"Lugar: Un bar de Madrid.
La escena: Felipe de Leuwen está sentado con unos amigos
en torno a una mesa cuando entra otro grupo con Randalio de Saint Louis a
la cabeza.
Felipe de Luewen: ¡Mi estimado Randalio! ¡Qué alegría
verte! No sabía que estuvieras en Madrid. ¿Les parece si juntamos mesas y
nos tomamos unos vinos?
Randalio de Saint Louis: Gracias. No esperaba encontrarte
aquí. Tampoco sabía que estuvieras en Madrid. Tampoco pensé que te
alegraras de verme. Pero, bien, juntemos mesas. (Piden unas botellas de
vino.)
FdL: ¿Por qué crees que no me iba a alegrar? Siempre he
pensado que somos aliados. Discrepamos en algunos puntos, yo defendiendo
la Renta Básica Universal (RBU) y tú el Empleo Garantizado (EG), pero
me parece que en el fondo queremos las mismas cosas. Yo quiero que todo
ciudadano reciba una asignación de dinero, lo más cercana posible al
nivel de subsistencia, sin condiciones de ningún tipo. Tú en cambio
quieres que el Estado le ofrezca a todo desempleado un contrato de
trabajo que paga el salario mínimo. ¿No te parece?
RdSL: No sé... Te veo muy rodeado de neoliberales, políticos de derecha, empresarios...
FdL: Vamos, Randalio. No es culpa mía que la RBU le guste a
gente como Milton Friedman o a otros libertarios de derecha. Yo no me
aguanto a un conservador como Charles Murray, pero tampoco puedo
renunciar a mis ideas en el momento en que él quiera apoyarlas. A ti y a
mí nos gusta el sufragio universal, ¿verdad? Pues a muchos neoliberales
les gusta también y no por eso nos vamos a oponer a él. Eso no quiere
decir que no sigamos luchando por otras causas. Simplemente tomamos las
victorias que encontramos mientras nos llegan las otras.
RdSL: Ese tipo de oportunismo no lleva a nada bueno. A la
larga, las fuerzas conservadoras terminan por oponerse. La RBU le hace
demasiadas concesiones al paradigma dominante. El EG es mucho más
revolucionario y emancipador.
FdL: Eso no lo entiendo. ¿Cuál es la métrica para decidir
qué tan revolucionaria es una propuesta? Alguien podría decir que es lo
contrario, que la RBU es más revolucionaria. Por ejemplo, hay quienes
creemos que la RBU rompe con todas las concepciones de justicia y
reciprocidad de la sociedad moderna y que eso es muy, pero muy
revolucionario. Y además, el mejor ejemplo del EG fue la WPA de
Roosevelt (¡oye, que a mí me gustaba!) y fíjate que Roosevelt no es que
haya sido exactamente un revolucionario.
RdSL: ¿Y qué me dices de Speenhamland? ¿No fue eso algo muy parecido a la RBU? Y tampoco fue nada revolucionario.
FdL: ¡Por eso! No tiene sentido esa discusión porque 1. no
tenemos un criterio muy claro de qué es revolucionario y 2. tampoco
está claro que "más revolucionario" sea igual a "mejor." Si así fuera, y
en este momento entrara a este bar el fantasma de Pol Pot a decirnos
que lo verdaderamente revolucionario es la evacuación de las ciudades y
los comedores comunales para todos, ¿qué le diríamos?
RdSL: Pero no me negarás que la RBU deja intacta la lógica
del trabajo que ya existe. En cambio el EG obliga a redefinir
radicalmente el papel del trabajo y del Estado.
FdL: No estoy seguro de eso. A veces me parece lo
contrario, que el EG se aferra demasiado a las categorías vigentes sobre
trabajo y empleo y sobre la relación entre el sector público y el
mercado.
RdSL: Eso no lo entiendo. Tendrías que explicármelo.
FdL: Vamos por partes, ¿qué es un empleo? Es un contrato
entre dos partes, un empleador y un empleado, donde el primero se
compromete a pagarle al segundo (y ofrecerle, cuando las cosas van bien,
ciertas condiciones dignas y ciertos derechos) a cambio de que el
segundo haga algo que el primero considere útil.¿Estamos de acuerdo?
RdSL: Sí.
