"Lo mejor que podemos hacer para luchar contra el cambio
climático es hablar de ello a todas las personas que podamos. Es la
premisa que utilizó la científica canadiense Katharine Hayhoe
(Toronto, 1972) para dar el año pasado una charla TED que ha sido vista
por unos dos millones de personas. Cuando se le pregunta a la directora
del Centro de Ciencia del Clima de la Universidad Tecnológica de Texas
por qué se está actuando tan despacio ante la emergencia climática,
recomienda echar un vistazo a la lista Fortune de las empresas más ricas del mundo.
-¿Es demasiado tarde para actuar con el cambio climático?
-Si hemos fumado durante años, algunos de sus efectos ya
serán inevitables, pero todavía no tenemos cáncer de pulmón. Con el
cambio climático es igual. De las elecciones que hagamos depende que
nuestra civilización sobreviva o no, y no es demasiado tarde para
tomarlas. El planeta sobrevivirá con o sin nosotros. Que sobrevivamos
significa que los sistemas humanos se adecúen a entre 1,5 ºC y 2 ºC. Con
2,5 ºC probablemente también sobreviviríamos, con 3 ºC habrá quien no
sobreviva, con 4 ºC muchos no sobrevivirán.
-¿Estamos cerca del punto de no retorno, el último momento para reducir las emisiones antes de un cambio climático catastrófico inevitable?
-Sí
y no. En algunas islas y áreas costeras, ese punto en cuanto al aumento
del nivel del mar ya se ha alcanzado. Pero si hablamos de nuestra
civilización, la probabilidad existe, aunque todavía no se ha producido.
Por ello, nuestras acciones ahora son muy importantes.
-¿Se está acelerando el calentamiento global?
-Sí,
se está acelerando. La gente suele decir que los científicos somos muy
tendenciosos, y en realidad somos muy conservadores. Hemos hecho un buen
trabajo con las proyecciones de la temperatura global media, pero hemos
subestimado las lluvias intensas, las inundaciones, los huracanes y
tifones, las olas de calor... Hoy sabemos que el aumento del nivel del
mar es dos veces más rápido que hace 25 años. Por eso tenemos que
reducir nuestras emisiones lo más rápido posible, y también retirar todo
el CO2 que se pueda de la atmósfera.
-En su charla TED asegura que lo más importante que puede hacer una persona sobre el cambio climático es hablar sobre ello.
-Hablar
del cambio climático es algo muy poderoso que puede hacer todo el
mundo. Y hay que animar a la gente, porque es lo que mantiene el interés
a largo plazo y enfrentarnos al miedo. Le voy a contar una anécdota. Di
mi charla en diciembre del año pasado. En mayo estaba en Londres para
visitar varias localidades de Reino Unido. En la estación de tren, un
hombre se me acercó, me dijo que había visto mi charla TED, y que me iba
a enseñar la lista con los nombres de las personas con las que había
hablado. Yo pensé que serían 70 u 80, y me enseñó ¡10.000 personas!
Gracias a ello, me dijo que se había declarado la emergencia climática
en su ciudad.
-¿Sirve reducir nuestras emisiones en España si EEUU o China no hacen lo suficiente?
-En
mi país, Canadá, me dicen que “solo generamos el 2% de las emisiones
globales”; en Noruega, que “somos un pequeño país”; en Eslovaquia, que
“somos un país diminuto”; en EEUU, que “China tiene muchísima gente”; en
China, que “por persona, no producimos tanto CO2 como en
EEUU”. Todo el mundo dice lo mismo. Pero es que todo cuenta,
especialmente en un país rico. Según Oxfam, el 10% de la población
mundial produce el 50% de las emisiones globales.
-Si las soluciones al cambio climático son tan positivas, ¿por qué hay gente que no quiere apoyarlas?
-La lista Fortune
de las empresas más ricas del mundo señala a Walmart como la primera.
Sus responsables trabajan para conseguir abastecerse en un 50% de
energías limpias para 2025. En el número 11 se encuentra Apple, que ya
utiliza el 100% energías limpias, y está descarbonizando su cadena de
suministro en China. ¿Cuáles son el resto de las empresas? Petróleo,
petróleo, gas, gas. Y empresas de coches que basan su negocio en quemar
petróleo. Este es el problema: las empresas que controlan el mundo son
las que más pierden si se hace frente al cambio climático.
-¿Cómo se puede acelerar entonces la respuesta?
-Si volviéramos a la década de los 80, con los niveles de CO2
de aquella época, y la tecnología de ahora, viviríamos en un mundo
mucho mejor. Pero no se han hecho los cambios que había que hacer. Una
de las razones ya la hemos comentado: las empresas más ricas. Otra de
las razones es que el petróleo, el gas y el carbón están muy
subvencionados. El Fondo Monetario Internacional (FMI), que no es una
ONG ambiental precisamente, ha calculado que estos subsidios son
astronómicos.
Algunas de las energías limpias también reciben subvenciones, depende
del lugar, pero es una relación de 50 a 1. En EEUU, los subsidios a los
combustibles fósiles superan el presupuesto del Pentágono. Usted y yo,
cada una de las personas de este planeta, pagamos por usar combustibles
fósiles. Si arreglamos eso, las cosas irían mucho más rápido. Por eso
las políticas son tan importantes. Políticas como la de precio al
carbono, o el cap and trade, políticas que persiguen el pago real por el carbono en vez del artificialmente bajo que pagamos en la actualidad.
-El movimiento Extintion Rebellion dice que no hay que dar esperanza, porque la gente reacciona solo cuando ya no queda. ¿Qué piensa?
-El
miedo nos hace reaccionar, pero nos puede llevar al pánico. Cuando un
oso nos persigue –en Canadá nos pasa– tenemos que correr muy rápido, y
el miedo nos da energía. Nos sirve para un problema inmediato. Pero el
cambio climático es un problema a largo plazo. Extintion Rebellion
hace un buen trabajo de concienciación y de señalar las soluciones para
hacerlas todos juntos. Pero el miedo no se puede mantener todo el
tiempo, y es un problema que nos llevará años, décadas. Si la gente
siente miedo, se paralizará, y necesitamos más acción que nunca.
Necesitamos una esperanza racional, no decir que todo está bien, porque
está mal. Hay que presentar el problema con las soluciones, y decir lo
que puede hacer cada persona.
-¿Va a venir a la Cumbre Mundial del Clima en Madrid (COP25)?
-No
iré por varias razones. La primera es que la mayoría de nuestro trabajo
científico ya está hecho. En el IPCC producimos la ciencia que todos
los países después pueden utilizar para sus negociaciones en la COP. Por
eso los informes son tan conservadores, porque todo el mundo tiene que
estar de acuerdo, algo que en sí mismo también es un problema. Sólo fui a
una COP, la de París, con una ONG que ofrece apoyo científico a muchos
países que no puedn tener a sus propios científicos para un debate
político posterior."
(Entrevista a Katharine Hayhoe, directora del Centro de Ciencia del Clima de la Universidad Tecnológica de Texas, Alex Fernández Muerzxa, eldiario.es, 01/12/19)
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