"Ante las continuas matanzas de seres humanos
perpetradas en los últimos años mediante atentados en Asia, África,
Norteamérica y Europa, cabe empezar a hacerse en público algunas
preguntas sencillas pero fundamentales.
¿Saben nuestras sociedades, por ejemplo, que Los
Hermanos Musulmanes se crearon a instancias del imperio británico para
asegurar su dominio en Egipto y en Asia occidental (eso que ellos
llamaron “Oriente Próximo”)? ¿Alguien las ha informado por acaso que
Al-Qaeda fue creada a final de los años 70 por EE.UU. para derrocar al
legítimo gobierno afgano?
Ese gobierno había desarrollado una política
económica de inclusión de las distintas capas populares, un amplio
programa de alfabetización e incluso una incipiente reforma agraria.
Había conseguido que miles de mujeres fueran a la Universidad y que
desempeñaran funciones y cargos públicos. Los talibanes de EE.UU.
acabaron con todo eso.
La desolación de la situación social hoy en
Afganistán nos la muestran parcialmente nuestros telediarios. Del
infierno que están viviendo las mujeres, sólo una pequeña parte.
¿Saben nuestras sociedades que ISIS es también una
creación de las principales dictaduras de Asia Occidental, Arabia
Saudita y Qatar entre otras, grandes aliadas de “Occidente”, bajo el
encargo o la delegación de EE.UU. y Gran Bretaña, y apoyada
logísticamente por Israel y Turquía?
Precisamente en estos momentos esas
dictaduras feudales se pegan entre sí por el control de la región y en
función de si siguen la vieja política terrorista (como quieren Gran
Bretaña y Qatar), o si van a cambiar las cosas en función de lo que la
nueva Casa Blanca decreta (Arabia Saudita ha recibido miles de millones
de ayuda militar estadounidense a cambio de que ahora deje de financiar a
ISIS, pues ya no es un peón deseable para los grupos de poder que
subieron a Trump al poder).
¿Es consciente la ciudadanía española de lo que
significa que el rey de España hubiera ido antes a Arabia Saudita a
vender armas al país que está detrás de la mayor parte del terrorismo
internacional y que además ha invadido Yemen, destruyendo sus
hospitales, su fuentes de alimentación y agua potable, generando allí
una situación de emergencia por cólera y hambre?
¿Saben nuestras indefensas sociedades que Francia,
Gran Bretaña y EE.UU. han apoyado militarmente a ISIS y/o a grupos
afines (a los que coordina la OTAN), como Al-Nusra, en su guerra contra
el pueblo sirio, y que el ejército español muy probablemente haya
facilitado asesoramiento militar a grupos que mantienen vínculos con
esas organizaciones terroristas y que aquél llama “oposición moderada”?
¿Saben nuestras buenas gentes que el gobierno español
(y en primera línea algún militar que hoy va de alternativo) colaboró en
el bombardeo de Libia, y que el genocidio de su pueblo no se ha
detenido desde entonces, y que quienes mandan hoy en el país son
facciones de las grandes organizaciones terroristas?
Sucursales del
fascismo modalidad asiática que fueron puestas por los países europeos y
su jefe, EE.UU., con la señora Clinton como adalid de la guerra (hasta
Trump en la campaña electoral la llamó “jefa de los terroristas”.
Ninguna tontería).
¿Sabe nuestra población que EE.UU. ha bombardeado en
abril pasado una base militar del único país y el único pueblo que le
está haciendo frente al fascismo asiático (Isis, Al-Qaeda, etc.) en su
territorio, en los numerosos campos de batalla abiertos en él? ¿Y que
además ese bombardeo fue apoyado sin pestañear por nuestros gobiernos?
¿Saben ustedes que el gobierno español envía militares
a la frontera rusa de Letonia, “para frenar el expansionismo ruso”, del
país que gracias a su ayuda a Siria ha impedido que las banderas de
Isis ondeen también en Damasco?
Entonces, ¿no les parece todo esto muy extraño? ¿Cómo
se puede “luchar contra el terrorismo” y a la vez atacar a quienes lo
combaten directamente? ¿Cómo se puede combatirle y al tiempo financiarle
o apoyar a quienes lo financian? ¿Se lo pueden ustedes explicar?
¿Saben que allá donde hay recursos energéticos o
riquezas minerales, o posiciones geoestratégicas, aparecen
milagrosamente franquicias o sucursales de unas u otras de estas
organizaciones terroristas: Al Qaida en el Magreb Islámico (Mali), Boko
Haram (Nigeria), Ejército de Resistencia del Señor (República
Centroafricana y Sudán del Sur), Al-Shabab (Somalia), Al-Qaida en la
Península Arábiga (Yemen), Abu Sayyab (Filipinas)…?
¿Sabe nuestra desinformada población que (al igual que
la actual desestabilización de Filipinas), las invasiones de
Afganistán, Iraq, Siria y la perenne amenaza a Irán, así como el golpe
fascista de Ucrania, intentan entre otros objetivos torpedear la “Nueva
Ruta de la Seda” que quiere trazar China con el apoyo de Rusia? En lugar
de construir redes comerciales y productivas, se trata con ello de
dejar territorios devastados. Como se devastó Yugoslavia. Como se está
intentando hoy por todos los medios reventar Venezuela.
¿Saben nuestras sociedades que los miles y miles de
refugiados que pugnan por llegar a Europa lo hacen por escapar del
horror que nuestros ejércitos y gobiernos han creado en sus países, el
caos y la muerte que hemos llevado a sus casas?
¿Sabemos que la GUERRA, además de instrumento
geoestratégico y medio para la apropiación de los últimos recursos
vitales, es un arma económica de primer orden en estos momentos, para
prolongar o preservar ganancias, para estirar rentas sobre materias,
fuentes o ventajas comparativas, para reconstruir después de ella, para
intentar desesperadamente frenar en suma el derrumbe económico
destruyendo capacidad instalada, capital obsoleto, etc.?
¿Saben nuestras sociedades que alguien está moviendo
muy oscuras y peligrosas fichas en el tablero mundial de la muerte,
cuyas consecuencias son hacernos saltar por los aires, y que además
utiliza la nueva modalidad de fascismo (del siglo XXI) para generar
pánico social y aceptación de cuanta represión, vigilancia y control nos
venga encima?
Las calles de cada vez más países europeos están ya
militarizadas. “Estados de excepción”, “estados de exclusión” y “estados
de asedio” nos acompañan y acompañarán cada vez más en el planeta.
¿Alguien podría unir explicativamente y dar respuesta
convincente a todas estas preguntas? ¿Están interesadas nuestras
señorías y nuestros medios en saber, y en decir, algo de la verdad?" (Andrés Piqueras, Profesor titular de Sociología de la Universitat Jaume I, Socialismo21, 09/06/17)
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