FdL: Bien. Entonces el EG lo que dice es que el Estado es
el responsable de asegurarse de que todo el mundo tenga un empleador, es
decir, que todo el mundo encuentre alguien que considere que su trabajo
es útil. Y que si en el sector privado no hay nadie dispuesto a
hacerlo, el Estado sí. El Estado puede ofrecerle a esa persona un
salario y unas condiciones dignas a cambio de cierto trabajo útil. ¿Me
equivoco?
RdSL: No. Estamos de acuerdo en esa descripción.
FdL: Pero entonces solo hay dos formas de determinar que
alguien está haciendo algo útil: o el sector privado lo considera útil, o
lo considera el Estado.
RdSL: Sí. Pero hay muchísimos trabajos útiles que el
Estado puede promover. No me vayas a sacar de nuevo la caricatura de que
el EG lo que busca es poner a la gente a hacer tareas inútiles.
FdL: No. Es una caricatura injusta. Estoy de acuerdo en que al EG le han hecho críticas absurdas y de mala fe. ¡Como a la RBU!
RdSL: Bien. Entonces, tendrás que aceptar que hay enormes
oportunidades de trabajos socialmente benéficos en los que el Estado
puede colocar a la gente.
FdL: Esto no es tan fácil. Hay algunos casos obvios. El
Estado constantemente está construyendo cosas así que le queda muy fácil
generar empleos para albañiles, fontaneros, electricistas, etc. cuando
así lo decida. No tengo ningún problema con eso. Pero hay muchos oficios
en los que el Estado no tiene ninguna experiencia y que le quedaría muy
difícil crear empleos para ellos. Es que los empleos se crean.
No
aparecen de la nada. Esos contratos de los que hablábamos antes hay que
estructurarlos y eso requiere experiencia para que se haga bien. Se
necesita infraestructura. Por ejemplo, ¿cuántos diseñadores gráficos
necesita el Estado? ¿Podría el Estado generar empleo para todos los
diseñadores gráficos que le llegaran si fuera necesario?
¿Ves a aquel
joven en la barra que está secando copas para tenerlas listas? ¿Debería
el Estado tener bares para que gente como él pueda trabajar allí si se
quedan sin empleo? ¿Debería el Estado tener un servicio de cuidar
mascotas en caso de que alguien en ese sector se quede sin empleo?
RdSL: Pero es que estás pensando en los términos de los
tiempos de Roosevelt. La nueva versión del EG sería una versión mucho
más flexible que incorporaría a muchas iniciativas locales, estaría en
contacto permanente con la sociedad civil para recibir propuestas y
apoyarlas.
FdL: Está bien. Pero entonces ya te estás acercando más a
la idea del "ingreso de participación" de Anthony Atkinson, es decir, un
sistema en el que a cualquier persona se le da un dinero casi
incondicional, casi una RBU, solo que pide que la persona demuestre que
ha participado en alguna actividad socialmente útil. Cualquiera. En una
asociación de vecinos, en una cooperativa, en donde sea.
RdSL: La verdad es que sí. Tengo cierta simpatía por esa idea.
FdL: Yo también. ¿Lo ves? Te he dicho que no tenemos tantas discrepancias como tú crees.
RdSL: No es verdad. Tú quieres simplemente pagarle a todo
el mundo una cantidad de dinero fija sin pedir ninguna contraprestación.
A ti te da igual que la gente se margine de la vida productiva, que se
quede en su casa encerrada sin contribuir a nada. En cambio el EG
reconoce que el trabajo da dignidad.
FdL: El trabajo da dignidad. De acuerdo. Eso ya lo
habíamos hablado en otra ocasión y siempre te he dicho que eso no lo
discute nadie. No sé por qué te empeñas en repetir ese punto. A mí no es
que me dé igual que la gente se margine. Me parece deplorable que lo
hagan. Si de mí dependiera, todo el mundo estaría involucrado en
maravillosos proyectos vitales de realización individual y colectiva y
todas esas cosas.
Pero no creo que ni yo ni nadie, ni siquiera el
Estado, sea capaz de asegurar que todo el mundo lo haga. Si hay personas
que simple y llanamente no quieren hacer nada productivo, si su ideal
es quedarse en la casa, no hay nada que podamos hacer para impedirlo.
RdSL: Pero la RBU se desentiende del problema. Y eso es lo
que no se debe permitir. Hay que reestructurar la sociedad para que la
gente encuentre siempre espacios creativos y productivos donde pueda
contribuir.
