22/12/16

El cooperativismo de plataforma intenta convertirse en alternativa a eBay

"(...) El cooperativismo de plataforma (como se traduce al español) propone una economía colaborativa que combina lo mejor de las plataformas con los principios cooperativos internacionales.
Esto es, con la idea de propiedad compartida, la puesta en marcha de nuevos modelos de gobernanza, la participación del ciudadano-productor de valor en la toma de decisiones en principios de igualdad (frente al control exclusivo del inversor) y con el reparto de los beneficios entre los usuarios.

Ejemplos ya existen. Fairmondo es una cooperativa alemana con 2.000 socios que pretende convertirse en la alternativa de eBay –los vendedores son co-propietarios de la organización.

Mientras, los fotógrafos canadienses de Stocksy han constituido el equivalente a una cooperativa de trabajo que les permite decidir cómo se gestiona la empresa y obtener más beneficios por foto vendida a través de internet.

 Por otro lado, los conductores son dueños del 50% de Juno, la alternativa a los servicios para compartir trayectos en coche. Y hasta tenemos un caso en España: Goteo, la alternativa cooperativa a las plataformas de crowdfunding.

Todas ellas proponen un modelo de plataforma más distribuida en lo que se refiere a la propiedad, los beneficios y la responsabilidad. Nos guste o no, la economía colaborativa entra en su fase de desarrollo y consolidación con un acuciado maniqueísmo. Una tendencia que podría incluso ser arriesgada para el sector si se acaba distinguiendo entre grandes proyectos que triunfan e iniciativas con valores pero que son incapaces de escalar.

Ya les pasó a las cooperativas y a las otras economías, como la social y solidaria, aunque siempre hay matices: en este caso, el Platform Coop (o como decidamos llamarlo) juega con la ventaja de tener un aspecto fresco, moderno y digital que las alternativas tradicionales nunca han tenido.

Así pues, esta nueva propuesta plantea dudas sobre los niveles de participación que el sector cooperativo ha tardado en cuestionar y fórmulas para involucrarse en la gestión y la toma de decisiones que las empresas más sociales, en muchos casos por falta de recursos, no podían ni imaginar.

 Me refiero con esto a retos como la revisión de los modelos de membresía para integrar a todos los agentes involucrados en la organización (trabajadores, usuarios, beneficiarios…) o, por ejemplo, a la creación de mecanismos de voto online.

Al mismo tiempo, invita a reflexionar sobre en qué medida la extrapolación de los principios cooperativos se daría en todos los sentidos, creando empresas con un marcado compromiso con las personas, el medio ambiente, la independencia o la formación de sus miembros.

Como patito o como cisne, o simplemente como ambos a la vez, la economía colaborativa evoluciona y se consolida. Estoy deseando descubrir en qué se convertirá cuando sea mayor."           (Isabel Benítez , El salmón contracorriente, 17 de junio de 2016)

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