"(...) En diciembre del 2013 se publicó un informe del Comité Económico y
Social Europeo abogando por una renta mínima europea en el que podemos
leer “… que en la difícil coyuntura actual, el establecimiento de una
renta mínima europea contribuirá a la cohesión económica, social y
territorial, a la protección de los derechos humanos fundamentales, al
equilibrio entre los objetivos económicos y sociales y al reparto
equitativo de los recursos y la renta”.
El pasado 22 de marzo, las
marchas por la dignidad, una de las más grandes manifestaciones de los
últimos tiempos en Madrid, incluía a la renta básica (RB) como una de
sus reivindicaciones en su manifiesto.
El 26 de marzo se debatió
en el pleno del Parlamento de Catalunya la Iniciativa Legislativa
Popular (ILP) por una Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC) que demanda
una Renta de 664 euros mensuales por 12 pagas como derecho subjetivo y
no condicionado a la obligación de realizar actividades de inserción
social o laboral y como derecho no sujeto a disponibilidad
presupuestaria.
¿Qué hay de común en estas propuestas? ¿Son lo
mismo todas? ¿Cuando se habla de Renta Básica estamos hablando siempre
de la misma renta?
Las Rentas de pobreza extrema
En
primer lugar las Rentas Mínimas de Inserción (RMI) son para personas
que viven en la extrema pobreza, actualmente en Catalunya la RMI la
perciben unas 25.000, cantidad que representa un porcentaje
insignificante respecto al número de personas consideradas pobres.
En
cada Comunidad Autónoma hay alguna RMI con diferentes denominaciones (en
los estatutos de Extremadura y Andalucía desgraciadamente se denomina
Renta Básica, en la Rioja, Ingreso Mínimo de Inserción, en el País
Valenciano, Renta Garantizada de Ciudadanía, en Asturias, Salario
Social, etc.) y exceptuando las Comunidades Autónomas del País Vasco y
Navarra los importes son muy bajos, de unos 425 euros mensuales, por
tanto es una renta que no llega ni al umbral de la pobreza, lo que ha
sido motivo de crítica por el mismo Consejo Económico y Social Europeo (...)
La Iniciativa Legislativa Popular por una Renta Garantizada de Ciudadanía entra en el Parlamento de Catalunya
(...) la RGC es una asignación condicionada y, por eso mismo, muy diferente a
una Renta Básica universal e incondicional. Desde la Red Renta Básica se
consideraba sin la menor duda que la RGC mejoraría la vida de docenas
de miles de personas que viven con ingresos por debajo del umbral de la
pobreza, de ahí el apoyo a la ILP sin vacilaciones.
Qué duda cabe que
consideramos que la RB es una propuesta mejor en distintos sentidos y
que salva los defectos que la RGC tiene, pero respecto a la situación
actual la instauración de una RGC significaría una mejora en la
existencia material de los más pobres. (...)
Se exigió que se legislase para el 25% de la población que está por
debajo del índice de rentas de suficiencia que regula anualmente la
Generalitat y que desde hace unos años está en 664 euros por persona.
El
mensaje por parte de los representantes de la comisión promotora de la
ILP al final fue claro aunque trivial para toda persona que conozca la
situación con mínima información: “O se legisla a favor de la cohesión
social y la justicia o aumentará la pobreza”. (...)
La Renta Básica
No vamos a repetir aquí lo que
en diferentes artículos (por ejemplo, véase aquí, aquí y aquí) hemos
expuesto sobre las grandes diferencias existentes entre una RGC y una
RB. Únicamente puede ser útil destacar que, dejando ahora al margen las
dificultades derivadas de la condicionalidad de la RGC, una diferencia
especialmente relevante social y políticamente es que mientras la RGC
persigue la mitigación de la pobreza, objetivo que comparte con la RB,
esta última propuesta tiene como uno de sus objetivos garantizar la
existencia material de toda la población, condición para que la libertad
sea posible para todos y no sólo para una minoría especialmente
privilegiada.
El gran incremento del poder de negociación de los
trabajadores que una RB posibilitaría sería un ejemplo de esta libertad
para una importantísima parte de la clase trabajadora. (...)
Ya hace exactamente 10 años, en un artículo en Le Monde Diplomatique
en que uno de nosotros firmaba juntamente con Antoni Domènech, podía
leerse:
“Pero la lucha por una Renta Básica de Ciudadanía, como
otras iniciativas ‘ofensivistas’ que no están dispuestas a cambiar
libertad en la vida cotidiana por bienestar material y seguridad en el
puesto de trabajo, no sólo puede atraerse a una amplia y nueva base
social de excluidos, de precarios, de antiguos y nuevos desposeídos, de
jóvenes y mujeres tan azacaneados por la feroz dinámica de la actual
vida económica y social como deseosos de combinar mínima seguridad
material y cumplida autonomía en su existencia social (el cóctel que
ofrece, precisamente, la Renta Básica, sobre todo si es un poco
generosa).
No sólo puede contribuir –ya sea modestamente— a mitigar la
segmentación de las poblaciones trabajadoras. Sino que, al mismo tiempo,
la lucha por una Renta Básica es perfectamente compatible con la
necesaria lucha presente por la defensa de la médula de los
indiscutibles logros morales y materiales (universalidad e
incondicionalidad de las prestaciones sanitarias y educativas públicas,
etc.) que el advenimiento del “Estado social” trajo consigo para el
conjunto de las clases populares.
Con lo que puede ayudar a conservar, y
aun a reestimular, para un proyecto de izquierda renovado a la parte
más sana y lúcida de la población trabajadora de tipo fordista y de sus
debilitadas organizaciones sindicales.
Tal vez la Renta Básica no
ofrezca mucho más que eso (no es, desde luego, una panacea para
transformar radicalmente el modo de producir y de consumir planetario),
ni sus proponentes de izquierda lo pretenden. Pero en las presentes
circunstancias eso ya es mucho. Y en cualquier caso, es suficientemente
valioso por sí mismo.”
Una decena de años después, con la mayoría
de la población no estrictamente rica viviendo con sus bases de
existencia material mucho más deterioradas y atacadas que cuando fueron
escritas, estas palabras cobran si cabe mayor urgencia." (La confusión va en aumento: ¿renta mínima, renta garantizada, renta básica?, de Daniel Raventós y Sergi Raventós en Público, en Caffe Reggio, 13/04/2014)
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