FdL: Estoy de acuerdo con la meta. Y si quieres decir que
la RBU no hace nada para arreglar el problema, casi, repito, casi que te
lo puedo conceder. Pero antes de eso, la RBU tampoco cura el cáncer, ni
alivia el dolor de espalda, ni garantiza la felicidad en pareja. Hay
muchas cosas que la RBU no logra. La pregunta es cuál es mejor mecanismo
para abordar esos problemas. Yo no estoy seguro de que el EG logre
resolverlos.
RdSL: Dijiste "casi" como indicando que no me ibas a conceder ese punto.
FdL: ¡Ah, sí! Gracias por recordarme. Yo creo que la RBU,
como libera a la gente del temor de garantizar su subsistencia, le va a
dar la oportunidad de que busque nuevos proyectos. Así que la RBU
produciría el tipo de iniciativas de la sociedad civil que tú dices que
el EG escucharía.
RdSL: ¡Ah! El famoso mantra del trabajo voluntario. Sí. Ya
sé. Los defensores de la RBU siempre le apuestan a que se va a generar
toda una avalancha de trabajo voluntario.
FdL: No inmediatamente. En eso tienes razón. Muy
seguramente los efectos de la RBU tomarían su tiempo. De hecho, debo
confesar que a mí me preocupa que la RBU se estigmatizara. Yo quisiera
que la RBU fuera vista por toda la sociedad como un derecho, como algo
que cualquier persona digna y productiva puede decidir utilizar y no
como una ayuda vergonzante de esas que las familias no se atreven a
reconocer que su hijo está utilizando. Esa estigmatización sería grave.
RdSL: ¿Lo ves? En cambio el EG no tiene ese problema.
FdL: No tiene ese problema en el mismo grado. Yo podría
imaginarme una sociedad en la que trabajar para los programas del EG sea
mal visto.
RdSL: ¿Por qué? Si al fin y al cabo serían trabajos socialmente útiles.
FdL: La cantidad de trabajos útiles, muy apreciados por la
sociedad, muy dignos y respetables que pueda generar el EG dependerá,
como ya dijimos antes, de la sociedad civil misma. Ya nos pusimos de
acuerdo en que el EG necesita estar escuchando siempre a las comunidades
para saber qué es lo que necesitan.
RdSL: Es lo deseable. Sí.
FdL: Bien. Pero entonces reconozcamos que el desempeño de
la RBU y del EG depende de cosas que no tienen nada que ver con ninguno
de los dos programas, a saber, depende de, por así decirlo, qué tan vivo
está el tejido social. Una sociedad en la que las comunidades estén
desarticuladas y apáticas va a ser un problema tanto para el EG como
para la RBU. No tiene sentido comparar una RBU que opera en unas
condiciones adversas con un EG que opera en una magnífica sociedad
civil. Hay que comparar los dos programas en las sociedades imperfectas
que conocemos.
RdSL: Pero es que el EG sí permite vigorizar la sociedad civil porque está siempre buscando las ideas que vienen de ella.
FdL: Pero ¿por qué todo tiene que estar en manos del mismo
programa? Yo puedo perfectamente imaginarme una situación en la que
tenemos una RBU y, si-mul-tá-nea-mente, una serie de programas de todo
tipo para incentivar la formación de cooperativas, organizaciones
comunitarias, asociaciones populares, etc, etc, etc. Ya te dije, la RBU
no cura el cáncer, pero eso no nos impide financiar institutos de
investigación médica que busquen esa cura.
RdSL: Pero es que la RBU está concebida dentro de un discurso neoliberal que no da espacio para nada de lo que tú dices.
FdL: La RBU es un pequeño programa, una pequeña expansión
del estado del bienestar. No es más. A mí me parece que puede tener
consecuencias radicales, pero eso está por verse. Lo que signifique o no
la RBU dependerá de todo el entorno político y social que la rodee.
RdSL: ¿Y qué clase de políticas pondrías tú en marcha entonces para vigorizar la sociedad civil?
FdL: ¡Qué sé yo! Aquí sentados te puedo mencionar muchas.
No tengo ni idea cuáles se podrían implementar. Dependería del sitio y
el momento. Por ejemplo, estábamos de acuerdo hace un rato en que a
ambos nos genera simpatía la idea del ingreso de participación. Bien.
