5/7/17

Renta mínima europea, al menos para los niños

"La desigualdad no se ve a primera vista, porque los que tienen más y los que tienen menos no suelen ir de la mano. Hay que ir a buscarla en las estadísticas, y aun así, cuesta encontrarla porque a veces queda enmascarada en los promedios. 

Pero ahí está, avalada por un sinfín de informes, como una realidad que se expande y que se está convirtiendo en una amenaza. El aumento de las desigualdades es una de las principales causas de los males que ahora mismo aquejan a Europa, entre ellos el populismo, la xenofobia y los extremismos. Así lo constata el informe Combatir la desigualdad como palanca para el crecimiento y la creación de empleo que acaba de ser presentado y se votará en la comisión de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento Europeo en septiembre próximo. 

El informe propone que la lucha contra la desigualdad pase a ser una prioridad del plan estratégico de la Unión Europea y sugiere una batería de medidas que, de aprobarse, supondrían un salto importante en la cohesión interna.

El ponente es el eurodiputado socialista español Javi López, y como suele ser habitual en este tipo de informes, en su elaboración han participado gran cantidad de expertos. El diagnóstico no es complaciente. El aumento de las desigualdades ya era una poderosa tendencia económica antes de la crisis, pero la recesión la ha exacerbado.

 El desempleo ha tenido un impacto brutal sobre la renta familiar de los países del Sur y la erosión de las condiciones de trabajo ha hecho crecer una nueva clase en toda Europa, la de los trabajadores pobres que tienen empleo pero no les da para llegar a fin de mes. 

La participación de los salarios en el PIB ha caído cuatro puntos en España desde el inicio de la crisis y también ha aumentao la diferencia entre los salarios más altos y los más bajos. Antes de 2008 los altos eran 7 veces mayores que los bajos, y ahora son 11 veces.

La desigualdad no solo erosiona la confianza social y el apoyo a las instituciones, según el informe, sino que frustra la innovación y acaba socavando la propia economía. El resultado es un creciente malestar social que hay que atajar, según el informe, con medidas estructurales. Entre ellas el informe propone una destinada a proteger a la parte más vulnerable: la infancia. La pobreza infantil es una amenaza a largo plazo para la cohesión, de ahí que proponga una renta mínima europea para niños.

El informe muestra una gran preocupación por el aumento de contratos de trabajo atípicos, con gran precariedad laboral, bajos salarios y condiciones de explotación. Propone que una directiva comunitaria regule el marco laboral común y asegure condiciones de trabajo digno y de calidad para todos. En España, la crisis ha provocado una especie de subasta a la baja.

 Hay incluso quien trabaja gratis solo para poder poner experiencia en el currículo, y se ha generalizado trabajar más horas de las que se pagan para hacer méritos que luego no suelen servir de nada porque las empresas que recurren a estas artimañas no les importa tanto el capital humano como perpetuar las condiciones de explotación."                    (, El País, 17/06/17)

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