ventanilla por los usuarios, y el dinero
bancario. Ahora ambos se confunden en un mismo registro cuantificado en
la denominación de la moneda de curso legal, que no promete ya nada. Es
puro dinero fiat. Y se usa tanto para las necesidades del mercado libre, como para las necesidades de los servicios públicos.
Los bancos se han hecho con este poder de emitir deuda a partir de
tener el monopolio del registro electrónico de las transacciones de todo
el mundo, y ganarse una reputación, merecida, nadie lo dsisputa, de
llevarlas escrupulosamente.
Hoy ya solo queda una fracción de las transacciones en dinero “cash”. Ese monopolio les da el poder, no solo de emitir deuda según las normas admitidas, que son ya pocas, sino de organizar fraudes como los de Bankia y los otros muchos.
Hoy ya solo queda una fracción de las transacciones en dinero “cash”. Ese monopolio les da el poder, no solo de emitir deuda según las normas admitidas, que son ya pocas, sino de organizar fraudes como los de Bankia y los otros muchos.
El dinero en billetes es una antigualla, sin duda. Es un engorro, te
lo pueden robar, lo puedes perder. Llevarlo encima es un riesgo, un
atraco suele venir acompañado de violencia. Hace imposible llevar bien
las cuentas.
Al cabo de la semana nadie en la casa sabe en que se
gastaron los 500 EUROS en efectivo que se sacaron del banco. Las
aplicaciones de pago, primero con tarjetas, ahora con maravillosas
aplicaciones para el Smart Phone, son cómodas, fiables 100% y facilitan
la contabilidad casera.
El tema es quien va a llevar los registros
electrónicos de todos esos pagos. Dejar que sean los bancos quien lleve
los registros es como dar al carcelero el ultimo resto de lima que me
quedaba porque molesta al pasear por el patio de la cárcel. Ese registro debe quedar en manos públicas. O mejor, en manos de todos. (...)
Los registros se pueden llevar en la cadena de bloques,
que es una base de datos “en la nube”, de la que nadie es propietario y
de la que todos son propietarios, pues son todos los ordenadores de la
red los que certifican que cada transacción viene digitalmente firmada
por su emisor y que nadie puede “meter mano a la caja”.
En estos momentos, el conocido Hervé Falciani está proponiendo un sistema de pagos,
con los registros en cadenas de bloque publicas lanzadas, por ejemplo,
por los Ayuntamientos, como un sistema “descentralizado” de raíz “local”
y que permitiría un “control ciudadano de los flujos financieros”.
Si hablamos de un sistema así, bienvenida la modernidad. Si no,
prefiero seguir, como Kostas el de Vaorufakis, con mi dinero bajo el
colchón. Déjame mis euros y llámame tonto, o anticuado, o lo que sea,
que ya vas a ver quién se va a reír cuando explote la burbuja de la
deuda y los derivados. " (Rogelio Segovia Blog Desperados Theory , El salmón contracorriene, 10/02/16)
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