Yo
podría pensar en un programa de RBU "híbrido" donde, digamos, se le
ofrece a todo el mundo un ingreso incondicional ligeramente por debajo
del nivel de subsistencia y se le suplementa con otro ingreso
condicionado a que demuestre haber participado en alguna actividad que
consideremos socialmente útil.
Me gustaría, por ejemplo, que el Estado
tuviera una política deliberada de comprarle más cosas al sector
cooperativo. Me gustaría por ejemplo que las ciudades tuvieran aún más
"presupuestos participativos", etc, etc, etc. Incluso, yo no me opongo a
programas de empleo público como los que propones tú.
Yo estaría
encantado de tener en mi mezcla ideal de políticas ideas como las que
animan al principio del EG. Por eso me sorprende la hostilidad que
encuentro en algunos de tus amigos. Yo acepto muchas cosas del EG, en
cambio ellos están dispuestos a pelear con garras y dientes en contra de
la RBU.
RdSL: Porque la RBU se resigna a que todo tiene que seguir
como está y busca simplemente arreglar algunas cosas en el margen.
Fíjate la actitud que tiene hacia la robotización.
FdL: Te confieso que me tiene un poco sorprendido ese
nuevo frente. Pero eso es totalmente accesorio. La RBU es una propuesta
que existe desde mucho tiempo antes de que la robotización fuera
siquiera una posibilidad. Lo que ocurre es que ahora con los avances en
inteligencia artificial hay más gente interesada en la RBU. Yo no.
Yo la
defendía desde los tiempos en que los ordenadores ni siquiera tenían
sistema operacional de ventanas, ni hablar de internet. Por lo demás,
creo que tú estás siendo excesivamente optimista, simplista si me lo
permites, sobre los posibles logros del EG. Lo presentas como si fuera
una enorme revolución cuando en realidad existe el riesgo de que no
termine en nada. (Como, te repito, le podría pasar a la RBU. Soy el
primero en reconocerlo.)
RdSL: Es que la RBU puede ser cooptada por el
neoliberalismo. En cambio el EG es totalmente progresista. Por eso
genera tanta resistencia.
FdL: No creas. Yo, por ejemplo, tengo mis dudas sobre el
EG pero no porque lo considere demasiado radical. Al contrario, a veces
me parece muy tímido. Me parece que deja muchos asuntos sin resolver.
RdSL: ¿Como cuáles?
FdL: Muchos. El EG está construido sobre la base de que la
peor tragedia social, casi que la única, es el desempleo y concentra
todas sus energías en él. Pero el desempleo no es lo único. Por ejemplo,
hay personas auto-empleadas que están en condiciones muy malas. Están
haciendo un trabajo útil para la sociedad pero que a precios de mercado
no les da para vivir como se merecen.
A esas personas el EG lo único que
les dice es: "Dejen lo que están haciendo, afíliense al programa de EG y
allí les damos un nuevo trabajo." Pero, ¿por qué? Les gusta su trabajo.
Es el que saben hacer, para el que se han preparado. ¿No es mejor
simplemente darles un suplemento, vía RBU? También hay personas que, a
pesar de que están empleadas en el sector formal, con buenos salarios,
también necesitan algo de emancipación.
No lo están pasando muy mal, por
lo menos no económicamente. No estoy diciendo que nuestro corazón deba
sangrar por ellas. Pero de pronto están hastiadas de su trabajo. No
logran conciliarlo con su vida familiar. Sus jefes son abusivos. Dejaron
de creer en la empresa, en el sector, en fin. Quieren cambiar.
Quieren
tomarse un tiempo para aprender algo nuevo y empezar otra vez. No
quieren tener que renunciar y empezar a trabajar en un empleo público
que no les va a dar tiempo de nada. No les vendría mal tener una RBU de
la cual echar mano mientras se reinventan. También hay personas que
están trabajando en un empleo bueno pero cuya empresa está a punto de
reestructurarse. Claro, podrían conseguir un nuevo empleo gracias al EG.
Pero están contentas en el que tienen.
No quieren cambiar de sitio, de
pronto mudarse, conocerle los defectos a un nuevo grupo de colegas.
Preferirían quedarse allí. De pronto les vendría bien que pudieran,
ojalá con la ayuda de un sindicato fuerte, negociar con su empresa para
que la RBU les sirviera como una especie de subsidio de salario por un
tiempo. Sí, claro.
Habría que estudiar los detalles con calma y
legislarlo con cuidado para que no haya abusos. Pero sería un mecanismo
flexible para hacerle frente a ciertas recesiones. También hay
cooperativas que están empezando. Sus miembros están muy motivados,
creen en lo que están haciendo. No necesitan un nuevo empleo.
Lo que
necesitan es un suplemento, algo que les dé seguridad mientras la
cooperativa se estabiliza. Una RBU les daría esa tranquilidad. En fin,
podría seguir y seguir con ejemplos. El hecho es que hay muchísimas
realidades en el mundo moderno, sobre todo ahora que vivimos en
sociedades tan complejas que nadie puede saber exactamente qué es lo que
hay.
La RBU en ese sentido tiene la suficiente "humildad epistémica" si
me permites la expresión, para reconocer que cada persona es la que más
sabe cuál es su realidad mientras que el EG me da la impresión de que
quiere decir desde arriba qué es lo que la gente necesita: un empleo.
En esas Randalio de Saint Louis se detuvo un momento a
pensar su respuesta. Yo aproveché el silencio que se produjo para
intervenir, cosa que había sido imposible hasta ese entonces, y dije:
"Felipe, ahora que hablas de "humildad epistémica" déjame aportar otra dosis de humildad. Acabo de ver en mi smartphone
que Mariano Rajoy ha sido definitivamente investido como jefe de
Gobierno para una nueva legislatura.
O sea que nos quedan varios años de
gobierno del Partido Popular. Es decir, toda esta discusión que Uds.
dos han tenido, una discusión fascinante, hay que decirlo, se refiere a
ideas hipotéticas que de momento no tienen ninguna posibilidad de
volverse reales. Gústenos o no, en el futuro próximo no hay perspectivas
de un gobierno que tenga las mayorías suficientes ni para una RBU, ni
para un EG, ni para evacuar las ciudades y ordenar a todos a comer en
comedores comunales.
Además, gústenos o no, vivimos en una época en la
que los cambios políticos no ocurren con la llegada al poder de mayorías
arrasadoras. Al contrario, gústenos o no, la ciudadanía ahora quiere,
antes de lanzarse a cualquier innovación, aprender sobre ella en el
terreno, ver experimentos, evaluarlos, familiarizarse.
Y, digámonos la
verdad, hasta ahora lo único que hay son unos poquitos experimentos
aislados en algunos cuantos sitios de Europa, experimentos que, de todas
maneras, no serán totalmente concluyentes.
Como si fuera poco, a todo
esto hay que sumarle que, como Uds. mismos reconocieron, ni la RBU ni el
EG pueden funcionar de una manera que nos deje satisfechos a quienes
estamos aquí si no existen también otras experiencias de participación
ciudadana, de gestión local, etc, etc, etc. Y todo eso solo se puede
construir ganando elecciones locales, construyendo poder en muchos
espacios que hoy están abandonados, avanzando poco a poco.
Uds. dos han
estado hablando como si cada uno de estos planes se fuera a imponer de
un día para otro y la verdad es que eso es imposible. Entonces, yo
propongo lo siguiente, sobre todo porque ya se está acabando la última
botella de vino y nos van a cerrar el bar: en lugar de gastar tantas
energías en denunciar al otro como un neoliberal vendido, o un ingenuo, o
cualquier otra cosa, ¿por qué no pensamos en las formas de combinar las
ideas, los objetivos, los valores de ambas vertientes?
Al fin y al
cabo, ambos dicen estar en contra del neoliberalismo y ambos entienden
que sobre el terreno hay muchas tareas pendientes en las que los dos
estarían de acuerdo. Como dijo Felipe, un sistema de RBU podría
coexistir perfectamente con ideas tomadas del ingreso de participación y
del EG. ¿No será mejor concentrarse en cómo aunar esfuerzos?"
Felipe tomó la palabra y dijo:
FdL: De acuerdo. Yo ya me he mostrado a favor de lo que tú
propones. Ahora, ya que nos van a echar del bar, propongo un brindis
con lo que queda del vino: ¡Qué muera el capitalismo!...así sea
lentamente." (Luis Fernando Medina Sierra, Profesor de ciencia política en las Universidades de Chicago y Virginia (EEUU), CTXT, 18/01/17)
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